11 Abril 2022
RECURSO. El empresario Otto Barenbreuker (h) ofrece como probation pagar $ 15.000 en cuotas para evitar el juicio. LA GACETA / ARCHIVO.
El debate oral mediante el cual se juzgará si el empresario Otto Fernando Barenbreuker (h) estafó o no a una veintena de clientes que le había adquirido departamentos se desarrollaría entre el 21 de junio y el 1 de julio.
El uso del potencial se debe a que la Justicia todavía debe resolver un intento de la defensa del arquitecto por frenar el proceso: en representación de Barenbreuker, los abogados Carlos José Varela Soria y José Alejandro Espejo solicitaron el beneficio del instituto de suspensión de juicio a prueba, medida popularmente conocida como probation.
"Mi defendido ofrece en concepto de reparación $ 15.000 a cada uno de los denunciantes-querellantes, pagaderos con un anticipo de $ 5.000 y dos cuotas mensuales y sucesivas de igual monto", dice el texto.
A renglón seguido, explica el motivo de la exigua cifra. "Es dable destacar que tal reparación que se ofrece se encuentra en los límites de sus posibilidades económicas, habida cuenta que el acusado, si bien posee el título de arquitecto, se encuentra impedido de ejercer su profesión, por una sanción impuesta por el Colegio de Arquitectos de Tucumán (cancelación de matricula profesional), cuya sanción fue solicitada por los denunciantes", señalan Varela Soria y Espejo.
Además del dinero, Barenbreuker ofrece realizar trabajos comunitarios, también en concepto de reparación. "En cumplimiento de uno de los extremos del instituto que aquí se impetra (...), mi representado ofrece realizar tareas comunitarias en el Club de Práctica y Fomento Ecuestre San Pablo, sito en el ex Ingenio San Pablo de nuestra provincia, cuyas actividades serán en la cooperación con las clases de equino-terapia (terapia equina con niños autistas y otras patologíns similares)", ofrecen los abogados, en nombre del empresario.
En algunos casos, los denunciantes habían afirmado que se les había entregado departamentos a medio terminar, sin el certificado de final de obra. En otros casos, estos inmuebles presentaban instalaciones anómalas de servicios públicos. Finalmente, otros clientes denunciaron que Barenbreuker nunca les entregó los inmuebles que habían adquirido mediante la metodología “en pozo”.
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