Cristina, capitana y Alberto, va y viene

Cristina, capitana y Alberto, va y viene
23 Junio 2022

Por Hugo E.Grimaldi

Aunque cada día va perdiendo un poco más del aura que la envolvía para bien o para mal, la centralidad política de Cristina Kirchner del hasta hoy adelgazado oficialismo es innegable. Ha pasado de la etapa de dar órdenes maquiavélicas a sus subalternos más cercanos para escupirle el asado al Presidente -algunos de ellos han dicho con orgullo que “a Cristina no se la interpreta, se le obedece”- a disparar sibilinamente esas directivas en apariciones públicas que dan que hablar por mucho tiempo o a veces redondeando el ataque con un tuit como el del miércoles: “GOBERNAR (así, con mayúsculas), que de eso se trata”.

Por contraste, todo lo que encara Alberto Fernández le resulta difícil de sostener y lo obliga a ir y a volver de modo permanente, aun sabiendo que se pone una soga en el cuello. Sus colaboradores tampoco ayudan demasiado, ya que son capaces de decir que los iraníes del avión eran “instructores de vuelo” (Agustín Rossi) o que el piloto era un “homónimo” del hoy imputado (Aníbal Fernández). La salida fácil para el Presidente y los suyos es siempre la cuestión de la “novela” que hace la oposición y la prensa sobre todos estos temas llenos de ambigüedades, pero está bien claro que el guión le pertenece al Gobierno y que se esmera a diario para nutrirlo.

Es verdad que la vicepresidenta lo que más busca es no quedar pegada con lo que considera que será un fracaso de la economía debido a que Martín Guzmán no hace lo que ella quiere y entonces, si puede disparar, dispara para salvarse de la catástrofe y para que se note que no tiene nada que ver. Si lo de la lapicera no fue suficiente metáfora, en esas seis palabras del tuit ella explica de modo bien directo cómo se hace para llevar el timón. Y lo disparó sin anestesia, aún después de que el martes recibió un mandoble judicial bastante importante, ya que el juicio oral por los negociados en Vialidad comenzará sí o sí y ella estará en el banquillo de los acusados.

Sin embargo, desde lo político los palos públicos parece que sí funcionan porque tocó el lunes el tema de los planes sociales y ayer -pese a las aclaraciones del Gobierno que los recortes vienen de antes- se le quitaron 180 mil subsidios al Movimiento Evita (albertista) y a la Unidad Piquetera (izquierda) para pasárselos a intendentes y gobernadores. En verdad, pocos creen que su queja haya sido por la supuesta “privatización” que denunció, ya que, más allá del “relato” que fabrica como nadie, todas sus bajadas de línea, hechas de modo casual para que las interpreten y las ejecuten, siempre tienen segundas intenciones. Su verdadera gran preocupación es que los intendentes del Conurbano y sobre todo La Cámpora están siendo desbordados por la pobreza de gente que se pasa a los otros movimientos porque se ven mejor representados y consiguen recursos para comer al menos. Los números de las últimas elecciones ya le habían dicho algo.

Como pese a su verborragia, Cristina es también falible, en otro tema duro de los que tocó el lunes no le fue del todo bien. Ella se esmeró en bajarle línea al nuevo ministro de la Producción,  Daniel  Scioli sobre el “festival de importaciones” que le han dicho que se está comiendo las Reservas, para sugerir más controles cruzados. De la tríada de funcionarios que nombró (AFIP y Banco Central también), logró que -además de Scioli por Matías Kulfas- se cambiara el número uno de la Aduana, responsable de verificar aspectos de la facturación, sobre todo los precios de referencia, pero sin considerar que la brecha que prohija el actual esquema cambiario es la culpable de casi todos los deslices, ya que impulsa decisívamente la sobrefacturación en el caso de compras al exterior. Con el titular del BCRA parece que, por ahora, no tendrá mayor suerte, aunque otras de sus virtudes es saber esperar.

Pero, además, hubo un par de detalles en su descripción del problema  que han sido desmentidos fácilmente por la realidad de las estadísticas. El total de Importaciones medido en función del PBI (hoy 2,4%) es la misma relación que existía en 2014 ó 2015 cuando ella era Presidenta. Así que de “festival” no se puede hablar. Hoy, como entonces, los dólares se van por el mercado financiero y no por el comercial, ni mucho menos son fruto de los amparos judiciales que ella denunció para pegarle a las empresas y a la Justicia, ya que cubren apenas 2,3% del total facturado.    

En cuanto al Presidente, durante mucho tiempo trató de leerle los labios a su vice interpretando sus mensajes y no haciendo y ahora hace circular la novedad de que está “armando” su carrera a la reelección. Idas y vueltas, palos y zanahorias. Mientras tanto, la parálisis del Gobierno agobia por internista, pero más por intrascendente.

En cuanto al Presidente, durante mucho tiempo trató de leerle los labios a su vice interpretando sus mensajes y no haciendo y ahora hace circular la novedad de que está “armando” su carrera a la reelección. Idas y vueltas, palos y zanahorias. Mientras tanto, la parálisis del Gobierno agobia por internista, pero más por intrascendente.

Comentarios