Amaicha quiere recuperar el tiempo perdido

Los años de pandemia dinamitaron el crecimiento del pueblo, que se vio afectado por la poca afluencia de turistas. Ahora lanzarán la temporada.

Amaicha del Valle es la tierra en la que el sol, que se desplaza en un cielo de un azul intenso, le da un brillo multicolor al relieve serrano de la zona. Esa postal, pintada por una geografía y un astro que casi nunca deja de aparecer, es lo que más seduce a los visitantes. En Amaicha del Valle pocas veces llueve. Su clima bondadoso –dicen los lugareños- hasta tiene virtudes terapéuticas.

Está ubicada a 164 kilómetros de la capital tucumana y a 2.000 metros sobre el nivel del mar. En ese rincón paradisíaco del extremo sudoeste de la provincia, los pobladores se preparan para revivir en el verano el entusiasmo que le imprimirá el retorno de las celebraciones tradicionales que permanecieron suspendidas o limitadas a raíz de la pandemia de la covid-19.

La temporada turística que se lanzará en diciembre asoma con sobradas expectativas en razón del repunte del turismo interno que genera las dificultades que presenta la economía para viajar al exterior o a lugares lejanos del propio país. Este fin de semana largo ofrece un anticipo de lo que se prevé: la capacidad de albergue del lugar, con alrededor de 500 camas, se encuentra casi repleta. Este año se agregaron en la oferta varias casas particulares. El pueblo se transformó en una romería en estos días con cientos de visitantes atraídos por el Festival del Artesano que se desarrolla en el anfiteatro de la comunidad. Federico Segura, secretario habilitado de la comuna, confirmó la realización el 20 y 21 de febrero de 2023 de la ancestral Fiesta de la Pachamama que en el último verano se realizó, pero con un programa limitado. El desfile de carrozas y la elección de la representante de la “madre tierra” volverán a tener el júbilo de antes de la pandemia. La comuna, en tanto, define la cartelera de artistas. Para enero se prevé además la realización de la Fiesta del Pan Casero en Los Zazos, el Rally de Mountain Bike, (entre otras actividades deportivas) y un festival de rock. “Nos alegra el movimiento de gente que se viene dando los fines de semana. Los distintos albergues y las casas de comidas trabajan a pleno. Y creemos que esto se va a repetir en el verano que se aproxima. Nos preparamos para esa posibilidad”, añadió el funcionario.

Mejor camino

Segura estima que para fin de año estarán avanzados los trabajos de repavimentación de la ruta 307, en el tramo que se extiende desde el Infiernillo hasta el pueblo. Así el viaje de los visitantes será mucho menos complicado. Hace pocos días el gobernador Osvaldo Jaldo visitó los trabajos que se realizan en la carretera y que se extienden desde Ampimpa hasta la ruta nacional 40. Se trata de un tramo de unos 20 kilómetros. En los próximos días se definiría la adjudicación de las obras para el tramo Ampimpa- El Infiernillo. “Se encuentra en ejecución un viejo y postergado anhelo que veníamos reclamando los pobladores de Amaicha. Consideramos que una ruta en condiciones va a favorecer el desarrollo de nuestra economía de la mano del turismo”, dijo Segura.

Además del paisaje el pueblo tiene otros atractivos que comienzan a adquirir auge. Uno de ellos es la fabricación de vinos artesanales y en serie. Micaela Caliva es una joven sommelier de la bodega de la comunidad originaria de Amaicha. Su impulsor fue el ex cacique Eduardo Nieva. Esa planta es el punto de partida de la “ruta del vino” que se despliega por Quilmes y Colalao del Valle. Micaela regresó hace poco tiempo de un curso de capacitación en Francia. Ahí estuvo con los mejores enólogos del mundo. Volvió animada por los elogios que recibió por las dos únicas variedades que se elaboran en la planta ubicada a 3 kilómetros del pueblo, a orilla de la ruta: el malbec y el criollo.

El retorno a la normalidad desató una notable afluencia de visitantes que, se prevé, va a intensificarse en el verano. “Aquí explicamos el proceso de elaboración del vino con un recorrido por las instalaciones que concluye con una degustación. Nuestras variedades fueron analizadas por los enólogos que dictaron el curso internacional en París. Y fueron ellos que los consideraron muy buenos. Fue algo que me llenó de satisfacción. Es el fruto de un trabajo comunitario organizado y cargado de pasión”, dijo Caliva.

Los recorridos en 4x4 por los valles de la zona con acampes nocturnos en las alturas de Tío Punco, es otra de la atractivas propuestas. “Cenar bajo este cielo estrellado es una experiencia inolvidable para la gente que viene por primera. Después de una jornada intensa disfrutan de la comida autóctona que se le prepara”, comentó Sebastián Pastrana, a cargo de un emprendimiento turístico. “Después de la pandemia todo comenzó a despertar y con mucho entusiasmo por parte de los turistas. Aquí viven una experiencia que se nutre con las bondades de la naturaleza, la gastronomía y las costumbres autóctonas” explicó. Sebastián dijo que todo indica que la temporada turística de verano volverá a tener la efervescencia de gente de otros. “Ya hay muchas consultas y pedidos de reservas en los albergues. Este hecho entusiasma”, concluyó.

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