El “Plato de Harvard”: ¿por qué puede ayudarnos a comer de forma más saludable?

Esta guía que tiene como finalidad que las personas puedan crear platos saludables y equilibrados.

ALIMENTACIÓN. El plato se basa en las propiedades nutricionales de los alimentos, y recomienda aquellos que son más saludables. Foto tomada de: rtve.es ALIMENTACIÓN. El plato se basa en las propiedades nutricionales de los alimentos, y recomienda aquellos que son más saludables. Foto tomada de: rtve.es
09 Julio 2022

La obesidad y el sobrepeso son una epidemia alarmante que crece en Argentina y el mundo. Ante la desesperación o la falta de conocimiento, miles de personas se someten a diferentes tipos de dietas o planes alimenticios con el único objetivo de bajar de peso. Una medida que puede llegar a ser efectiva en el corto plazo, pero que con el tiempo termina convirtiéndose en un problema cuando aparece el temido “efecto rebote” al no poder sostener esa alimentación restrictiva por la que se optó.

Se podría decir que es un volver a comenzar constante que podría encontrar su origen en la búsqueda por obtener resultados inmediatos sin tener en cuenta las consecuencias. Ya que el sobrepeso es un problema crónico, no aparece en un día ni se soluciona en una semana, como en ocasiones se suele pensar.

Según una encuesta de la consultora Ipsos, realizada durante el año 2021, la Argentina ocupa el quinto lugar de los países donde más se aumentó de peso en América Latina. El 40 % de los argentinos aumentó en promedio unos 6 kilos.

Para combatir el sobrepeso no existen recetas “mágicas” o hasta ahora nadie las encontró. Lo que sí se sabe y está comprobado que una dieta equilibrada es esencial si queremos mejorar nuestra calidad de vida. Con esa intención nace en 2011 el “Plato de comer saludable” o “Plato de Harvard” una guía nutricional elaborada por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Se basa en las propiedades nutricionales de los alimentos y recomienda aquellos que son más saludables. Está constituida por cuatro elementos básicos:

1- Frutas: hay que comerlas “de todos los colores posibles”. Los autores recomiendan ingerirlas enteras o troceadas en vez de jugos.

2- Verduras: variadas y en abundancia. “Las papas no se consideran vegetales o verduras, por su efecto negativo en el nivel de azúcar de la sangre”, aclaran.

3- Cereales: cereales integrales o enteros, o alimentos hechos con granos que hayan sido mínimamente procesados. Cuanto menos procesado sea un grano, mejor. También recomiendan los granos integrales -trigo integral, arroz integral, quinoa y productos hechos a partir de estos alimentos (como pasta integral y pan de trigo 100% integral)-.

4- Proteínas saludables: elegir legumbres, lentejas, garbanzos, habichuelas, frijoles. También guisantes, nueces, semillas y otras opciones de proteína vegetal, además de pescado, huevo y aves. Además, aconsejan limitar el consumo de carnes rojas y embutidos.

Los autores remarcaron, además, que el agua debe ser la bebida principal y recordaron que, más allá de la importancia de elegir alimentos saludables, no hay que olvidarse de la actividad física.

Luis Eduardo Bossi, médico pediatra y especialista en nutrición, expresó que esta guía es una buena base para aprender a cómo debe estar compuesto nuestro plato. “Se elaboró en base a las pautas culturales de los Estados Unidos. No está mal. Si la observamos, divide el plato en cuatro porciones y hay variedad”, indicó.

“Es una buena opción, pero es generalizada, por lo que debemos prestar atención a los casos específicos. También quiero señalar que la gente tiene que ser cuidadosa y seleccionar adecuadamente los alimentos y tener en cuenta la porción”, agregó Bossi.

Foto tomada de: hsph.harvard.edu Foto tomada de: hsph.harvard.edu

En tanto, la nutricionista Mariela Córdoba consideró que la pautas expresadas por los profesionales de Harvard son útiles tanto en niños como en adultos. Aunque realizó una serie de observaciones para tener en cuenta: “A diferencia de lo que se plantea en la guía, en mi caso no apartaría a la papa. Se trata de uno de los vegetales que más saciedad aporta junto a la batata y el choclo. Además, se debe aprovechar que es saciógena y le gusta mucho a los niños”, explicó.

“La incorporación de frutas, verduras y cereales es fundamental ya que son los grupos que mayor cantidad de vitaminas y minerales aportan. Me quiero detener en los cereales que se nombran (Trigo integral, cebada, granos de trigo, quínoa, entre otros) porque son muy buenos porque son hidratos de carbono de absorción lenta, no aumentan la secreción de insulina y aportan mayor saciedad”, remarcó.

La especialista en obesidad destacó la presencia del huevo dentro de este plato “perfecto” ya que se trata de una proteína saludable de gran valor biológico y completa. Le siguen en este esquema los lácteos y las carnes. “Este modelo plantea que se debe disminuir el consumo de carnes rojas y es algo con lo que coincido. No se deben sacar, sino consumir una vez por semana que sería lo ideal para así también poder darle lugar a otras fuentes de hierro como es el caso de las legumbres”, puntualizó.

Más allá de este plato

A parte de aprender conductas alimentarias saludables, no hay que perder de vista las emociones, advirtieron los especialistas. Detrás de esos kilos de más se esconden en ocasiones problemas emocionales o desórdenes en la rutina diaria. “Estamos aburridos, estresados o enojados e inmediatamente lo que hacemos es comer. Es una adicción que termina siendo un ansiolítico o antidepresivo que produce un efecto de confort, pero dura muy poco. Por lo que hay que evitarlo”, dijo Bossi.

El médico que trabaja diariamente con pacientes con sobrepeso señaló que existen cientos de técnicas para controlar esas emociones que florecen, pero la que más recomienda debido a los resultados que aporta es la actividad física (trotar, correr, salir a caminar, entre otras). “El ejercicio es una herramienta de vital importancia para la salud humana. Un profesor de Harvard siempre decía ‘una hora de actividad física son tres días más al final de los días’ y es así especialmente en las personas que ya pasaron los 50 años”, añadió.

“Otro factor al que se le debe prestar atención es el descanso. Un estudio que se realizó en personas que trabajaban de noche y que habían subido de peso demostró que en estos pacientes se disparó una hormona del estrés que se llama cortisol y eso genera diabetes, obesidad e hipertensión. Por eso dormir bien y temprano es fundamental”, concluyó Bossi.

Aprender hábitos  saludables no es una tarea imposible pese a las barreras que van más allá de las educativas. “La gente puede aprender y saber de nutrición, pero el problema es que muchas veces no pueden aplicar lo que aprendieron. Y uno de los factores es económico porque se compra y consumen lo que pueden. Entonces se complica”, finalizó Córdoba.

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