03 Noviembre 2022
RECLAMO. En Anapolis, estado de Goias, piden “intervención federal”
SAN PABLO/RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Miles de partidarios del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, seguían ayer realizando manifestaciones para pedir una intervención de las Fuerzas Armadas del país, tras la elección de Luiz Inácio Lula da Silva.
Al grito de “Yo autorizo” e “¡Intervención federal ya!” pedían la actuación militar contra la derrota de su líder en el balotaje del domingo por 49,1% de los votos, frente a 50,9% de Lula.
Esta nueva ronda de protestas ocurrió al día siguiente de que Bolsonaro autorizara la transición con el equipo de Lula, sin mencionar no obstante la derrota ni felicitar a su adversario.
Los expertos militares dicen que una medida de ese tipo está fuera de toda posibilidad.
La autoridad electoral del país dijo el domingo que Lula obtuvo casi el 51% de los votos, casi un punto por arriba del presidente.
Bolsonaro no reconoció oficialmente el resultado, aunque su gabinete inició el mismo lunes una transición que apunta a que Lula asuma la presidencia de Brasil, el 1 de enero.
Los simpatizantes de Bolsonaro encabezaron protestas desde el lunes, que continuaban el martes y ayer, en San Pablo y Río de Janeiro, en las que llevaron la bandera amarilla y verde de Brasil sobre sus hombros, tocando bocinas y cantando consignas contra Lula.
Celebraban también que el juez de la corta suprema Alexandre de Moraes, al frente de varias investigaciones contra Bolsonaro, había sido detenido, una información falsa que circulaba por las redes.
“Esperamos que el ejército intervenga en esta situación, sabemos que esas elecciones fueron fraudulentas”, dijo Reinaldo da Silva, de 65 años, un trabajador estatal jubilado, que protestaba en la entrada de un cuartel del Ejército, en San Pablo.
Se realizaron manifestaciones frente a los cuarteles, en nueve estados y en la capital, Brasilia, según el portal brasileño UOL.
El Ministerio de Defensa de Brasil no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Bolsonaro, un ex capitán del ejército, ha cultivado fuertes lazos con los militares desde su elección en 2018, y se ganó la simpatía política de algunos de los altos mandos, pero eso no significa que estén dispuestos a desconocer los mecanismos de la democracia para defenderlo.
El ex portavoz presidencial, general Otavio Rego Barros, escribió que es hora de “deponer las armas” y criticó a “grupos sin responsabilidad que buscan desestabilizar un tejido social debilitado con provocaciones y desinformación”.
Paulo Chagas, un general de caballería retirado que hizo campaña por Bolsonaro, dijo en un mensaje a la prensa: “Los militares saben muy bien cuál es su deber: la Constitución no les permite intervenir en política”.
Dirigentes de todo el mundo felicitaron a Lula y la Casa Blanca dijo que ganó unas “elecciones libres, justas y creíbles”.
Los camioneros, muchos de los cuales respaldan al presidente, de ultraderecha, bloquearon carreteras en todo el país, el lunes y martes, para protestar por los resultados, creando bloqueos y embotellamientos de kilómetros de largo, amenazando con interrumpir las cadenas de suministro en ciudades importantes, y obligando a suspender decenas de vuelos desde el aeropuerto de Garulhos, en San Pablo, el más importante de Brasil.
“No reconocemos el resultado de la elección porque sabemos que fue fraudulento”, decía Rodrigo Mata, un comerciante de 41 años, que defendía una intervención militar “para que el país no se vuelva comunista”.
También en la capital, Brasilia, miles se congregaron frente al cuartel general, al grito de: “¡Resistencia civil!”.
En el centro de Río de Janeiro, grupos enardecidos, vestidos de verde y amarillo, los colores de labandera brasileña, cantaba bajo la lluvia “Lula, ladrón, tu lugar es la prisión”.
Las protestas no encontraron hasta el momento ningún apoyo oficial. (Reuters-AFP)
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