El VAR evitará injusticias y alimentará discusiones

EL PRIMERO. Lamolina estará asistido.  EL PRIMERO. Lamolina estará asistido. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Llegó el día y ese día es hoy. Tan esperado y a la vez, quizá, un poco temido. El VAR desembarca en el fútbol local esta noche, en el partido Colón-Aldosivi en Santa Fe.

“Uy, lo que va a ser eso”, es una frase que se escucha mucho por la calle en estos días. El sistema de video-arbitraje ha dado muchísimo que hablar en todo el mundo –también en Argentina por torneos internacionales-, y ya ha sufrido algunos ajustes.

Pero teniendo en cuenta el nivel de conflictividad –y desconfianza- con que los argentinos vivimos el fútbol hay una idea bastante diseminada: si bien el VAR va a evitar algunas injusticias, también dará motivo a polémicas y a discusiones todavía más fuertes que las acostumbradas.

A partir de ahora, los hinchas argentinos se irán familiarizando cada vez más con el vocabulario VAR. Por ejemplo, el ‘delay’ de silbato o bandera, la recomendación a jueces principales y asistentes de que contengan el impulso de pitar o agitar –respectivamente- en jugadas que puedan terminar en gol, no vaya a ser que se equivoquen al cobrar en la jugada previa y el grito sagrado no llegue a producirse.

Y tendrán que aprender –y aceptar- que bajo los dominios del VAR se encuentran cuatro jugadas, y no más que ellas: goles, penales, tarjetas rojas directas y confusión de identidad.

En el predio de la AFA se ha erigido un Centro Tecnológico de Desarrollo Arbitral de 12.000 metros cuadrados desde donde operará el VAR en cada partido (se han tendido 1.800 kilómetros de fibra óptica desde los estadios a Ezeiza para que se trabaje de forma remota).

Ayer, en una Jornada de Capacitación VAR para la prensa, Federico Beligoy, responsable de la Dirección Nacional de Arbitrajes, aclaró tres puntos:

1. El VAR sólo dispondrá de las imágenes que le proporcione la transmisión oficial de TV.

2. El VAR chequea todo.

3. El árbitro de campo termina diciendo qué se hace o no. El VAR simplemente propone una revisión.

Y repitió como una letanía el espíritu del VAR: mínima interferencia y máximo beneficio.

El puntapié inicial, por así decirlo, lo dará Mauro Vigliano, considerado el mejor árbitro VAR argentino en el estadio “Brigadier Estanislao López” (él y Germán Delfino son los candidatos de nuestro país para el VAR en Qatar).

Y Atlético, el domingo ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, tendrá su primera vez con VAR en Copa de la Liga Profesional, con Héctor Paletta al mando de los controles en Ezeiza.

A ver qué pasa con el VAR.

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