La reina Isabel II será enterrada junto a su esposo, Felipe de Edimburgo, en el castillo de Windsor

El ataúd de la monarca británica será llevado en una procesión hasta la Capilla de San Jorge, lugar en el que se encuentran también su padre y su madre.

La reina Isabel II será enterrada junto a su esposo, Felipe de Edimburgo, en el castillo de Windsor
15 Septiembre 2022

La reina Isabel II será enterrada junto a su esposo, Felipe de Edimburgo, en una ceremonia privada que se realizará en el castillo de Windsor, una vez que finalice el funeral de Estado el próximo lunes. Así lo confirmó hoy el Palacio de Buckingham.

El ataúd de la monarca británica, que falleció el jueves pasado, será llevado en una procesión a Windsor, donde descansará definitivamente en la Capilla de San Jorge, lugar en el que se encuentran también su padre, el rey Jorge VI, y la reina Madre.

Desde ayer el féretro de la soberana se encuentra en Westminster Hall, la sala más antigua y emblemática del Parlamento británico, con miembros del público que pueden desfilar en la llamada capilla ardiente durante las 24 horas del día hasta las 6:30 de la mañana (2:30 de la Argentina) del lunes 19.

Se espera que ese día, alrededor de 2.000 personas, incluidos jefes de estado extranjeros y familias reales, asistan al gran funeral en la Abadía de Westminster.

El último adiós a Isabel II

Los especialistas estiman también que más de un millón de personas ingresen a la capilla ardiente antes de su funeral.

Si bien, la administración de Lis Truzz dijo que no hay obligación de cerrar comercios y tiendas durante el período de duelo nacional, muchas empresas ya anunciaron que no estarán abiertas ese día, tal es el caso de grandes almacenes, supermercados y shoppings.

Mientras tanto, la cola para entrar a dar el último adiós a la soberana, que se extiende a lo largo del río Támesis, superaba hoy los 6,4 kilómetros.

Se calcula que las personas pueden esperar entre 5 y 30 horas dependiendo del día y horario. Ayer, esta agencia comprobó que la demora era de 9 horas.

La cola gigantesca está siendo atendida por casi 800 funcionarios públicos, voluntarios, Cruz Roja, efectivos del Ejército de Salvación y ambulancias.

La gente tiene también a disposición baños públicos y agua, dispuestos a lo largo del trayecto. Muchos son ancianos y personas con bastones y muletas, así como familias con niños pequeños que hicieron la cola durante horas sin abandonar el objetivo de ingresar a la capilla ardiente para despedirse de la reina.

Cientos cargaron sillas, sombrillas, termos de café y bolsas de comida, que iban compartiendo con el resto de la gente a medida que quedaba poca distancia para ingresar al recinto.

A eso de la 1 de la madrugada y ante una multitud de personas, se desmayó un guardia real que vigilaba el ataúd de la reina durante la noche.

El guardia estaba parado al pie del ataúd, sosteniendo un bastón ceremonial, cuando de repente se tambaleó y cayó hacia el suelo, según informaron los medios británicos.

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