Sergio “Maravilla” Martínez: siempre listo para lo desafiante

Con 47 años quiere volver a ser campeóndel mundo. El deportista le gana al artista, pero en todo él quiere ser el mejor.

SEGURO. La mirada penetrante y fija es clave para un boxeador. Martínez la tiene.  LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO SEGURO. La mirada penetrante y fija es clave para un boxeador. Martínez la tiene. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO

Pablo Pérez le pidió un consejo a Sergio “Maravilla” Martínez. “Andá a entrenar ¡ya!”, respondió el ex campeón del mundo en categoría mediano y superwelter. El boxeador bramó la respuesta, entre el disgusto y el humor, porque el joven, que hace poco tiempo empezó a boxear, reveló que se entrena desde las 9 de la mañana. La angustia de Pérez pasaba por el hecho de que trabaja 10 horas por día y le resulta complicado equilibrar el boxeo con su tarea laboral. Para Martínez, que brindó una charla en la Sociedad Rural, eso era inaceptable. “Maravilla” contó más de una vez que su entrenamiento comenzaba a las 5 de la mañana. Incluso, en momentos en los que su cuerpo estaba débil, no bien nutrido, porque no tenía casi nada para comer. En el mano a mano con LG Deportiva, el deportista habló de todo. De ese tipo de situaciones, que asegura en todos los aspectos de la vida hay que atravesar si se busca una meta concreta. Lo que perdió, lo que ganó y lo que quiere ganar, sin dejar de hacer todo lo que le gusta más allá del deporte, son los temas que obsesionan al quilmeño.

- ¿Qué siente “Maravilla” en la actualidad cuando camina hacia el ring?

- Mucha alegría. Una sensación de haber hecho las cosas bien y haber recorrido un camino. Yo divido mi vida por bloques, por combates, por peleas, por campeonatos mundiales. Cada combate son 10 semanas de preparación en las que voy midiendo al milímetro tanto el entrenamiento, el pesaje, la motivación y el com-pro-mi-so, palabra clave, compromiso. En estos últimos cuatro combates, subí al ring sabiendo que hice todo, lo mejor posible para estar ahí y quedarme con un triunfo. Estoy satisfecho y hasta ahora voy ganando.

- ¿Esperabas un regreso con cuatro victorias seguidas?

- Sí que lo esperaba porque trabajo muy duro, no puede salir mal.

- ¿Te subís al ring por la gloria, ahora? ¿Dinero, fama?

- Lo bueno, es que antes tampoco subía por dinero porque si lo hacía por dinero, hubiese estado al horno. El que pelea por necesidad, pierde por obligación. Yo siempre fui en busca de la gloria, del título, del reconocimiento y sigo de esa manera. Eso sí, a nivel económico ya estoy mucho mejor.

- Durante tu carrera ¿te topaste con campeones sin corona?

- Con unos cuantos.

-¿Qué hace falta para ser un buen boxeador y campeón?

- Son conceptos que no van de la mano. Sí, para ser un campeón hay que ser un buen boxeador. Pero hay buenos boxeadores que no llegan a ser campeones. No creo en la suerte, ni buena, ni mala. Yo siempre supe lo que estaba dispuesto a perder para poder ganar en el boxeo.

- ¿Qué perdiste?

- Uno tiene que saber que va a pagar un precio verdaderamente alto. Perdí afectos, familia, amistades, novias. “Sergio quedáte. ¿No tenés aunque sea 10 minutos para tus amigos?”, me decían. “Chicos, lo siento: mañana tengo entrenamiento. Diez minutos acá, son 10 minutos menos de descanso”, respondía.

- Esas personas ¿lo entendieron?

- No los volví a ver. No lo negocio. Lo siento tengo el colchón primero: voy a descansar, voy a mirar la pared blanca y en esa pared blanca encuentro mi descanso, voy a hacer nada, pero no quiero estar con ustedes.

- ¿Qué le dirías a los que critican el boxeo por violento?

- Más que una violencia es una agresividad consensuada. Hay algo que es evidente: hay gente que murió producto de los golpes por haber hecho las cosas no muy bien. Los que le tocó morir, es porque en la previa hicieron todo mal. Uno no se muere arriba del ring porque te pegan una paliza. Hay que ver qué hizo antes. Bajar de peso de manera salvaje por ejemplo, es super perjudicial, ahí radica el punto principal de la problemática. Antes de una pelea de relevancia mundial, eliminatoria o título, yo boxeador firmé un montón de veces un contrato que dice a quién va a parar el dinero de la bolsa en caso de quedar como una planta o morir. Se sabe que hay cierta agresividad porque se necesita de eso: estás queriendo superar a un hombre. La violencia es otra cosa.

- ¿Qué les dirías a los padres que buscan un deporte para sus hijos?

- Primero, que los dejen elegir. Los hijos no son tontos. A veces, subestimamos la inteligencia de los niños y ellos nos pegan 1.000 vueltas. Después que, si supieran la labor social que cumple el boxeo, los padres mismos pondrían un gimnasio de boxeo en su propia casa. La clave está en trabajar adecuadamente para que cuando peleen de profesional me entiendan cuando hablo. Yo vocalizo bien, no sólo porque escribo y leo cantidades tremendas, me la paso escribiendo y leyendo. También hablo bien por el boxeo, porque como todo deporte bien hecho, ayuda. Ojalá los papás puedan llevar a los chicos porque van a salir siendo otras personas, personas mucho más maduras.

