Barbijos en las escuelas: ¿es razonable que los niños sigan obligados a usarlos?

Influenzas hubo siempre, ¿en qué se sustenta todavía esta exigencia? Expertos debaten al respecto.

EXTENSION HORARIA. Parece positivo, pero queremos ver cómo se implementa, dicen los especialistas. ARCHIVO LA GACETA EXTENSION HORARIA. "Parece positivo, pero queremos ver cómo se implementa", dicen los especialistas. ARCHIVO LA GACETA

Desde el lunes pasado, cada una de las 24 jurisdicciones de la Argentina puede decidir si en sus escuelas y colegios el tapabocas será de uso obligatorio u optativo. La información fue confirmada por el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, quien viajó a Ushuaia para anunciar que en esa provincia el barbijo ya no iba a ser una exigencia. Ciudad de Buenos Aires, La Plata y Mendoza tomaron la misma decisión. En paralelo y en cambio, tras un debate en el Consejo Federal de Salud (Cofesa), del que participaron la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, y sus pares provinciales, se reiteró la recomendación del tapabocas, por el contexto actual de brotes de influenzas. Los gobernantes de Córdoba, San Luis y Santa Fe se expresaron en esa línea y dijeron que prefieren no anticiparse en las medidas de flexibilización hasta que finalice el invierno.

Tucumán optó por la misma postura. "El barbijo nos protege de la gripe y de muchos virus que comenzarán a circular ahora", plantea Miguel Ferré Contreras, secretario ejecutivo del Sistema Provincial de Salud (Siprosa). Pero, ¿es razonable que debido a otros virus los niños continúen con barbijos? Influenzas hubo siempre, ¿en qué se sustenta esta obligatoriedad que surgió con una pandemia por ahora en retroceso? "Básicamente, esto es una decisión política. Desde la ciencia y la medicina, nadie tiene la bola de cristal y nadie sabe qué va a ocurrir en los próximos meses. Obviamente, los casos de covid-19 han disminuido, la vacunación ha progresado y los testeos casi no son solicitados. Sabemos que el nivel de contagio ha descendido abruptamente. Pero es difícil determinar cuándo podremos dejar de usar el barbijo y si, tras dejarlo, deberemos volver a indicarlo más adelante", contesta la médica pediatra Gabriela Salomón, consultada por LA GACETA.

Numerosos países de Europa (Holanda, Suecia, Francia, Inglaterra, Irlanda o Dinamarca) no exigen a los niños en primaria a usar tapabocas, tal como lo recomienda -de hecho- el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. "En otras naciones, como China o Estados Unidos, hay un amplio debate al respecto, con papers internacionales que apuntan en uno y otro sentido", añade Salomón.

El doctor Héctor Sale, presidente del Colegio Médico de Tucumán, se manifiesta coincidente, pues afirma que se está observando un preocupante brote de influenza. "Esta época del año, con el ingreso de los días fríos, no es la adecuada para dejar de lado las medidas preventivas. No sólo debemos enfocarnos en el coronavirus, sino también en otros procesos virales. Sería prematuro discontinuar el barbijo", evalúa.

Pero desde el punto de vista de la educación, algunas miradas destacan que las mascarillas afectan negativamente el aprendizaje: perjudican la comunicación verbal y no verbal y causan un daño social y emocional. ¿Los chicos necesitan ver las expresiones y reacciones en los rostros de los otros? "¡Ay! Qué difícil pregunta", suspira la docente Sandra Izquierdo, con sus más de 25 años de experiencia y sus 15 años en el colegio privado Santa Rosa, de la capital. "Si bien bajaron los casos de coronavirus -prosigue-, tenemos muchos de gripe A. Creo que deberíamos seguir con barbijo unos meses más, hasta que pase el invierno", razona.

No obstante, reconoce que este profiláctico plantea una dificultad, sobre todo en los primeros grados del nivel inicial. "Los alumnitos tienen que ver la boca de sus maestras, porque se trabaja mucho con los fonemas", relata. En ese sentido, cuenta que ella trata de tener siempre a mano un barbijo transparente. Además, reivindica la importancia de los recreos al aire libre, que permiten que los chicos se quiten las máscaras y compartan con sus amigos.

Isabel Ruiz, secretaria general de la Agremiación del Personal de Enseñanza Media y Superior(APEMYS), entiende que, aunque muchos docentes tienen hasta tres dosis de vacunas contra el SARS-CoV-2 y los estudiantes también se encuentran inoculados, en su mayoría, en esta etapa de transición, con circulación de otros virus respiratorios e incertidumbre acerca del comportamiento del coronavirus, los barbijos deberían permanecer puestos. "Sería lo mejor hasta que transcurra el invierno", concluye.


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