Caracterizado como su célebre personaje del Oficial Gordillo y en uno de los cuadros disfrazado como su madre, el humorista Miguel Martín presentará su nuevo show “Amigo de lo ajeno” esta noche a las 21, en el Teatro Mercedes Sosa (San Martín 479), con otras dos funciones mañana a las 21 y a las 23. La semana próxima ya tiene cita con el público en el teatro Ópera, de Buenos Aires, donde hará tres funciones. Tras un descanso que se tomará en diciembre, en enero hará la temporada de Carlos Paz, donde se presentará de lunes a miércoles en el teatro Luxor.
El nuevo espectáculo es una renovación del que estrenó en 2020 en Carlos Paz, titulado “Gordillo, dueño de lo ajeno” y que en marzo iba a llevarlo de gira por el país, lo que se suspendió a causa de la pandemia. En esa ocasión, creó uno nuevo para streaming, titulado “Más vivo que nunca”.
“Después, cuando vuelve la presencialidad, en vez de presentar el show anterior, sigo con éste, retitulado ‘Gordillo, amigo de lo ajeno’, que no se podía hacer en la época de las restricciones sanitarias porque tiene varios momentos donde participa el público -explicó a LA GACETA-. Por ejemplo, en el primer cuadro, Gordillo trae un detector de mentiras, invita a una pareja a participar y comienza a cuestionarlos sobre la fidelidad. En el interrogatorio termina enredándose Gordillo porque se empieza a pisar solo con el tema de la infidelidad y la pareja termina quedando libre de culpa y cargo”.
- También tiene efectos multimedia.
- En el segundo cuadro hay un video en pantalla donde Gordillo muestra cómo su carrera va en supuesto crecimiento, porque se lo ve haciendo chistes en Rusia, en Japón, en todo el mundo. Pero cuando Mariano Peluffo lo invita a su programa lo desenmascara y le dice que esas imágenes son truchas, así que terminan a las piñas. Después se encuentra con Piñón Fijo y le pide: “Piñón, dame un consejo para levantar mi carrera, que viene en picada”. Y el payaso le contesta: “Tenés que dejar de robar con lo mismo”. Entonces Gordillo se enoja: “¿Y vos, con el chu-chu-uá? Hace 40 años que choreás con lo mismo”. Ahí se pelean. Entonces Gordillo le roba la idea de hacer un personaje para niños llamado Panam Fijo.
- ¿Cómo es la aparición de la madre?
- Le viene a festejar el cumpleaños de 15 de la hija que nunca tuvo y para eso elige a alguien del público para que haga el papel de la hija. Hacen todos los preparativos, después le enseña a lanzar la ojota y por último habla de Los Traperos, que le gustan mucho, y canta una canción. Después hay, en pantalla, consejos de Pedro Alfonso para levantar la carrera de Gordillo, donde el actor le da clases de actuación: cómo llorar, cómo hablar en castellano neutro y cómo ser un galán. Después, aparece un Gordillo glamoroso, muy bien vestido, y cuenta anécdotas sobre gente famosa. También habla de cómo le va en su vida con su esposa, que es de otra clase social. Por ejemplo, ella es arquitecta, tiene posgrado en Barcelona, mientras que él tiene tercer grado, con toda la furia, y el único certificado que tiene es el de nacido vivo. Nos despedimos con un momento final donde Gordillo habla de sus frustraciones de la niñez, sobre todo. Una era que todos los chicos del jardín de infantes tenían mochilas de personajes y él llevaba una bolsita cuadrillé con el jarro de mate cocido y la cucharita. Parecía cencerro.
- ¿Estás entusiasmado con el Mundial de Qatar?
- La verdad que me gusta este equipo. Tengo contacto con varios de los jugadores. Me mensajeo con Leandro Paredes, con Julián Álvarez, con Exequiel Palacios, con el Tucu (Joaquín) Correa.
- ¿Cómo los conociste?
- A Julián, por ejemplo, a través de un tucumano que trabaja en River Plate. Me pedía que le haga un video para mandarle a él. De ahí hemos quedado en contacto por Instagram, porque le gusta lo que hago. A Exequiel también, obviamente, porque es de Famaillá. Con el Tucu Correa nos vemos cada vez que viene. Una vez fuimos a Alberdi, cuando presenté el show ahí. Y Paredes siempre está mensajeando. Le encanta lo tucumano. Él lo tenía de compañero a Matías Kranevitter (quien es tucumano) y le hacía mucha gracia su tonada. Le sale igual el tucumano básico a Paredes.
- ¿Qué recordás de los festejos mundialistas en Famaillá?
- En el 86, yo tenía siete años y he salido a festejar que ganamos. En Famaillá se daba la vuelta a la plaza y me acuerdo de que en esa época yo estaba haciendo el curso de catequesis para la primera comunión. Los famaillenses cantaban “¡ingleseees hijos de p...! Yo estaba feliz cantando eso. Pero cuando pasaba frente a la iglesia, no cantaba. Después me acuerdo cuando en el 90 Claudio Caniggia le hace el gol de cabeza a Italia, yo estaba al lado de un vecino, el Polaco Molina, que en paz descanse, se da vuelta, me mira y me dice: “¡Changuito, ¿ha vito? La peinea, Caniggia la peinea!”.
- ¿Qué tal eras jugando al fútbol?
- Yo era bastante tronco. He jugado al fútbol y hay material fotográfico. Era delantero en Ñuñorco, de Monteros, porque yo iba a la secundaria ahí. Era el único delantero que jugaba cinco partidos y lo expulsaban cuatro. Me gritaban: “¡Mazzoniii, despacio, te van a expulsar!” (por el ex delantero de Independiente), porque yo tenía el pelo largo. Pegaba con todo, yo. Era un animal.