- Regresaste con la intención de lograr otro título mundial. Luego de estas cuatro peleas, ¿cómo lo ves?

- Lo veo difícil, como cuando tenía 30 años.

- ¿Eso es bueno o malo?

- Y tiene algo de malo, sí. Me pueden pegar, me puedo fundir y que me rompan todo, pero también puedo ganar. Lo mismo decía cuando tenía 30 y pico de años. Yo sólo quiero la oportunidad y del resto me encargo yo. Sigo sosteniendo esa frase.

- ¿Para cuándo creés que podés tener esa oportunidad?

- En el boxeo no es como en el fútbol o en el tenis que sabemos que se llega a la semifinal y en la final está la posibilidad de ser campeón. En el boxeo es diferente. Estar cuarto en el ranking del mundo ya es altamente positivo. Lo que yo pienso, después lo puedo transformar en realidad, trabajo para eso. No es que digo: “sueño con tal cosa y se da por arte de magia”. No, todo es trabajo. Estamos en marzo, de aquí a un año ya debería haber disputado un título mundial. En 2023 para éste mes ya lo debería haber hecho porque también hay que ver cuánto tiempo más me quedan las ganas, el entusiasmo y el empuje. Cuando entre ceja y ceja tengo algo, no lo dejo escapar, pero también tengo 47 años y lo entiendo. Tengo otras cosas que me gustan mucho: estoy por protagonizar una película, tengo otra para ser actor de reparto y otra para co-protagonizar, una obra de teatro que empecé a escribir también. Y charlas y charlas para dar...

- Y ¿por qué creés que del boxeo no te podés despegar? Cuando perdiste contra Miguel Cotto dijiste que te retirabas.

- Me había enojado con el boxeo y en realidad no tenía la culpa. Uno dice que el boxeo es violento y no, la gente es violenta. “El boxeo es turbio”. No, la gente es turbia. “El boxeo tiene de gánster”. No, la gente que está en el boxeo esconde mucho de gánster.

- No fue la derrota, entonces, lo que te lleva a retirarte.

- No, fue la lesión en la rodilla derecha. Yo me cansé, empecé a sentir que ya no podía.

- ¿Cómo está la lesión?

- Está ahí, pero al no doler, mi doctor acomoda la rodilla y yo funciono y vengo funcionando bien.

- ¿Cómo calificarías el estado del boxeo argentino?

- No es para nada preocupante. Como muchísimas cosas de nuestra sociedad y del mundo, todo tiene un tiempo y de repente pack, hay una debacle, una caída, crisis. En el boxeo hay épocas que tenemos cuatro o cinco campeones y después tenemos sequía; estamos empezando a salir de esa sequía, pero es porque cuando en la época que hay campeones, no se trabaja para seguir sacando más. Es muy difícil ser campeón del mundo. En la época que estábamos Maidana, Narváez, Revecco, Matthysse y yo, pensábamos que pateábamos una piedra y sacábamos un campeón del mundo o dos. ‘Soy argentino: ¿a quién querés que le gane? No, no es así. Hay sólo 110 campeones mundiales de dos millones de boxeadores que hay en activo en el mundo, entonces, hay que darle el peso y la importancia que tiene el hecho de que es muy difícil ser campeón. Estamos en la etapa de superar esa crisis, como no queremos la crisis, empezamos a sembrar de vuelta, ahora empezaron a salir los brotes.

- ¿El título de Fernando Martínez (NdR: ganó el título supermosca FIB en febrero) te sorprendió?

- Vi unos combates de él. No me causó sorpresa porque se que es un gran boxeador. Fue un soplo de aire fresco maravilloso. Tenemos a Brian Castaño que es un super, mega talentoso y aparece Fernando Martínez que se mandó un combatazo contra un campeón interminable, el que más tiempo reinó en una categoría. Los que lo conocen bien ya me hablaban de que iba a ser campeón.

- ¿Cuál es tu opinión del boxeo femenino?

- Estamos a la cabeza a nivel mundial. El problema viene porque a veces nos acostumbramos a tener 20 campeonas mundiales, después tenemos 10 y parece que estamos en crisis y, como ya dije, es muy difícil, el nivel que hay en el mundo es muy parejo y equilibrado.

- ¿Qué te genera ver a dos mujeres boxeando?

- Antes yo veía una chica golpéandose y decía: “ay, pobrecita, no se golpee”. Pero hoy en día, no es que lo entendí, sino que digo que hay asumirlo porque ya están. Está muy bien que se hayan ganado el lugar. El lugar se lo ganaron y hay que ganarse las cosas. Si esto fuese para valientes, yo no hubiese sido campeón del mundo jamás, soy de lo más cobarde que hay. Esto no es para gente fuerte, rápida, potente, es para gente inteligente, es ahí donde uno se destaca en el boxeo.

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