Un merecido campeón: “Huirapuca”, la perla del NOA

Con el corazón de sus forwards y la conducción de “Maneco” Molinuevo, el conjunto de Concepción venció a Tucumán Rugby en una final apasionante y se coronó después de nueve años.

PARIDAD. Así como en el marcador, la lucha por la “guinda” fue pareja en todos los sectores del campo de juego. La final fue altamente emotiva. PARIDAD. Así como en el marcador, la lucha por la “guinda” fue pareja en todos los sectores del campo de juego. La final fue altamente emotiva. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

“Desde antes de jugar sabíamos que lo ganábamo sabíamos que lo ganábamos”. La sentencia no tiene firma, sencillamente porque no le pertenece a uno solo: la autoría es compartida por todos los jugadores y por el staff de Huirapuca. ¿Clarividencia? No, pura confianza. Amén de las virtudes rugbísticas de un equipo que supo combinar la experiencia de grandes figuras con la ambición de muchos jóvenes que estaban ante su primera final en Primera, en el equipo de Concepción había algo más, una certeza de que había llegado el momento de darle a su gente y a su ciudad esa alegría que llevaba casi una década esperando. Este “Huira”, reconstruido y moldeado por la mano del gran Tristán Molinuevo (una leyenda de la casa) y sus entrenadores asistentes (Federico González, Francisco Herrera y Alejandro Carrier), llegó a la cancha de Los Tarcos acompañado por medio Concepción con la firme convicción de materializar lo que ya había visualizado durante toda la semana. Y lo hizo, derrotando a Tucumán Rugby por apenas un punto (19 a 18) en una de las finales más parejas, apretadas y vibrantes de los últimos años. En otras palabras, en la final que todos habíamos ido a ver.

Esa determinación con la que arribó al ex aeropuerto fue la que le permitió mantener la cabeza sobre los hombros después de sufrir un try en contra en apenas un minuto de juego: Nicolás Macome se abrió paso entre la defensa gracias a su velocidad y su firmeza para mantenerse de pie, y le sirvió la definición al siempre efectivo Evaristo Paz. No tardó mucho en responder Huirapuca, a través de uno de sus nombres clave: Juan Manuel Molinuevo. Si alguna conclusión le había dejado el análisis de video al equipo dirigido por José Macome, era que a “Maneco” no había que dejarlo jugar. Universitario había pagado muy caro la libertad con la que se había movido el 10, y Tucumán Rugby también lo terminó sufriendo: se inventó un try él solo tirando un “sombrerito”, ganándole la carrera a su marcador, amagando frente al último hombre y escapándose hacia el ingoal. El propio Molinuevo sumó dos penales para cerrar el parcial de un primer tiempo que se ajustaba a una leve superioridad de Huirapuca (13-10).

FIESTA SUREÑA. Los seguidores de Huirapuca le pusieron color a las tribunas. El aliento al final del partido, con el título en el bolsillo, se hizo oír muy fuerte. FIESTA SUREÑA. Los seguidores de Huirapuca le pusieron color a las tribunas. El aliento al final del partido, con el título en el bolsillo, se hizo oír muy fuerte. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

El segundo acto fue tan duro e intenso como el primero. “Huira” comenzó a ganar con mayor claridad en el scrum, pero falló en los lines decisivos, de esos que piden maul a gritos. Para colmo, el try de Santiago Lamarque dejó a los “Verdinegros” con la chance de pasar al frente, aunque Jorge Domínguez no tuvo la precisión que suele tener en sus disparos a la hache. Es la paradoja de quienes cargan con la responsabilidad de patear.

El resto fue mérito de los forwards de “Huira”, que dejaron alma y vida para tacklear sin pausa, conscientes de que no podían permitir que Tucumán Rugby tuviera espacio y pelota, porque cuando gana inercia sus tres cuartos son imparables. Por algo, pese a la gran noche de “Maneco”, el premio al Jugador del Partido fue para Santiago Rocchia, un león en el contacto y en los lines.

Ya era de noche cuando el árbitro Álvaro del Barco marcó el final de una final que será inolvidable para “Huira”, la nueva perla del NOA.

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