Cómo bailar en un tablao flamenco con los maestros, y en Madrid

Carlos Rivero no para de ganar becas. Llevó su arte a la cuna de la danza y volvieron a elegirlo para nuevos estudios en España.

Todavía resuenan en sus oídos palmas, oles y aplausos. Carlos Rivero, bailarín, coreógrafo y profesor de flamenco tucumano, acaba de volver de Madrid. Allá estuvo dos meses, perfeccionándose en el Centro de Danza Española y Arte Flamenco Amor de Dios, la casa de más altos estudios de los flamencos en el mundo.

Rivero viajó a Madrid gracias a una media beca otorgada por un curso que realiza en México Ibérica Contemporánea. “Participé on line en 2021. Entre los premios se otorgaban becas de formación. Se presentaron alrededor de 300 coreografías y quedaron seleccionadas 20. Entre ellas estaba una obra mía”, informa.

Entre las 20, que eran becas de formación o cursos, a Rivero le otorgaron una de las cinco, “y luego pude a España con el apoyo del Gobierno de la Provincia y con el aval del Ente Cultural”.

“En el Centro de Danza tome clases en el programa Verano Flamenco. Tuve 17 maestros y clases todas las semanas, de lunes a sábados, cinco horas diarias”, cuenta.

Se refiere a que tomó clases, entre otros, con Jesús Carmona (Premio Nacional de Danza), Belén López, a Olga Pericet, así como a los directores del programa, Alfonso Losa y María Juncal.

”Cumplí los dos meses de la beca, y cada 15 días el programa se hacía una noche de tablao donde actúan los maestros. Éramos 230 alumnos, de los cuales seleccionaban cinco para que actuaran en el tablao, divididos en tres niveles: principiantes, intermedios y avanzados”, relata quien actuó en esta última categoría.

Baile por derecho

Habían seleccionado a quienes se supone que tienen cancha para bailar con música y público en vivo en el “baile por derecho”, como llaman los flamencos al baile sin ensayo alguno, donde se visibiliza el lenguaje que se establece entre bailaores, cantaores y músicos.

A Rivero le tocó bailar en la primera presentación. “Y bailábamos en el tablao del grandísimo José Maya, acompañándolo a él -se emociona todavía-. Aquella noche transcurrió con músicos de la hostia, cantaores de Joaquín Cortés, de Sara Baras, con guitarrista del Ballet Nacional de España y demás”.

Pisaron el tablao cinco Bailaores del mundo -de España, Japón, México, Colombia y Argentina-. “Estábamos nerviosos. Era un sueño estar allí”, dice quien bailó Por cantiñas, un estilo de cante de Cádiz, una conjunción entre alegrías y mirabrás que termina con bulerías.

Además de ganar la crítica, otro premio le tocó a Rivero la última noche de tablao: le entregaron una beca de formación completa para 2023, por seis meses. “Dios mediante, si todo marcha bien, allá estaré”, se entusiasma.

Mientras tanto se dedica a preparar una nueva producción de danza, que estrenará en diciembre en el Centro Asturiano (Las Heras 267) donde dicta clases para todas las edades y niveles.

Y también espera con ansias el 5 de noviembre, el estreno local del documental de flamenco español “Pa’trás ni pa’tomar impulso”, en el cual él ha participado y que ya viene cosechando éxitos de crítica y público en Europa.

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