El oficialismo apuesta a los efectos de la ola mundialista

El oficialismo apuesta a los efectos de la ola mundialista

Lo mejor que nos puede pasar es llegar hasta el Mundial de Qatar sin grandes contratiempos. De allí en más, podemos pelear para entrar al otro frente de tormenta. Cualquier lector podría suponer que esta declaración fue hecha por Lionel Scaloni. Pero no. Las palabras no corresponden al técnico de la Selección Nacional de Fútbol, sino a un funcionario muy cercano a la Casa de Gobierno, al intentar describir el escenario que se le avecina al país en caso de que las variables macroeconómicas muestren signos de recuperación y, de esa manera, pueda cambiarle el humor a la sociedad argentina. Claro que la segunda frase de aquel funcionario no es del todo feliz: con tantos conflictos internos (del oficialismo) y por la racha que arrastra la gestión del presidente Alberto Fernández, lo peor que nos puede pasar es que Argentina se quede en primera ronda. Allí sí se sentirá todo el peso de la crisis.

Alberto Fernández arrastra una imagen negativa del 71,6%, de acuerdo con un informe de Zuban Córdoba y Asociados. El dato curioso es que su administración de Gobierno ha recuperado cuatro puntos desde que Sergio Massa se convirtió en ministro de Economía, lo que le permitió a la Casa Rosada perforar el techo del 70%, un escenario de ingobernabilidad. De todas maneras, la medición está condicionada a las gestiones que el líder del Frente Renovador realice en su afán por mejorar las reservas internacionales del Banco Central y amigarse con el mercado y con los ejecutivos con decisiones de inversión en la Argentina. En ese camino se encuentra durante su gira por los Estados Unidos. Tras esa prueba de fuego, será una decena de gobernadores los que deberán ir a Norteamérica a rendir los test de resistencia política de la actual gestión hasta 2023. Alineados bajo la consigna del Norte Grande y encabezados por el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, esos 10 mandatarios emprenderán la misión el lunes 26 de este mes, en una agenda que se extenderá hasta el 1 de octubre. Juan Manzur no será de la partida. Tampoco Osvaldo Jaldo.

El jefe de Gabinete de la Nación y el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo necesitan consolidar la sociedad electoral con la que pretenden que el Frente de Todos retenga el poder en el distrito Tucumán en los comicios generales del año que viene. De todas maneras, ambos asistirán mañana al almuerzo que se ofrecerá en la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires, en la que se analizará la situación política y socioeconómica. Junto a ellos se encontraría el embajador argentino en EEUU, Jorge Argüello. Si no va Jaldo, ¿quién representará a Tucumán en la misión oficial? El gobernador interino designó al actual vicepresidente primero de la Legislatura, Regino Amado, que, por estas horas, está aguardando la visa que le permitirá el ingreso a los Estados Unidos, al igual que un par de gobernadores.

Los meses que se avecinan son críticos para el poder. En Tucumán, los principales referentes del oficialismo ya preparan el escenario para la próxima contienda electoral. Mañana por la noche puede haber humo blanco en el Frente de Todos respecto de qué mes de 2023 se elegirá para realizar los comicios.

El nerviosismo come a los referentes de las tres secciones electorales de la provincia. Jaldo, a su vez, trata de cerrar todos los frentes internos para evitar sorpresas no deseadas en su marcha hacia la postulación a gobernador. En la Legislatura ya está en discusión la ampliación presupuestaria que tuvo que realizar el Poder Ejecutivo por los mayores costos laborales que se ajustarán con una de las mejores recaudaciones obtenidas en la década por efecto de la inflación. Se trata de una partida cercana a los $ 66.000 millones, poco más de un 20% del presupuesto vigente. El Estado es el único que se beneficia con ese proceso que atenta contra el bolsillo de los trabajadores. Puede licuar sus deudas, algo que no le está permitido al conjunto de la sociedad que se endeuda a tasas siderales para poder llegar a fines de mes.

El tranqueño sabe que no podrá resistir los embates de los estatales por mejores ingresos en un país en el que se ha consolidado la inflación a más del 5% mensual. El Gobierno analiza adelantar otro porcentaje de suba de las paritarias acordadas con los gremios. De tal manera de llegar al Mundial sin grandes olas e ingresar a diciembre con un salvataje financiero para esa franja de trabajadores, con el famoso bono extraordinario. En estos días sabrá cuánto dinero nacional dispondrá en 2023 y cuáles serán las obras consideradas importantes para Tucumán en el proyecto de Presupuesto Nacional. Esa es otra de las razones que demoran el regreso de Manzur a su cargo de origen. Mientras algunos auguran que el gobernador en uso de licencia retornará en octubre (señalan que el 17 es una fecha ideal), otros consideran que el regreso está lejano. El jefe de Gabinete no saldrá por la puerta trasera de la Casa de Gobierno, más aún después de haber soportado distintos embates políticos (propios y opositores) al iniciar este año. Lo más probable que, si hay regreso, este se concrete hacia fines de enero. En lo que sí hay coincidencia es en que Manzur quiere que las elecciones se hagan cuanto antes en la provincia. Él seguirá jugando en el tablero nacional.

La ola mundialista puede llegar a disimular cierto malestar general. Los partidos se jugarán en el mismo momento en que la sociedad reciba las boletas de las tarifas con los aumentos que surgirán de la segmentación. Claro que para que eso suceda, el mejor escenario es que la Selección llegue hasta las instancias definitorias. Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, entre otros, esperan el desenlace.

Cerrar el año con un mal humor de la población no es el mejor escenario para un gobierno con varias cuentas pendientes que necesitará hacer mucho esfuerzo para retener el poder en 2023.

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