Tucumán Rugby le debe a Julio Paz gran parte de lo que es

Por José María Posse - Escritor e historiador.

 la gaceta / foto de diego aráoz (archivo) la gaceta / foto de diego aráoz (archivo)
23 Abril 2022

Hablar de Julio Paz en cualquier parte del país, incluso en el exterior, es hablar de Tucumán Rugby. Representó al club de la forma más destacada, como jugador, entrenador y dirigente. Fue uno de sus presidentes más progresistas.

Comenzó en el deporte a los 12 años, de la mano de sus amigos Gerardo y Lucho Remis, y del “Negro Tula”, quienes lo llevaron a Natación. Pero ya en 1955 estaba jugando en Tucumán Rugby, donde debutó en primera en 1956 en un partido que “ligó” (como a le gustaba decir), casi de casualidad, con sólo 15 años.

Jugó también al fútbol en Argentinos del Norte, pero al elegir entre llegar a la primera de ese club o continuar con el rugby, no dudó ni un segundo. A los 16 años ya integraba el seleccionado tucumano. Jugó también en el seleccionado del interior, donde se destacó en aquél memorable partido contra los Juniors Gazelles sudafricanos en 1965. A los 21 era entrenador y jugador de la primera de su club. Por entonces le ofrecieron la presidencia, lo que declinó postulando junto a otros, al inolvidable Juan Carlos Mudo Griet, de quién fue su eficaz vicepresidente durante años. Juntos llevaron al club a los primeros puestos institucionales y deportivos de la provincia.

Junto a su hermano Otto, otro gran jugador, conformaron la tercera línea más temible de Tucumán Rugby de todos los tiempos. Impasables en la marca, implacables en el ataque. Junto a Jorge Ghiringhelli fueron los primeros tucumanos en integrar un combinado nacional. Cuando en 1958 se compraron los terrenos en Yerba Buena, fue uno de los propulsores del crecimiento verdinegro.

Su familia vivió el rugby con pasión y entrega. Su mujer, Julia Frías Silva, fallecida hace unos años, fue una entusiasta concurrente a la cancha. Su hijo mayor, Julio José, fue Puma desde el 91 al 94, además de ser un destacado integrante del seleccionado tucumano. También su hijo Alejandro brilló en la primera de Tucumán Rugby y Salustiano, quien nos dejó el año pasado, fue el alma mater del Seven de Tafí del Valle, el evento rugbístico más convocante del país.

Julio estuvo estado ligado al club por más de 60 años. Participó activamente en cada detalle de su crecimiento institucional y deportivo. Se desempeñó además durante más de 30 años en cargos directivos. Por tanto, para muchos de nosotros, Julio Paz es “El Señor Tucumán Rugby”. A él se le debe gran parte de lo que hoy es el club. Fue siempre un caballero, de gestos nobles, rectitud espartana y gran corazón. Siempre solidario, sin alardes ni eufemismos. Por ello fue tan querido y respetado en el ambiente del rugby tucumano, el que llegó a conducir entre 2006 y 2008.

En los años venideros su nombre perdurará como el de aquel que fue ejemplo para varias generaciones, quienes vieron en él una guía a seguir, desde lo deportivo, dirigencial y humano.

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