La razón perdida

Mundo trágico con una enfermedad mental como telón de fondo.

27 Noviembre 2022

NOVELA

LA MUJER SIN RAZÓN

MARÍA MARTOCCIA

(Beatriz Viterbo – Rosario)

Hay libros que sorprenden y atrapan al lector. Es el caso de La mujer sin razón. La escritora María Martoccia construye un relato familiar a partir de la voz de Isabel niña púber. Los personajes principales son Isabel, el padre, la madre y los hermanos mellizos. Con sutileza el relato de la vida familiar, delinea un mundo tierno y trágico en el que la enfermedad mental de la madre es el telón de fondo. Entre líneas se muestra la malograda relación con la familia de la madre -tíos anarquistas- y con la del padre -los abuelos ricos, el ávido tío-. Las tensiones internas -por razones de clase o política- obligan a los padres a trasladar a los niños de un lugar a otro. La decadencia económica coincide con el deterioro de la madre Una primera migración a un desván al lado de la casa de los abuelos seguida de la estadía en un departamento en una zona marginal acaba con la última estadía en el campo de un amigo. Mientras el padre ejerce como médico ante los decepcionados ojos de la abuela y la madre, advertimos la tormenta que se gesta. En la escena final la madre, internada en el sanatorio, ya perdida. El valor de la novela reside en la construcción de un mundo sin estridencia, en la voz de la niña, testigo y partícipe de la “rareza”. Sus vínculos con la madre son ambiguos, la admira y le teme. Mariana, en su locura, la insta a rebelarse, y, al mismo tiempo, la reprime. El padre un médico psiquiatra se siente incapaz. Los niños se crían entre relatos opuestos. Todo pasa por la voz infantil que traduce el conflictivo mundo adulto, con una gran lucidez.

La mujer sin razón se refiere a la razón de la madre pero también de todos los adultos. El entorno social se adivina violento. Isabel se asoma al mundo sin que la destruya. Lee palabras y silencios sin condenar a nadie. Señala Luis Chitarroni que en la novela de María Martoccia encontramos dos dimensiones del narrador, el estilo de Persuasión y Orgullo y prejuicio; otro, el de Alicia en el País de las maravillas. Con admirable sutileza la autora construye una realidad donde la imaginación infantil se asoma a la enfermedad y la pobreza, la locura y la impotencia como a un misterioso mundo no exento de humor e imaginación.

© LA GACETA

Carmen Perilli

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