16 temas que definirán la UNT del futuro

El 3 de mayo se inicia el proceso electoral en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) con la votación de docentes y no docentes en las 13 Facultades. El cronograma seguirá su curso hasta la trascendente parada del jueves 19, fecha de reunión de la Asamblea que elegirá rector y vice para el período 2022-2026. Hasta aquí las campañas son pródigas en fotos, gestos y las habituales operaciones, cuya espuma -está cantado- subirá en abril hasta desbordar la copa. Pero más allá del cotillón está la cuestión de fondo: el futuro de la Universidad. Los temas son tantos como enorme es la UNT, lo que obliga a un recorte que siempre dejará discusiones valiosas en el camino. Lo que urge es un debate entre los integrantes de las fórmulas en pugna (Sergio Pagani-Mercedes Leal y José Luis Jiménez-Hugo Fernández) sobre esta clase de agendas. Es, justamente, la misión que les espera en caso de salir ganadores.

1) Visión. De aquí se desprenden, como en cascada, el resto de las definiciones. La UNT nació con una visión bien definida, acoplada el proyecto social y económico del Tucumán del Centenario. En un punto del devenir histórico los caminos de la Provincia y de la Universidad dejaron de converger. ¿Cuál es la visión de la UNT del siglo XXI? ¿Cuál es el legado que resulta imprescindible preservar y hacia dónde debe apuntar el proyecto que viene?

2) Cultura interna. Este es un desafío tan complejo como necesario. En algún momento, más pronto que tarde, la UNT tendrá que desarmar su lógica interna de perenne rosca política. Cambiar ese chip que agota tiempos y esfuerzos y, por sobre todo, desarma la propia razón de ser de la Universidad. Es una cultura de trabajo de décadas, agotada y responsable, en gran medida, de la indisimulable decadencia que padece la UNT.

3) Institucionalidad. Este año a la UNT le tocará deglutir uno de los tragos más amargos de su más que centenaria historia. Un ex rector, Juan Cerisola, irá a juicio en una causa por presunta malversación de regalías mineras, acompañado por quien fue un funcionario clave de la estructura universitaria, el ex diputado nacional Luis Sacca. La imagen de la UNT requiere una urgente limpieza, de lo contrario no recuperará credibilidad a ojos de la sociedad.

4) Números y organización. La obsesión del rector José García, el norte de su gestión, fue acomodar las cuentas. Buena parte de ese trabajo empezó a hacerlo la hoy diputada Lidia Ascárate -en pleno “bardonismo”- y lo continuó el equipo que hoy encabeza Federico Juárez. La cuestión es cómo se administrará de aquí en más el presupuesto que treparía a unos 14.000 millones de pesos (el tercero de Tucumán, detrás de los números que manejan el Estado provincial y la Municipalidad capitalina). Y también entra en debate el entramado de secretarías y funcionarios: ¿es el apropiado para la gestión de la UNT? ¿Qué cambios habría que hacer, en qué áreas, por qué? ¿Es el diagrama de gabinete apropiado?

5) Proyecto académico. Aquí se plantea un debate riquísimo, ineludible, ligado con el futuro de Tucumán y de los tucumanos. Es una gran oportunidad para poner sobre la mesa los proyectos de cada unidad académica -los que están en marcha y los postergados- para consensuar y definir un rumbo. Un debate honesto, que no le tema a la discusión sobre el cierre y/o apertura de carreras. Pensando en el perfil de los profesionales que la UNT forma, en su inserción en la sociedad, y no en los compromisos políticos.

6) Infraestructura. El gigantismo de la UNT deriva en un fenómeno de manta corta: mientras se arregla un lugar se desarreglan otros tres. Esa permanente y desventajosa carrera contra la coyuntura se debe a años de desinversión y falta de mantenimiento en infinidad de propiedades. ¿Cuál será el proyecto para poner de pie a la UNT y dejarla en óptimas condiciones?

7) Investigación. En ningún otro punto del NOA se genera tanto conocimiento como en la UNT. ¿Qué hay entonces de lo que producen sus casi 100 institutos? ¿Cómo funcionan? La amplia mayoría no tiene doble vinculación con Conicet; ¿qué clase de financiamiento reciben? Y lo que es central: ¿cómo se relacionan con la sociedad? ¿Cómo llega toda esa masa de conocimientos a incidir en la vida de los comprovincianos?

