Las emergencias de los pueblos periféricos

16 Noviembre 2022

Una singular situación sanitaria se ha dado en el paraje Huaico (Graneros) donde se denunció que una veintena de familias estaban utilizando envases plásticos de productos agroquímicos para almacenar agua potable para consumo. Tras la difusión de esta historia, funcionarios llegaron hasta el pueblo a informar que estaba prohibido usar esos envases con ese fin y que debían dejarlos en los Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT), ubicados a varios kilómetros de distancia, lo cual es una complicación para esa población que carece de caminos y que padece además de la falta de puentes en los ríos San Ignacio y Marapa, por lo que queda aislada en tiempos de lluvias. Y ante la publicación del operativo, los funcionarios reaccionaron nuevamente y llevaron un tanque de 1.000 litros, pero sólo para una familia, con lo cual se generó un problema con los demás vecinos de Huaico.

Se trata de pequeños agricultores que viven a 8 km al este de la ruta 38, a la altura de la Invernada, zona que sufre las tormentas veraniegas que sacuden caminos, cultivos y hasta viviendas. Es un área que ha sido relevada en los últimos años, luego de la emergencia por inundación que sacudió a la población de La Madrid –a unos 30 o 40 km al este, junto a la ruta 157-, cuyas causas fueron, entre otras, los desmontes y la canalización de cursos de agua realizada sin control ni dentro de un plan global. Ya otros residentes de poblados cercanos van a tener que ser trasladados a causa de estos problemas.

En el caso de Huaico, se conjugan el aislamiento –caminos destruidos, dificultades para comunicación, aprovisionamiento y atención de servicios sanitarios mínimos- y la falta de agua potable, que alguien consideró resuelta con la construcción de un pozo pero sin la infraestructura mínima en las casas. De allí surge el uso de los bidones plásticos de productos agrotóxicos de aplicación en tareas agrícolas. Esta situación, que lleva muchísimo tiempo –el pozo fue inaugurado hace 14 años-, fue descubierta por estudiantes de la Escuela de Comercio de Concepción. Y con la difusión periodística del hecho surgieron las reacciones parciales y las explicaciones de funcionarios de que no les cabe a ellos la responsabilidad de brindar esos servicios a los pobladores.

En realidad corresponde una atención integral a lo que pasa en estos poblados alejados de los centros, en este caso Graneros. Hay una responsabilidad de los funcionarios y así fue señalado en un reciente fallo de la Justicia en un lugar no muy lejano -Puesto Nuevo, en La Cocha- cuyos habitantes también quedan aislados en la temporada de verano precisamente por el desastroso estado de los caminos.

Esta problemática, que ha sido planteada precisamente en el estudio hidrológico sobre la cuenca del río Marapa después del desastre de La Madrid, debería formar parte de las preocupaciones no sólo comunales sino también provinciales, toda vez que se repite en muchos de estos pueblos periféricos. Sus habitantes merecen respuestas integrales para mejorar sus condiciones de vida.

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