Natalia Oreiro, en la piel de “Santa Evita”, “la mujer más importante de la Argentina”

La actriz habla de lo que es hacer ese papel.

DE ÉPOCA. Natalia Oreiro recurrió al Museo Evita para definir su composición. prensa DE ÉPOCA. Natalia Oreiro recurrió al Museo Evita para definir su composición. prensa
26 Julio 2022

Tuvieron que pasar 10 años para que Natalia Oreiro accediese a ser Eva Duarte de Perón, tiempo de otras experiencias que le permitieron componer “la mujer más importante de la historia argentina”, como la definió en una entrevista con Infobae, desde un lugar de madurez y compromiso.

“Yo llegué a la Argentina cuando tenía 16 años, y vivir en este país es vivir en el peronismo. Y Eva es una figura que está en la calle, en la boca de todos, y uno la tiene muy presente. Ya en mi adolescencia en Uruguay sabía quién era y tenía claros sus logros épicos como el tema del sufragio femenino, la incorporación de las mujeres a la vida política”, le dijo la actriz nacida en Uruguay en la charla a la periodista Tatiana Schapiro, con motivo del estreno de la miniserie “Santa Evita” por la plataforma de streaming Star+, al cumplirse 70 años de su muerte. El elenco está integrado también por Ernesto Alterio, Darío Grandinetti, Diego Velázquez, Diego Cremonesi y Francesc Orellá. Los siete capítulos estarán disponibles desde hoy.

La trama de esta producción está inspirada en la novela homónima del tucumano Tomás Eloy Martínez, quien narra la vida de quien fue la primera dama del país y el secuestro, profanaciones y peripecias de su cadáver. “Eva les daba miedo viva, pero también muerta. El poder de Eva muerta era enorme. Era el miedo de los hombres a una mujer sin miedo”, sentenció.

“No todas las actrices podemos interpretar todos los personajes. Y yo en aquel momento (una década atrás) no tenía las herramientas para poder hacerlo. Estoy muy agradecida de participar en un proyecto muy ambicioso. Hay algo que los directores vieron en mí”, señaló.

El camino para el protagónico lo abrió María Laura Berch, la directora de casting de la serie, que además es la coach personal de Oreiro. Al convocarla, “me quedé en silencio. Y finalmente me animé, me preparé con los recursos que tenía y vi el trabajo de todas mis compañeras actrices interpretándola y debo reconocer que todas encontraron una emoción, una fragilidad, una valentía distinta. Y eso me dio seguridad. Obviamente, hice una interpretación, no una imitación de ella, y esa fue una elección que se tomó, porque claramente estamos contando una historia y yo no soy parecida tampoco”.

“Era una enorme responsabilidad (representarla), más allá del placer que me puede dar la búsqueda de un personaje. Alguien que dejó tanta huella, que al día de hoy se la tiene tan presente. Y después sí, estar a la altura del proyecto, y encontrarle algo personal también. Me entregué en todo el sentido de la palabra: los actores encarnamos, y yo le di mi cuerpo a ella”, agregó.

Para definir su composición recurrió al Museo Evita: “me dieron un montón de información y me permitieron tocar su ropa y era muy emocionante, independientemente de la mirada política que uno pueda tener hoy. Si hoy a la mujer le cuesta ser escuchada, imaginate en esa época, en los 40, en los 50. Ver la transformación que ella tiene en tan poco tiempo, y que cuando se sintió preparada ocupó un lugar estratégico, épico, y también sentir esa fragilidad y ese dolor que debió haber tenido por darse cuenta de que se estaba yendo y todo lo que le quedaba por hacer y el miedo de que lo que había hecho se perdiera. Porque ella no dormía, no comía; más allá de su enfermedad daba cinco, seis discursos por día; por eso su voz también tiene una transformación enorme, de la voz joven de actriz de radioteatro a la voz ronca, gastada, cansad”, relata.

“Interpretar a alguien que existió ya de por sí es un vínculo muy especial que se genera. Interpretar a alguien que además es una parte de la historia de este país es una gran responsabilidad. Es esa emoción de haberlo hecho y haber entregado todo porque no me quedó nada por entregar”, añadió.

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