Definiciones dentro y fuera de la Casa Rosada

Definiciones dentro y fuera de la Casa Rosada

Pocas certezas; demasiados rumores. Las crisis tienen ese condimento. Y desactivarlas puede llevar poco o mucho tiempo, dependiendo de las urgencias políticas del gobierno de turno. En el terreno de las versiones, cuentan en la Casa Rosada que Silvina Batakis estalló frente al presidente Alberto Fernández al hablar acerca de la nueva estructura que se quiere conformar para el Ministerio de Economía, un cargo que ella aceptó no hace más de un mes para cubrir el vacío que había dejado Martín Guzmán. Batakis regresó hoy de una gira por los Estados Unidos en la que expuso la cruda realidad económica argentina ante inversores y representantes de la banca internacional, señalando incluso que ella contaba con el apoyo de los tres ejes centrales del Frente de Todos: el Presidente; la vice, Cristina Fernández de Kirchner, y el titular de la Cámara de Diputados Sergio Massa. La dinámica propia de aquellas urgencias políticas han llevado a que el líder del Frente Renovador se encuentre ante la posibilidad de asumir plenamente las funciones que hoy Batakis cuenta, al menos en el organigrama.

El segundo rumor tiene como protagonista a Manzur. El gobernador en uso de licencia ha adoptado un profundo silencio cada sábado en los que se desataron los conflictos internos en el Gobierno. Es verdad que Alberto Fernández no suele sentarlo en la mesa chica de las decisiones del círculo rojo. También que el mandatario nacional tiene una profunda deuda política con el tucumano, que lo acompañó desde el minuto cero, cuando Cristina lo nominó para encabezar la fórmula que lo llevó a la Presidencia el 10 de diciembre de 2019. Incluso dentro del massismo por estas horas consideran que el actual jefe de Gabinete debe continuar en el cargo porque es una pieza clave de la reingeniería que se quiere armar para evitar una mayor crisis en el país y una profundización del malestar contra la gestión justicialista. El tucumano se tomó un respiro y voló hacia esta ciudad en compañía del ministro del Interior, Eduardo ”Wado” de Pedro. Se tomó un respiro. Manzur sigue atentamente las redes sociales. Y no le pasó por alto el tuit del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. “Es fundamental que en estos momentos complejos sumemos para superar esta situación. Sergio Massa fortalecería la gestión, sumando la experiencia y la capacidad”, publicó Perotti en Twitter. Cuenta la leyenda que el tucumano agarró el celular y comenzó a hablar con cuando mandatario provincial lo atendió para pedir apoyos a la gestión de Alberto. “De paso juega con las ironías y dice que, así como lo respaldan a Massa, también deberían hacerlo con él”, comentó un manzurista que analizó las conductas de los gobernadores. El respaldo de las provincias, a través de sus conductores, no está directamente relacionada a la imagen presidencial, sino a la necesidad de sostenerse política y electoralmente en el año que se avecina. Nadie quiere llegar a las urnas en una posición negativa, en la que el país siga en crisis, haciendo ajustes e irritando a los votantes. Varias preguntas retumban en la cabeza de los argentinos. ¿Cuánto puede Massa cambiar la situación del país? ¿Por qué ahora dice puede decir que sí y antes, cuando Guzmán estaba en llamas, pudo haber sido el recambio? ¿Es una gesta para mantener la unidad del Frente de Todos o se trata de un posicionamiento personal rumbo a las elecciones de 2023?

El Gobierno intenta recuperar algo de pragmatismo. Chocar de forma permanente no es el mejor de los mundos. El campo volvió a ponerse al frente de los reclamos en una sociedad cada vez más pauperizada desde el punto de vista de sus ingresos, producto de una galopante inflación, y también desde la credibilidad, que la perdió con tantos yerros en el Gobierno. Tampoco hay que perder de vista que el PJ ha perdido el control de las calles, hoy dominadas por las necesidades básicas insatisfechas de los movimientos sociales que reclaman más asistencia social.

Si Massa le dice que sí, será el turno de los moderados, independientemente de que Cristina Kirchner siga con la lupa puesta en el Poder Ejecutivo. En el fondo, además, hay que observar qué dará el líder del Frente Renovador a cambio de su nominación por parte de los otros socios mayoritarios en la coalición oficialista. Se viene otro fin de semana caliente. Con definiciones dentro y fuera de Casa Rosada. Es probable que hasta entonces se defina la nueva estructura y que el lunes haya asunciones. Mientras tanto, el mercado da sus señales, tal vez las últimas para una administración que le restringió operaciones con tantos cepos e impuestos.

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