La situación de la producción de granos en la provincia y en sus zonas de influencia es bastante critica, al igual que en el resto del NOA, en el NEA y en gran parte del país. Esto se debe a que el clima continúa comportándose como año ‘Niña’, y con la posibilidad de que pase a neutra recién a mediados de enero del año que viene; a partir de ahí las lluvias se generalizarían”, indicó Mario Devani, coordinador del programa Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
Añadió que los pronósticos también son malos para el corto plazo, con solo algunas marcas de lluvias para esta semana y para parte de la otra. “Esperamos que al menos esto se cumpla, y que la situación no siga empeorando. Esto no es nuevo; las ultimas dos campañas también fueron irregulares en cuanto a lluvias”, añadió.
Debido a esto, aconsejó a los productores que tomen acciones dirigidas a economizar el agua, tratando de cuidar y de conservar este recurso, que será muy escaso.
“Si bien muchas de estas prácticas de economía de agua el productor las tiene internalizadas y las viene trabajando muy bien con siembra directa, con uso de curvas de retención y con manejo de malezas, durante el corriente año este último tema adquiere una especial relevancia”, señaló.
Explicó que el control de malezas es un punto clave, sobre el cual el productor debe tener mucha atención y mantenerlas controladas. “En general los campos terminaron la campaña pasada relativamente limpios, ya que los productores realizaron las aplicaciones correspondientes en invierno y en primavera; y los que no lo hicieron, con la ventana de lluvias de septiembre pudieron hacerlo y controlarlas. Eso sí, quienes no lo hayan hecho hoy están más complicados: ahora no hay condiciones para su aplicación, y hay que esperar que llueva”, advirtió.
Agregó que en campañas como estas y después de más de 35 campañas trabajando, no hay que desesperarse con las fechas de siembra, sino recuperar perfiles de suelo y tener humedad suficiente para sembrar.
“Si tenemos los perfiles cargados de agua es más fácil que las cosas salgan bien y podamos aguantar algún período posterior de seca, que pueda llegar después de la siembra”, puntualizó.
Precisó que las fechas de mitad de diciembre en adelante deberían andar mejor que las de fines de noviembre. “Por supuesto, en caso de que los pronósticos se cumplan con lluvias generalizadas después del 15 de enero”, añadió.
Indicó que durante esta campaña el productor debe tener en claro que debe trabajar con esquemas defensivos en el uso de cultivares, con porcentajes equilibrados de grupos de madures.
“Que en cada golpe de siembra también se utilicen diferentes variedades, para que los períodos críticos lleguen en momentos distintos; y se trabaje con siembras con densidades de plantas mínimas, que mantengan altos niveles de rendimientos para evitar la competencia interespecífica”, dijo.
Señaló que, obviamente, se debe tener el mínimo de malezas en el cultivo y se deben usar todas las prácticas de manejo para hacer un uso eficiente del recurso agua.
“Si un productor tiene lotes muy enmalezados, con invernales como coniza y nabo, que no estén en condiciones de aplicación de herbicidas a raíz de su gran porte, se puede recurrir a implementos mecánicos, como rolos o cortadoras para evitar el consumo de agua del lote y esperar lluvias para recién aplicar. Para estos años, esas condiciones no son deseables; lo ideal es salir de un cultivo de verano con alguna aplicación y llegar sin malezas a la siguiente campaña gruesa”, afirmó.