El desafío de urbanizar la más grande villa del país y de dar ciudadanía a sus habitantes

Desde 2016, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires viene aplicando el "proceso de integración social y urbana" en el barrio Padre Mugica, conocido como "Villa 31".

GESTIÓN DE GOBIERNO. El desafío de urbanizar la más grande villa del país y de dar ciudadanía a sus habitantes. GESTIÓN DE GOBIERNO. El desafío de urbanizar la más grande villa del país y de dar ciudadanía a sus habitantes. PRENSA DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
26 Abril 2022

La inmensa mayoría de los argentinos -al menos, los de la población adulta- sabe de qué se habla cuando alguien alude a la “Villa 31”. No significa que necesariamente la conozca; y, mucho menos, por dentro. Pero seguramente habrá oído alguna mención en noticieros o en medios gráficos porteños, o la habrá visto desde arriba, cuando llegaba a Buenos Aires.

Probablemente se trate del más importante asentamiento irregular de toda la Argentina. Ocupa una superficie de 72 hectáreas, donde viven 40.203 personas -mayormente, jóvenes-, en 12.825 casas. Para dimensionar el número, vale mencionar que en Lomas de Tafí, el megabarrio de 5.000 viviendas, habitan unos 25.000 tucumanos. En cuanto a lo cualitativo, desde su surgimiento, a inicios de 1930, la villa siempre funcionó como refugio de ciudadanos argentinos o de países limítrofes, que emigraban hacia la Capital ante cada crisis económica.

En 2016, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) comenzó un proceso de urbanización en ese lugar -y en otros siete asentamientos irregulares-. Destacan todo el tiempo que la idea es integrar el barrio a la ciudad; que este sea parte de la zona donde conviven Recoleta, Retiro y el puerto, entre otros.

El programa, denominado oficialmente proceso de integración social y urbana, implica una serie de acciones; entre otras: la reubicación, dentro de los límites del lugar, de familias que vivían en inmuebles con riesgo de derrumbe o edificados en sectores prohibidos -bajo la autopista Arturo Íllia-, y la demolición de esas casas; el mejoramiento, con la participación de quienes habitan el hogar -se les facilitan herramientas y materiales, y se los capacita-, del interior y del exterior de las otras viviendas, para que sean seguras y accesibles; la reapertura, consensuada con los vecinos, de algunas calles -lo que permitirá el ingreso de las líneas de colectivos y un mejor acceso para móviles policiales y sanitarios, entre otros-; la construcción de pavimentos y de veredas; la realización de censos y de relevamientos, y la sanción de leyes de integración.

Los funcionarios -en especial, los responsables del programa- tienen tan arraigado el concepto de reurbanización que ninguno se refiere al asentamiento como “Villa 31”. Los más formales le llaman “barrio Padre Carlos Mugica”; pero la gran mayoría recurre a una mezcla de ambas denominaciones, y habla directamente del “barrio 31”.

Militancia

Tomás Galmarini es el responsable de la Unidad de Proyectos Especiales, área desde la cual se trabaja para integrar el barrio 31 como uno más de la ciudad.

Caminar junto a él por el interior del espacio implica un ejercicio de paciencia: mientras recorre el barrio saluda a diestra y a siniestra a los vecinos, por su nombre; y en ocasiones se detiene para oír algún planteo, queja o sugerencia.

Nadie puede reprocharle falta de militancia por esa, “su”, causa. Tomás pasa 12 horas del día dentro del barrio, y habitualmente almuerza en restaurantes que abrieron los habitantes de la villa, a modo de emprendimiento económico.

Durante el recorrido cuenta acerca de la importancia de preservar la identidad del lugar; en especial, debido a un sentido de pertenencia que muestran, orgullosos, los vecinos. Desde lo edilicio, tal voluntad se manifiesta en el respeto por la arquitectura de aquellas viviendas que están en buenas condiciones. Se las mejora, pero siempre respetando los colores o la forma que la familia le dio a ese hogar.