8) Posgrado. La pregunta inicial es, a grosso modo -y con más preocupación que ironía- ¿para qué sirve hoy un título de grado, cuando a fin de cuentas lo que cuenta en un trayecto terminan siendo doctorados, diplomaturas y maestrías? ¿Qué hacer entonces con esa educación de posgrado, que de si algo carece es de gratuidad?

9) Minería. Toma la pluma Roberto Delgado, periodista de LA GACETA que viene cubriendo desde hace años el tema: “el gran debate ahora es qué va a hacer la UNT con Agua Rica. En 2019 se aprobó en YMAD un convenio con la empresa que quiere explotar esa gran cantera en la zona de Andalgalá. El Consejo Superior rechazó ese convenio, mientras que las comisiones que estudiaron el tema advirtieron que deben analizarse más a fondo las propuestas y que podrían generarse acuerdos que contemplen una explotación sustentable de la minería. Además, propusieron que la UNT se involucre más como ente de control minero, algo que nunca pudo hacer”. La cuestión es que YMAD (Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio) es un consorcio tripartito, integrado por la UNT, el Estado nacional y la Provincia de Catamarca, creado para explotar las riquezas del distrito minero de Farallón Negro. Agua Rica está fuera de ese distrito, por lo que YMAD sería un proveedor de servicios en esa mina. Al mismo tiempo, está en proceso la anulación del acta que en 2008 el ex rector Cerisola firmó con YMAD y en el que se dio por concluida la Ciudad Universitaria. La resolución de todas estas cuestiones quedará en manos de la próxima conducción universitaria, y está precedida por la pregunta de fondo: ¿qué quiere hacer la UNT con YMAD y con su rol en la explotación minera?

10) Comunicación. La estrategia en este sentido es históricamente problemática; tanto de la comunicación interna como de la externa, y es un tema al que las distintas gestiones no le encontraron la vuelta. ¿Cómo potenciar la multiplicidad de plataformas con las que cuenta la UNT con información de calidad? Y de paso, ¿qué hay del papel que juega la Universidad en Canal 10?

11) Asunt. Aquí la cuestión es grave. Las quejas de los afiliados por las prestaciones que está brindando la Acción Social son tan permanentes como los números en rojo. Entonces resulta imprescindible poner el futuro de Asunt sobre el tapete, con un plan de funcionamiento adecuado a su realidad.

12) Representatividad. En tiempo de elecciones se visibiliza el reclamo de quienes no tienen la posibilidad de participar en los comicios (las ocho Escuelas Experimentales y las dos Escuelas Universitarias). Pero esa falta de representatividad no se agota en las urnas; más bien se traslada a todas las mesas de decisiones. ¿Qué modificaciones está dispuesta a hacer la UNT para reparar este déficit, al que le cabe el concepto de discriminatorio?

13) Docentes. Este es un frente con numerosas aristas y también dispar puertas adentro. En cada Facultad y/o Escuela las discusiones -y también los grados de compromiso en situaciones límite, como una huelga- son diferentes. Pero una cosa es dónde y cómo se discuten los salarios, a partir de las proyecciones nacionales, y otra el cumplimiento del convenio colectivo de trabajo, que es obligación exclusiva de la UNT. ¿Qué está sucediendo en este sentido? ¿Y qué hay de los cargos que permanecen en limbos de vacancia? Atención, hay Facultades en las que los profesores titulares desde hace tiempo son una especie en vías de extinción.

14) Estudiantes. ¿Qué les está brindando la Universidad a sus estudiantes? ¿Cuáles son las deudas históricas que mantiene con ellos? Y desde el otro lado del mostrador, ¿cuándo se abre una discusión acerca de los regímenes que los estudiantes transitan, de las obligaciones que la universidad pública y gratuita les impone?

15) Cultura. La UNT se debe, desde hace años, la implementación de una política cultural acorde con su historia y con su acervo. ¿Cuáles son los ejes que esa política no puede soslayar?

16) Vinculación. Pensar en una Universidad que a su misión básica ligada al estudio y a la investigación le sume: involucrarse en el desarrollo social y económico de la comunidad, convertirse en un espacio de debates e intercambio de ideas, generar toda clase de servicios y consultorías, ¿es posible? ¿Estamos a tiempo? Será interesante escuchar a los candidatos explayándose sobre todos estos temas.

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