Hasta dónde llegará la cirugía en el gabinete

 A CARGO DEL PE. Osvaldo Jaldo, vicegobernador de Tucumán. A CARGO DEL PE. Osvaldo Jaldo, vicegobernador de Tucumán.

La crisis económica alimenta la desafección política. Nunca jamás ha habido una distancia tan grande entre las elites políticas y la gente de a pie, advierte la consultora Zuban, Córdoba y Asociados en su último reporte. Todas las imágenes del ecosistema oficialista mantienen un diferencial negativo que se sostiene en el tiempo, señala. Y esto encuentra explicación en la grieta de la grieta. El Frente de Todos está disperso. No llega a 2023 con la fuerza que los grandes líderes de ese espacio hubiesen imaginado. El peronismo se dobla, pero no se rompe, dicen en ese partido. Sin embargo, las diferencias conyugales dentro de esa coalición oficialista son cada vez mayores. Es imposible convivir con el adversario interno. No obstante, nadie ha presentado la renuncia. Tampoco se la han pedido a los dirigentes de La Cámpora, aquellos que hoy resultan disonantes a las expectativas de la gestión del presidente, Alberto Fernández. La oposición, en tanto, no logra salir tampoco de su interna. Los actores de Juntos por el Cambio mantienen imágenes estables o con pequeñas tendencias alcistas, pero se muestran incapaces de hablar más allá de su espacio electoral, indica el diagnóstico de la consultora privada.

La situación en Buenos Aires se replica en todos los distritos. En algunos con más fuerza que en otros. Si bien el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo de Tucumán, Osvaldo Jaldo, señaló ayer que no hay que sobredimensionar las cosas, al referirse a las internas nacionales, está claro que su administración trata de anticiparse a lo que puede llegar a ser un terremoto justicialista si, definitivamente, Cristina Fernández de Kirchner decide trazar una línea más visible con la Casa Rosada.

Los liderazgos están heridos. No hay dirigente que se salve de la repulsa social. Por uno u otro motivo, todos terminan expuestos por una realidad embargada por la inflación. A la sociedad argentina le duele cada vez más el bolsillo. Y no hay pócima que termine con el hechizo de la suba sostenida de los precios. El estancamiento con inflación está causando estragos en todas las franjas sociales, pero acrecienta el nivel de pobreza. Son cada vez más los argentinos que no consiguen empleo, mientras la subocupación horaria del ejército de ocupados está tratando de encontrarle la vuelta a otro puesto para aumentar sus ingresos y, de ese modo, llegar a fines de mes, sin grandes contratiempos financieros. Hoy se sabrá cuál ha sido el comportamiento del mercado laboral al cierre de 2021.

El Gobierno está convencido de que, con un mayor ritmo de la obra pública, los indicadores socioeconómicos y el humor social pueden revertirse. Jaldo y el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, han convenido que, con la creación de un ministerio específico, el plan de trabajos públicos puede reorientarse. ¿Qué pasó para que ambos decidan incluir un área específica más al gabinete? Tanto en Buenos Aires como en esta ciudad las quejas por las demoras administrativas en presentar proyectos ejecutivos arreciaban. Se puso como ejemplo Chaco, cuyo gobernador, Jorge Capitanich, estaba certificando obras a un ritmo mayor que otros distritos y pidiendo más cupos. Desde fines del año pasado, el vicegobernador venía madurando la idea de aplicar cirugía mayor si sus funcionarios no rendían. Abrió un tiempo de gracia y, al parecer, la situación no se ha modificado del todo. En algunas áreas sí hubo respuestas; en otra no tanto. Fabián Soria, hasta ahora decano de la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Tucumán, llega con la misión de canalizar todas esas iniciativas y recuperar parte del tiempo perdido (no sólo en esta última gestión; también en el anterior mandato). La inversión pública es más evidente en provincias vecinas que en Tucumán. Todas tienen una obra estructural para mostrar; aquí se siguen poniendo parches. Jaldo es consciente de esta situación, pero no calla. Ahora es probable que aproveche la reestructuración interna para modificar el elenco que trabajará a la par de Soria. El organigrama del nuevo ministerio está prácticamente terminado. El gobernador interino se debate hoy entre quiénes continuarán en su cargo y quiénes deberán presentar su dimisión. Se había pensado que la asunción se haría hoy, apelando al dictado de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), con el que el Poder Ejecutivo sustentaría la legalidad del cambio en la norma que regula los ministerios. Es posible que haya otro impasse hasta el viernes. Para ese día esperan el arribo de Juan Manzur, en su ya acostumbrada visita de los viernes a territorio provincial. El gobernador en uso de licencia no vendrá solo. Junto a él llegará el ministro de Relaciones Exteriores, el albertista Santiago Cafiero. Las curiosidades propias del poder: a Cafiero lo sindicaron como uno de los promotores del enfriamiento de la relación del Presidente de la Nación con el jefe de Gabinete. En el mundo peronista, las internas de ayer serán las alianzas del mañana. De eso pueden dar fe tanto Jaldo como Manzur, tomando la referencia local.

El Frente de Todos procura salir de la tempestad interna, esa misma que puede tapar las promesas de inversiones si se profundiza. De allí la premura por crear un ministerio que, entre otras misiones, deberá cambiarle la cara a la obra pública en los siguientes 15 meses, hasta el próximo turno electoral.

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