Una anécdota explica el compromiso por mantener los rasgos identitarios del lugar. El techo de una de las casas que estaba construida bajo la autopista era, precisamente, la parte de abajo de esa ruta. En ese “techo”, una nena que habitaba esa casa había escrito su nombre. Cuando el Gobierno de la CABA derrumbó la vivienda, tras reubicar a la familia, se decidió conservar ese grafiti. Tomás cuenta que la nena cuando pasa por el sitio -devenido una especie de plaza- señala su firma y cuenta que ella la escribió cuando vivía allí.

Para que se mude la familia de esta nena, y muchas otras, se construyeron 1.254 nuevas viviendas, en dos sectores del barrio: precisamente, quienes vivían bajo la autopista fueron reubicados en 1.146 viviendas, distribuidas en 29 edificios de tres y cuatro plantas; en Cristo Obrero, en tanto, se hicieron 108 nuevas unidades funcionales en containeras, en cinco edificios de cuatro plantas.

GESTIÓN DE GOBIERNO. El desafío de urbanizar la más grande villa del país y de dar ciudadanía a sus habitantes. GESTIÓN DE GOBIERNO. El desafío de urbanizar la más grande villa del país y de dar ciudadanía a sus habitantes. PRENSA DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.

Estas últimas fueron construidas con materiales que garantizan un alto nivel de aislación térmica, con calentamiento de agua por medio de energía solar térmica, y generación eléctrica mediante energía solar fotovoltaica: 26 paneles solares por cada núcleo de viviendas aportan de un 20% a un 25% del consumo de una vivienda tipo.

Los otros edificios son similares a los de Containera: se utilizó Steel Frame en muros exteriores de la envolvente, aislación térmica, y ladrillos de hormigón en los interiores, que suman inercia térmica. Ya están viviendo allí 595 familias. Un gran número de estas, incluso, ya firmó sus títulos de propiedad, un hito en la historia del barrio.

Un hecho que puede sonar menor, pero que reviste gran importancia, es que las calles ahora cuentan con nombres -elegidos mediante votación por los propios vecinos-, y las casas, con número. Una dirección postal fija resulta fundamental a la hora de encarar cualquier trámite; desde una búsqueda laboral hasta el llenado de un formulario para gestionar un beneficio social o sanitario.

Instalación de una nueva red eléctrica de media y baja tensión, alumbrado público, pavimentación de calles y ampliación de redes peatonales, obras de redes de agua y cloacas, nuevas redes pluviales, redes de comunicación, ampliación de la red de distribución de gas y conexión con las nuevas viviendas son algunas de las obras de infraestructuras que se vienen ejecutando desde el inicio del proyecto de urbanización.

"Trabajamos para que el lugar donde se nace no condicione las posibilidades de futuro. La integración es la herramienta para nivelar el punto de partida, para romper los ciclos de pobreza estructural y para generar infraestructura para el desarrollo", puntualizó la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno porteño, María Migliore, respecto de los proyectos de integración social y urbana que se llevan adelante en el barrio Mugica y en otros siete barrios de emergencia de la CABA.

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Estos beneficios, por supuesto, conllevan responsabilidades y obligaciones para los vecinos. En el caso de la electricidad, por ejemplo, se eliminaron conexiones clandestinas y se colocaron medidores. Los vecinos comenzarán a pagar por la luz, aunque al principio con tarifas diferenciadas. Las casas donde algunos vecinos fueron reubicados no son gratuitas: las pagan los flamantes propietarios porque, en efecto, reciben sus escrituras.

Desarrollo económico

Otro eje que incluye el proceso de integración social y urbana es el desarrollo de las actividades económicas; algo clave si se pretende de verdad cambiar la realidad de los vecinos del barrio.

Con ese objetivo, el Gobierno de la CABA instaló dentro del barrio Centros de Desarrollo Emprendedor y Laboral. Se trata de espacios mediante los cuales acercan a los vecinos todos los programas de desarrollo económico. Básicamente se ofrecen cuatro servicios: formación laboral -cursos de formación en oficios tradicionales, culturales y tecnológicos-, integración laboral -se acompaña a los vecinos para que puedan conseguir un trabajo formal mediante el armado de currículum, simulacros de entrevistas y una bolsa de trabajo-, desarrollo emprendedor -por medio de un plan de carrera a medida- ,y formalización e inclusión financiera -se impulsa la inscripción a impuestos y la inclusión de comerciantes en la economía formal-.

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