Diputados: la oposición tiene votos para aprobar la boleta única

La media sanción del proyecto podría naufragar en el Senado, impulsado por el rechazo del Presidente y de la vicepresidenta Cristina Fernández

EL PRO EN LA PRESIDENCIA. El mendocino De Marchi reemplazó a Sergio Massa, quien viajó con el presidente, Alberto Fernández, a Estados Unidos. EL PRO EN LA PRESIDENCIA. El mendocino De Marchi reemplazó a Sergio Massa, quien viajó con el presidente, Alberto Fernández, a Estados Unidos.

Luego que la oposición en la Cámara de Diputados reunió el número de 129 para abrir la sesión especial convocada para debatir el proyecto de boleta única de papel, al cierre de esta edición se desarrollaba el debate y se estimaba la votación para la madrugada de hoy. Según las primeras evaluaciones, con lo “justo” se aprobaría la media sanción de la iniciativa y remitida a la Cámara de Senadores para convertirla en ley.

Una vez que la oposición logró el quórum, la sesión quedó abierta a las 14.17, bajo la conducción del vicepresidente primero de la Cámara baja, el mendocino Omar De Marchi (Pro), ante la ausencia del presidente del cuerpo, Sergio Massa, quien viajó a la Cumbre de las Américas junto al presidente, Alberto Fernández.

Estaba previsto que la sesión comience a las 10 pero fue aplazada hasta las 14, para asegurar que los diputados opositores del interior puedan llegar a la Ciudad de Buenos Aires, a causa de la suspensión de los vuelos.

La iniciativa es rechazada por el Frente de Todos (FdT) que la considera, entre otras cuestiones, “extemporánea” ya que falta más de un año para las elecciones nacionales. Tanto el Presidente como la vicepresidenta, Cristina Fernández, se manifestaron en contra de la boleta única de papel. Y sería precisamente en el Senado donde el proyecto podría naufragar, incluso a pesar de la posición a favor que tenían algunos senadores oficialistas respecto de actualizar el sistema de votación.

La oposición consiguió reunir un estricto quórum de 129 diputados con sus propios legisladores, ya que el FdT no bajó al recinto porque considera que se trata de un tema que no está en “la agenda de la gente”.

Al abrir el debate, el diputado radical por Salta, Miguel Nanni, indicó que “el 90% de los países democráticos del planeta tienen este sistema que estamos tratando. La boleta única nos va a garantizar que la persona a la que queramos votar va a estar en el cuarto oscuro”.

Además, se refirió a los costos y puntualizó que “la inversión en la boleta partidaria actual es muy alta. Proponemos un sistema que prevé un excedente del 5%”.

Acto seguido, el legislador bonaerense, Florencio Randazzo, sostuvo que “la boleta única aporta un cambio y modernización al sistema electoral argentino” y destacó el consenso y el número alcanzado por la oposición para imponer el debate. “Lo más importante es que hemos logrado una nueva mayoría plural y diversa”, remarcó.

Por su lado, el diputado del Frente de Todos y titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Hernán López Araujo, defendió la continuidad de la boleta partidaria tradicional y sostuvo que “no hay evidencia empírica” de que el sistema electoral vigente facilite el robo de boletas o el fraude electoral en sus distintas variantes.

También se lamentó que la oposición se conforme con una “victoria pírrica (triunfo obtenido con más daño para el vencedor que para el vencido) con 130 o 131 votos” en el marco del debate “acerca de una reforma electoral de gran envergadura que merecería acuerdos transversales entre las fuerzas políticas mayoritarias”.

A su turno, la diputada de la izquierda Myriam Bregman (FIT-CABA) destrozó la iniciativa y lo calificó como “un sistema feudo” y cuestionó que “no estamos discutiendo la democratización del sistema electoral”.

“Lo que propone este sistema y es bastante hipócrita decirlo acá y no comprometerse en barrer con todas las trampas de las provincias, lo padeció mi compañero Alejandro Vilca que había una boleta de él contra 80 de (Gerardo) Morales, ni hablar del fraude del PJ tucumano”, argumentó la diputada que también cuestionó los costos de las elecciones.

Los votos necesarios

Por su lado, el diputado de Avanza Libertad, José Luis Espert, defendió el proyecto y remarcó que “el Estado debe asegurarle al votante la posibilidad de emitir su voto según su preferencia y con la menor dificultad posible”.

“Claramente la boleta única de papel lo hace al reunir toda la oferta electoral. Hemos normalizado la anormalidad, y parte de ella es votar con la boleta partidaria”, añadió.

Para aprobar la iniciativa, la oposición necesita 129 votos afirmativos, es decir la mitad más uno de los 257 que integran el cuerpo, por tratarse de una ley de carácter electoral. El oficialismo contaba ayer con un total de 128 votos.

Entre los espacios convocantes a la sesión e impulsan el cambio del instrumento para votar, suman 128 voluntades -excepto Mario Negri (UCR) que se encuentra con coronavirus- además de los legisladores de JxC y el interbloque Federal, el riojano Felipe Álvarez, de Ser; el representante del Movimiento Popular Neuquino y los dos de la bancada libertaria que lidera Javier Milei.

Ingresó renta inesperada: el proyecto oficial será tratado en Diputados

El proyecto de ley sobre la renta inesperada ingresó ayer a la Cámara de Diputados, donde la semana próxima se iniciará su debate, según adelantó el presidente del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez. Por su parte, el ministro de Economía, Martín Guzmán, reafirmó en Twitter que se trata de “una iniciativa que busca reducir las injusticias distributivas que el impacto de la guerra en Ucrania sobre los precios genera en nuestra sociedad”. Prevé la creación de una sobre-alícuota del 15% del Impuesto a las Ganancias de Sociedades de Capital aplicable al ejercicio fiscal 2022 para empresas que registren una Ganancia Contable superior a $ 1.000 millones. La alícuota contemplará la Ganancia Neta Imponible que haya crecido en términos reales y que cumplan con un margen de utilidad en 2022 superior al 10%, o un aumento del margen de ganancia en relación al 2021 de al menos 20%. Alcanza a las grandes empresas que tuvieron ganancias extras por los efectos de la guerra en materia económica, “algo transversal, a diferencia de otros países”, afirman.

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