Una columna de humo irrumpió el paisaje que todos los tucumanos añoramos encontrar en tiempos de vacaciones. Era una enorme mancha blanca que curiosamente opacaba la vista de cerros que en breve estarían vestidos de verde. Acostumbrados a ver los incendios forestales sólo por los medios nacionales, la semana pasada nos tocó ver de muy cerca el poder del fuego en nuestros ambientes naturales, cuando el jueves por la madrugada se desató un incendio en los valles tucumanos.
Fue en una zona de pajonales en el sector conocido como El Infiernillo, en el cerro Carapunco. Como consecuencia, bomberos de Tafí del Valle junto a brigadistas de Defensa Civil, trabajaron toda la noche con la ayuda de dotaciones que llegaron también desde El Mollar.
El hecho producido en los cerros tucumanos no es aislado. Las sequías son el escenario ideal para que estas catástrofes afecten a miles de hectáreas en todo el norte argentino. De hecho, la Subsecretaría del Ministerio de Seguridad de la Nación declaró en estos días la Alerta Roja para la Región del NOA y para el Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios. Los focos ígneos estuvieron distribuidos en los departamentos catamarqueños de Fray Mamerto Esquiú, Valle viejo, Paglín, Capayán, La Paz. En Jujuy afectaron los departamentos de Palpalá, Dr. Manuel Belgrano, Tumbaya y Ledesma. Finalmente en Salta, la provincia más golpeada, hubo imágenes casi apocalípticas en Orán, San Martín, Guachipas, Rosario de Lerma y hasta en la propia Capital, donde durante tres días los incendios quemaron gran parte del cerro 20 de Febrero, visible desde cualquier punto de esa ciudad.
Alberto Seufferheld, director del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, detalló este viernes en LA GACETA Central que el principal problema en la zona es la sequía. Esta condición se agrava por las consecuencias de la corriente de la Niña y producirá un fenómeno preocupante para los especialistas durante los próximos meses.
Según Seufferheld, habrá una prolongación de la sequía que se va a mantener durante varios meses, por lo menos hasta marzo o abril del año que viene. Como consecuencia “se solaparán las temporadas secas de la región del norte y la pampeana”. Por lo tanto, la vegetación de gran parte del país estará predispuesta a situaciones de incendio. Cualquier fuego, tendrá una gran magnitud, advirtió el funcionario nacional, quien se encontraba este viernes en el norte salteño.
Quienes saben de incendios son los cordobeses. Cualquier turista que haya visitado las sierras de Calamuchita en los últimos años puede ver las cicatrices de más de 1.400 focos que se produjeron en los últimos tiempos. Bosques de especies autóctonas y también exóticas fueron arrasados por completo y hoy, estas zonas que supieron ser paradisíacas, aún no logran recuperar su vegetación. Según un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba,en los últimos 20 años se quemaron 1,6 millones de hectáreas, el equivalente al 10% de la provincia mediterránea. El 2020, año de la pandemia, fue el período con más superficie afectada, con cerca de 300 mil hectáreas.
¿De qué depende entonces que nuestros valles formen parte o no de la estadística del fuego? ¿Si nos dicen que la Niña y la sequía predisponen a los incendios, nos quedaremos esperando las “consecuencias naturales”? Seufferheld, como cualquier especialista que trabaje con estos temas, fue enfático al señalar que la principal causa de los incendios es el factor humano. Para Córdoba y el norte de Salta quizás sea ya demasiado tarde, pero aún nos queda una larga temporada de calor por afrontar y todo indica que será nuestra responsabilidad saber cuidar de los ambientes que tanto queremos.