Con el banderazo, Argentina volvió a ser local en el Mundial Qatar 2022

Cientos de argentinos se movilizaron antes del debut de la Selección.

Con el banderazo, Argentina volvió a ser local en el Mundial Qatar 2022

Cuesta salir del trance, cuesta en serio. Cuando la distancia hace sociedad con su prima melancolía, el cuerpo se potencia cuando por alguna razón tu casa llega a donde vos estás. Sería como que la montaña venga a Mahoma. En Doha, punto neurálgico de este Mundial 2022, Argentina volvió a ser local, nuestra gente volvió a convertirse en profeta en suelo ajeno. El banderazo donde habita el reloj del conteo oficial de la FIFA, y donde la vista hacia la Perla es la postal perfecta para inmortalizar una foto con onda a postal eterna, fue la nota del día, por varios cuerpos.

Ni la continuidad de los partidos de hoy acusó recibo frente al movimiento en Corniche, una costa en forma de herradura con atracciones para todos los gustos. Allí, apuntando hacia el glamour de los rascacielos, cientos de argentinos entonaron los cánticos futboleros de nuestra historia. Se acordaron de Diego, que nunca dejará de estar; vitorearon a Leo Messi, nuestra mayor esperanza; le dedicaron varias estrofas y minutos a Brasil y al patentado, “decime qué se siente”; a Pelé, a los inglesas, de fiesta por la goleada a Irán. Y así, con el reloj de la marca oficial formando parte del banderazo, los hinchas coparon la parada durante casi dos horas.

Después, la marea de camisetas celeste y blanca se movió en conjunto, como si fuera un enorme equipo de rugby: bien pegados y descargando pasión a través de sus gargantas. Vimos a varios jeques argentinos, a un Claudio Paul Caniggia vintage con peluca de cotillón pero con el discurso del rey que mandó a la eliminación a Brasil en los octavos de Italia 90. Qué maravilla, loco; volver al pasado de los mundiales fue tan emotivo como saltar al ahora, a buscar “la tercera”, porque los Argentinos tenemos dos, la de Kempes, la de Diego y todos anhelamos la de Messi. Que así sea.

La peregrinación prosiguió por la avenida de la costanera, el descontrol del aliento mantuvo su control. La policía miraba de lejos. Tampoco es que estaba la fuerza de seguridad preparada para “algo”. Solo estuvieron los patrulleros que custodian la zona, nada del otro mundo. Tampoco se acercaron ni levantaron la voz cuando los descamisados saltaron sobre un lugar prohibido. O cuando la invasión copó el césped cercano al viejo mercado. Es pasión en control sin daños colaterales.

Volvemos al banderazo, a soñar con la Copa, a creer que en este Qatar lejano sin historia en el fútbol, nuestra Selección, la Selección de Messi, hará historia y volverá a gritar campeón. Vamos Argentina.

Con el banderazo, Argentina volvió a ser local en el Mundial Qatar 2022
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