“Aquí llegó la Triple T”, se escucha recitar a una voz, de fondo, desde el Club Central Córdoba. Esa voz es la de Tini, que llegó a Tucumán para hacer dos shows más en el mismo predio en el que se presentó con sold out en julio. “Tini, Tini, Tini”, dice cantando (y saltando) una nena de tres años al sentir la música de su artista preferida. Como ella, hay miles de nenas y de nenes entusiasmadísimos por ver en vivo a la artista del momento. Pero hay que decirlo: personas de todas las edades se acercan al club para vibrar al son de “Miénteme”, “Bar” y “La Loto”, entre tantos otros éxitos que -esperan- la artista entone en el concierto. “Da igual si sos varón o mujer, joven o adulto. Tini es para todos”, dice Fernanda Navarro, que espera para ingresar con su sobrino Thiago (5), lookeado a full: tiene tres T pintadas con glitter en el cachete.
Es viernes por la tarde y ya hay muchísimo movimiento en la zona del club. Desde muuuy temprano han estado llegando fans de Tini para hacer fila y ser los primeros en ingresar al segundo de sus tres shows en Tucumán (el último será hoy, a las 21). Todos los que arriban lo hacen con una consigna clara: tenés que tener algo representativo, ya sea una prenda rosa o un maquillaje que destaque. Como ya sucedió en otras partes del país, sus seguidores coordinaron para ir 100% mimetizados con los looks que la cantante usa en el concierto. De rosa. “Yo le mandé a hacer el disfraz; le hice el peinado y elegí las zapatillas. Lo estamos preparando hace rato al outfit”, cuenta Johana Amaya, que fue a acompañar a su hija Martina, de 10. “No conseguimos entrada para el primer show; por suerte para este sí. Es emocionante compartirlo, y estoy feliz por ella, que es re fanática”, dice la mamá. “Lo que más me gusta es su forma de vestir -agrega la nena-. Quiero que cante la Triple T”.
Expectativas y valoraciones
Las primeras en la fila del ingreso general son Rocío y Sofía Juárez. Lookeadas, por supuesto, las hermanas llegaron pasadas las 8.30 a hacer fila. “Teníamos miedo de que esté muy lleno -dice Rocío-. Queremos estar adelante, y disfrutar del show”. Atrás de ellas ya hay miles de personas: grupos de mamis del jardín con sus pequeñas hijas, padres (con chomba rosa) que también van a acompañar y grupos de amigos que sacaron la entrada para ir a cantar y bailar los “temazos” de la artista. Todos quieren verla y todos quieren pasarla bien.
Lo que se ve en el club no es normal. Hacía mucho que no había un fenómeno de estas características que atravesase tantas generaciones. “Lo que atrae es la onda de ella; es muy buena, muy humilde y simpática... Todo eso te tira a querer seguirla”, reflexiona Sofía Rodríguez, que está con dos amigas esperando para entrar. Pero no es esa la única razón por la que la cantante agotó dos funciones (para la de hoy todavía quedan algunas entradas). “Sus canciones son buenas; las románticas son hermosas”, agrega Celeste Merchán. “Y no cualquier artista hace el show que ella hace”, añade Luciana Olea.
A medida que sus fanáticos hablan, empieza a ser más claro por qué hay tanto interés por verla y por qué todo el público siguió al pie de la letra todas las máximas para el acontecimiento. Porque -dicen los seguidores- ir a verla no es solo ir a un show. Hay mucho más en juego: elegir la ropa, “mimarse” con un lindo peinado y con el maquillaje, vivir la previa entre fans... todo hace a que la experiencia sea inolvidable. Por supuesto, el furor por Tini también tiene que ver con lo que presenta. “El show que hace es increíble. Creo que tiene una de las mejores puestas escenográficas del género. Además, atrapa mucho su carisma; la paz, la dulzura y la tranquilidad que tiene”.
Para bailar y cantar
A las 18 empieza el movimiento. “Están abriendo, están abriendo”, empieza a gritar una nena mientras se persigna y salta de la emoción: falta menos para que empiece el show. Y mientras los fanáticos ingresan al predio, debaten qué canciones quieren escuchar. “A mí la que más me gusta es ‘Miénteme’”, dice Thiago. “Queremos que cante ‘Carne y Hueso’”, cuentan a coro Micaela Díaz y Giuliana Balborin. Esa balada, curiosamente, es la que la artista usó para probar sonido minutos antes de que se abra el ingreso. Y los tinistas enloquecieron: no van solo por las bailables, sino también por las lentas. Tini, entonces, es un combo. Y sus fanáticos lo saben.
Cada uno, en la fila, sabe que habrá una gran puesta, un buen setlist, y mucha pero mucha energía para bailar, para cantar, para emocionarse y para disfrutar de un momento único.
Un evento que han estado esperando y al que les costó llegar (muchos de los asistentes no consiguieron entrada para la primera fecha). Eso explica, entonces, por qué se vive tanta emoción: en pocos instantes, podrán corear a Tini y vibrar, como tanto han soñado, en la misma frecuencia musical.