La Justicia ya tiene a los tres sospechosos del crimen de un rondín

Dictan la prisión preventiva para un joven de 18 años. Además, dos menores quedaron a disposición de la Fiscalía de Homicidios.

LA ESCENA DEL CRIMEN. Los peritos analizan el lugar donde Ramón Antonio Gerez cayó herido de muerte por un disparo calibre 22. LA ESCENA DEL CRIMEN. Los peritos analizan el lugar donde Ramón Antonio Gerez cayó herido de muerte por un disparo calibre 22.

En los últimos días la Justicia localizó a los hermanos I.D de 16 años y S.D de 15 años, que habrían participado del crimen de Ramón Antonio Gerez, el rondín que fue asesinado cuando perseguía a un grupo de delincuentes que había intentado cometer un ilícito. Antes que los dos menores había caído Gabriel Ezequiel Condorí, de 18 años. El sospechoso fue imputado por tentativa de robo agravado seguido de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Si bien cuenta con antecedentes penales, este sería el primer delito del que se le acusa siendo mayor de edad. El juez Gonzalo Ortega le ordenó 88 días de prisión preventiva, como pedía el auxiliar fiscal Lucas Maggio, de la fiscalía de Homicidios I.

Robo y crimen

El hecho ocurrió en la madrugada del pasado sábado 9, cerca de la 1, cuando tres ladrones encañonaron a dos jóvenes en Eudoro Aráoz al 400 para sustraerles los celulares y las billeteras. Según la teoría del fiscal, los familiares de una de las víctimas, viendo lo que ocurría, salieron a la calle para impedir el asalto.

Viéndose superados en número, los ladrones huyeron. Fueron perseguidos primero por los vecinos y luego por Ramón Gerez y por Juan Carlos Gerez, ambos vigías privados de ese barrio, quienes patrullaban en una moto particular. En ese contexto, los delincuentes dispararon e hirieron de muerte a Gerez, en el pecho.

Según se conoció en audiencia, efectivos de la seccional 9ª y de la división Homicidios de la Policía intervinieron y consiguieron el testimonio clave de un vecino, que indicó conocer a los asesinos y pidió que su identidad se preservara por temor a represalias. En el lugar además se recogieron varias vainas servidas. Además según señaló un testigo, la banda irrumpió en una casa durante su escape y luego saltaron una tapia para escabullirse de sus perseguidores.

Con la información conseguida fue detenido días después, en un allanamiento, Gabriel Ezequiel Condorí, quien quedó a disposición de la fiscalía que hoy subroga Carlos Sale.

“Contaré la verdad”

Desde el comienzo de la audiencia, la defensora oficial Anabella Maza Villalba adelantó que su defendido tenía la intención de colaborar con la Justicia. Luego de que Maggio formalizara los cargos en contra de Condorí, se le dio la palabra al joven.

“Voy a contar la verdad, porque no estoy de acuerdo con el homicidio. Sí estuve en el lugar, pero yo no hice eso”, sostuvo el acusado. Según su versión, estuvo tomando junto con los dos menores, consortes en la causa, y en determinado momento salieron a comprar más alcohol a un negocio de 9 de Julio 2.100 (a una cuadra y media del lugar del hecho). No refirió palabra sobre el robo del que le acusan. Dijo que camino a ese comercio aparecieron los vigías. “El rondín lo tomó del hombro a I. y le dijo: ‘¿te acordás de mí? Todavía me debés una’. Ahí él (por el menor) sacó un arma y le empezó a disparar al hombre, yo salí corriendo y no miré para atrás”, argumentó Condorí. “Eso es todo lo que puedo decir, porque yo no estoy de acuerdo con el homicidio, yo no hice eso”, reiteró.

El imputado respondió a las preguntas de la defensa y del auxiliar fiscal, que le pidieron mayores precisiones.

Maggio solicitó tres meses de prisión preventiva argumentando que había testigos que les temían a los imputados y que podrían ser amedrentados. También le remarcó al juez que Condorí sí tenía antecedentes penales, aunque el acusado hubiera manifestado lo contrario al inicio de la audiencia. Ortega, al momento de resolver, consideró ese detalle como muestra de que el joven había intentado entorpecer el proceso. Para ese momento no se había localizado aún a los otros dos sospechosos. La defensa no se opuso a la medida pero sí planteó que dos meses podrían ser suficientes.

Destrozados

La viuda de Gerez, Ana María Frías, lloró desconsolada durante la audiencia y suplicó que el sospechoso permanezca preso.

“Tengo tres hijos ¿cómo les explico que su papá no vuelve más? Me duele el pecho por todo esto”. De fondo se escuchaba el llanto de la familia del rondín. Las expresiones de Frías provocaron que incluso Condorí soltara algunas lágrimas y se cubriera el rostro,

Ortega, tras escuchar a las partes, convalidó la postura fiscal y dictó 88 días de preventiva para garantizar la realización del proceso. Y ordenó el traslado de Condorí al penal de Villa Urquiza.

Reclamo en Villa Amalia: vecinos piden que permitan trabajar a los rondines y que les den chalecos antibalas

Luego de que la Justicia le dictara prisión preventiva al único mayor de edad imputado en la causa de homicidio, los amigos, familiares y colegas de Ramón Antonio Gerez, el rondín que fue asesinado, acudieron a la plaza de villa Amalia para manifestarse. “Trabajamos con miedo, pero a esa angustia la guardamos en el corazón para poder laburar y cuidar de este sector del barrio. Hemos dado todo. Mi hermano me enseñó lo que es la vida, pero me lo quitaron”, señaló en entrevista con LG Play Juan Carlos Gerez, sobreviviente de la balacera que acabó con la vida de Ramón Antonio el día que intentaron evitar un asalto. Manuel, un vecino de Villa Amalia expresó: “Ramón fue muy fiel a su trabajo, eso está demostrado. Son muchos los chicos que están haciendo seguridad barrial y que están desprotegidos totalmente. Este barrio tiene una plaza muy concurrida, vienen fácil 50 chicos todos los días, la gente viene al CAPS y le roban a cualquier hora. Estos chicos te acompañaban a las paradas, te hacían sentir un poquito más seguro porque la Policía por aquí no pasa hace cuatro meses”. También ante la cámara dijo: “al ministerio de Seguridad le pido que se conecte con ellos, que les preste herramientas, al menos chalecos antibalas porque no tienen nada: van sin armas y encima la Policía los frena para requisarlos, pedirles permisos y sacarles plata. Si Ramón tenía el chaleco se salvaba”. Otro vecino planteó que cerca de la plaza deberían poner una base para vigías municipales de la capital.

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