Aconsejan que se asuma una actitud defensiva en la siembra

Sobre la base de su experiencia, el asesor agropecuario Oscar Ricci no pierde la cabeza. Admite que el campo vive una situación muy complicada. Y aconseja al productor que asuma una posición de defensa. Pero se muestra mesurado. “Aún es prematuro opinar sobre la campaña de verano. El año pasado, para esta época, la primera lluvia llegó entre el 12 y 14 de noviembre; ahí empezó a cargar el perfil. Ese mes tuvimos 120 mm, y en diciembre, de 100 mm a 110 mm. Se comenzó a sembrar a partir de la última semana de noviembre, y el 10 de diciembre se generalizó. Fue un año seco, pero se llegó a buen puerto”, recordó Ricci.

Y aunque este año ve una situación similar, dijo que comprende el ánimo del productor. “Uno se pone inquieto; estamos en un año ‘Niña’, y eso lleva a especulaciones. Venimos de pocas lluvias a la salida del verano y del otoño, y de nada durante el invierno. Y la primera lluvia importante -de 25 mm a 50 mm- llegó a principios de septiembre, y reactivó algo. Pero esa humedad desapareció del perfil; estamos otra vez en cero”, dijo.

Ricci encendió las alertas sobre las malezas: “para encarar esta campaña hay dos situaciones: los lotes que vienen con cultivos de invierno -si bien tienen el perfil seco están relativamente limpios-, y los lotes donde no se implementaron cultivos de invierno. En estos casos algunas malezas complicadas se reactivaron con las lluvias de la primera semana de septiembre”.

El asesor aconsejó que se adopte una actitud defensiva; muy cuidadosa en cuanto al manejo de recursos. “Lo más importante es entrar a sembrar con el campo totalmente limpio y prolijo; eso da un plus, que permite arriesgar las primeras siembras. Si bien transitamos precios internacionales buenos -para la soja y para el maíz-, también los costos subieron una enormidad. Debemos ser bastante conscientes y eficientes en el manejo de recursos”, sugirió.

El presidente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), Augusto Battig, trazó un panorama complicado para la agricultura y para los animales. “Es muy alarmante; desde 1961, esta sequía que estamos atravesando ocupa el puesto 18 dentro de las más importantes. Durante muy pocos períodos del año productivo los perfiles de humedad del suelo llegaron a estar a capacidad de campo”, señaló.

“Veo con mucha preocupación e incertidumbre la campaña gruesa. La mayoría de los lotes arrancan retrasados; muchos no se han barbechado debido a que el suelo no tiene aporte de humedad. Yo voy a retrasar todo; a esperar a que acumule la mayor cantidad de agua posible”, puntualizó Battig.

Y alertó acerca de la situación de la ganadería. “Hay muy pocas pasturas; normalmente, durante noviembre y diciembre se recuperaban los pastos, se daban el servicio, que nos daba terneros. Esta sequía produce un retroceso, tanto en el grano como en la materia verde para alimentar la hacienda. De esto se verán las repercusiones en un par de meses, y lo sufriremos”, advirtió.