Filicidio en Los Ralos: “No alcanza el personal para evaluar con profundidad los casos”

El ex presidente del Colegio de Psicólogos reconoce que en la Policía se aplica un protocolo, pero marcó varias falencias

EN LOS RALOS. La casa donde la policía Manuela Mariana Medina mató a su hijo Yulian de tres tiros; luego se disparó a sí misma. EN LOS RALOS. La casa donde la policía Manuela Mariana Medina mató a su hijo Yulian de tres tiros; luego se disparó a sí misma.

“¿Por qué no hacen las cosas los psicólogos encargados de ver quiénes entran a la Fuerza? Tienen que hacer un buen tratamiento, que se fijen bien qué hacer con estas personas y no darles un puesto público cuando significa un peligro darles un arma. Una persona con problemas psiquiátricos no puede recibir un arma”, analizó en entrevista con LG Play Higidio Véliz, el abuelo paterno de Yulian Jesús Gabriel Jiménez (5 años).

El hombre estaba destrozado por la muerte de su nieto. Su madre, la policía Manuela Mariana Medina lo habría matado el martes en su casa de Los Ralos. Aparentemente la mujer padecía problemas mentales; luego del hecho se disparó en el abdomen y permanece internada. El caso puso en la mira el seguimiento de la salud mental de los efectivos. Roberto González Marchetti, el ex presidente del colegio de Psicólogos, había advertido meses atrás que el estrés que generan las situaciones violentas a las que se enfrentan los efectivos puede afectarlos, por lo que recomendaba exámenes periódicos.

Un protocolo

“Esta persona tiempo atrás había tenido problemas familiares, por esa razón se le quitó el arma y estuvo con atención psiquiátrica hasta que recibió el alta médica. Se aplicó el protocolo vigente, en el cual esta agente trabajó con un profesional particular, que le dio el alta y luego eso se revisó en una junta médica, con el médico de la Policía, que confirmó el diagnóstico. Durante ese ínterin la mujer cumplió tareas administrativas. Entender por qué luego pasó esto, que es muy grave, es algo que sólo podrían responder los profesionales”, dijo el secretario de Seguridad, Luis Ibáñez.

El funcionario reconoció que tienen otros casos similares, en los que se ordenó retirarles el arma a determinados efectivos y solicitarles que cumplan con un tratamiento. También mencionó que hay policías que piden ser incluidos en esta asistencia. “Ya llevamos un tiempo abocados a brindar esta asistencia psicológica porque, si bien se da no a todos, sabemos que la función policial y la presión laboral de estar expuestos a situaciones de violencia puede llevar a otros casos violentos como este”, detalló, y destacó que: “se va a profundizar las tareas de apoyo y la observación de cada integrante de la Fuerza”.

Falencias del sistema

“Desde 2016, cuando era presidente del colegio de Psicólogos, planteábamos la importancia del examen psicológico previo al ingreso a la Policía y también la aplicación de protocolos ante el incremento de denuncias por violencia. Siento que hay insuficiencia de los recursos humanos profesionales para evaluar el incremento de estos casos, sobre todo durante la pandemia”, expresó González Marchetti, quien actualmente preside la Federación de Profesionales Universitarios de Tucumán (Feput). El profesional mencionó como falencia que hay pocos psicólogos en la Fuerza para hacer una evaluación profunda de todos los aspirantes.

“En diciembre le ofrecimos a ministro de Seguridad (Eugenio) Agüero Gamboa, elaborar un plan de prevención en el ingreso a la Policía, desarrollando un perfil psicológico para la portación de armas, porque obviamente hay que tener ciertas características y rasgos de la personalidad que le permitan controlar sus impulsos. El aspirante tiene que tener fortaleza para trabajar bajo presión, no tener desregulaciones emocionales, mantener un nivel de concentración óptima. Así evaluamos si existe un adecuado control de impulsos y si la persona puede adaptarse a ese ambiente”, enfatizó el psicólogo. Otro aspecto sobre el que profundizó fue: “es importante ver el tema de la autoestima, porque los policías van a estar en situaciones de violencia en la vía pública, donde quedan vulnerados porque sus vidas corren peligro. Esas personas deben tener un acompañamiento psicológico y seguir un examen periódico: mínimamente deben ser evaluados una vez cada 4 años, porque la vulnerabilidad se puede ir agravando con el tiempo de acuerdo a los sucesos que puedan vivir y las situaciones de estrés”.

González Marchetti reconoció que el protocolo se aplica ante una denuncia por violencia y que entonces se le quita el arma al denunciado, pero también dijo que hay problemas para acceder al tratamiento, entre otras razones, porque el sector público de salud está saturado y porque la obra social de los efectivos no cubre el tratamiento. “La cobertura es muy deficiente, entonces no todos pueden acceder a un servicio de evaluación”, explicó, y añadió que considera que: “no hay una decisión política sobre la mesa, porque también en este caso se vio la problemática del maltrato infantil”, concluyó.

Higidio Véliz, el abuelo de Yulian

“¿Por qué no hacen las cosas los psicólogos encargados de ver quiénes entran a la Fuerza? No puede acceder a un arma una persona con problemas psiquiátricos”.

Filicidio en Los Ralos: “No alcanza el personal para evaluar con profundidad los casos”

Psicólogo Roberto González Marchetti:

“Creo que en la Fuerza hay insuficiencia de profesionales (psicólogos) para evaluar el incremento de casos de violencia. Tampoco alcanzan para evaluar con profundidad a los aspirantes”

Filicidio en Los Ralos: “No alcanza el personal para evaluar con profundidad los casos”

Luis Ibáñez: “Más apoyo y observación”

“Se va a profundizar las tareas de apoyo y la observación de cada integrante de la Fuerza”, adelantó el secretario de Seguridad, que explicó que en este caso se aplicó el protocolo vigente.

Filicidio en Los Ralos: “No alcanza el personal para evaluar con profundidad los casos”

“El dolor que tengo es inaguantable”

Ayer me arrebataron mi vida, mi corazón. Me quitaron todo. El dolor que tengo en mi alma es inaguantable. Perdí a mi hijo. Sólo cinco años tenía mi superhéroe. Él sólo quería ser feliz y me lo quitaron. Ayer en un ataque de locura e inconsciencia de su propia madre. Esta mañana me levanté pensando que era una pesadilla, pero me encontré con la verdad. Dios, ¿por qué primero mi mamá y ahora mi hijo? Dos años peleé en la Justicia para que me den su tenencia. Demostré todo, pero la Justicia es lenta para el pobre y rápida para el rico. Hoy tengo que despedir a mi hijo en un ataúd, a la razón de mi vida, a la luz de mis ojos. Si la Justicia hubiera actuado como tenía que ser, él estaría jugando en su jardincito con sus primitos. Cómo le explico a Gael que su compañero Yulian no va poder venir. Cómo me explico no poder buscarte más y jugar contigo. Sólo me queda tu hermoso recuerdo mi superhéroe. Yulian, te amo hijo. PD: dicen que cuando un niño cierra los ojos al mundo, un nuevo ángel nace en el cielo.

Filicidio en Los Ralos: “No alcanza el personal para evaluar con profundidad los casos”
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