Ucrania: entre las ruinas y las bombas

Ciudades sitiadas.

19 Marzo 2022

Rusia disparó misiles contra un aeropuerto cercano a Leópolis, ciudad en la que cientos de miles de personas se refugian lejos de los campos de batalla ucranianos, mientras Moscú intenta recuperar la iniciativa en su estancada campaña contra Ucrania. Ayer, durante la mañana, se escucharon al menos tres explosiones cerca del aeropuerto de Leópolis.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inició una conversación con el líder chino, Xi Jinping, en un intento de asfixiar la maquinaria bélica rusa aislando a Moscú de la única gran potencia que aún no ha condenado su asalto.

Más de tres semanas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó una invasión para someter lo que él llama un estado artificial que no merece ser una nación, el gobierno de Ucrania sigue en pie y las fuerzas rusas no han capturado ni una sola gran ciudad.

Aunque las tropas rusas han sufrido grandes pérdidas, han bombardeado zonas residenciales hasta convertirlas en escombros y provocado la huida de más de tres millones de refugiados. Moscú niega estar atacando a los civiles en lo que llama una “operación especial” para desarmar a su vecino.

“Las fuerzas rusas han logrado un progreso mínimo esta semana”, dijo el Ministerio de Defensa británico en su actualización diaria de inteligencia militar. “Las fuerzas ucranianas alrededor de Kiev y Mikoláiv siguen frustrando los intentos rusos de rodear las ciudades. Las ciudades de Járkov, Chernigov, Sumy y Mariupol siguen cercadas y sometidas a fuertes bombardeos”, añade el informe.

El alcalde, Andriy Sadovy, dijo que varios misiles habían impactado en una instalación de mantenimiento de aviones. El ataque destruyo edificios pero no causo víctimas.

La ciudad, situada en el oeste de Ucrania, cerca de la frontera con Polonia, está a cientos de kilómetros del avance ruso y ha sido uno de los principales destinos de los ucranianos que se ven obligados a huir de las zonas de combate.

La ciudad de Mariupol, un puerto del sur sitiado desde hace tres semanas, y donde los residentes se han refugiado sin acceso a alimentos ni agua, se convirtió en un símbolo de la brutalidad de la invasión.

Kiev se ha librado hasta ahora de un gran asalto, con largas columnas de tropas que bajan desde el noroeste y el este detenidas a las puertas en intensos combates. No obstante, los residentes de la capital están soportando ataques nocturnos con misiles mortales.

Ayer, los restos de un misil abrieron un gran cráter en el suelo en medio de un bloque de viviendas donde también se encontraba una escuela en el norte de Kiev, destrozando cientos de ventanas y dejando escombros esparcidos por el complejo.

Al menos una persona murió, según los servicios de emergencia. El alcalde de Kiev dijo que 19 personas resultaron heridas, entre ellas cuatro niños.

“Esto es un crimen de guerra de Putin”, dijo Lyudmila Nikolaenko, que visitaba a su hijo, que vivía en uno de los apartamentos afectados. “Dicen que no están golpeando a gente normal, dicen que nos estamos disparando a nosotros mismos”. (Reuters)

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