Un bisnieto de Thays ayudaría a recuperar el parque de Santa Ana

Aunque todavía se está estudiando el proyecto para mantener y revalorizar el paseo, ya se habría acordado la participación del paisajista

EL CENTRO DEL PARQUE. El encanto del diseño de hace un siglo se mantiene, aunque está en riesgo por el abandono. EL CENTRO DEL PARQUE. El encanto del diseño de hace un siglo se mantiene, aunque está en riesgo por el abandono. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

El Parque de Santa Ana, declarado patrimonio histórico y cultural de la provincia, permanece sumergido en el abandono, aunque con un proyecto de revalorización en estudio.

Los pobladores reclaman que los trabajos se inicien lo antes posible frente al permanente deterioro que acusa por el vandalismo y la falta de mantenimiento. La Fundación Forestar de Concepción, que encabeza Rubén Bulacio, advirtió el mes anterior que el paseo va camino a su desaparición. “El sitio es objeto de todo tipo de atropellos. Se hacen fogatas en las raíces de los árboles -la mayoría de estos son exóticos; fueron traídos desde Francia-, y el espacio se transformó en un circuito de motos, de pastoreo de animales y de acumulación de residuos”, planteó la institución.

Los pobladores aseguran que esa situación no ha cambiado nada. Y esa realidad se exhibe claramente a la vista de los visitantes “Este parque es víctima de la falta de mantenimiento, el descontrol y el desorden. Los fines de semana es escenario de un jolgorio desenfrenado en el que nadie pone límites. Beberajes, música a alto volumen y peleas. Es el fiel reflejo de un pueblo sin autoridad”, relataron Juan Pérez y María Díaz. “Los comisionados comunales han sido elegidos para mejorar el pueblo. Sin embargo todo indica que hasta ahora todos hicieron lo contrario. El anterior (Horacio Páez) carga la responsabilidad de haber desmantelado la inmensa estructura del ingenio. Podría haber servido para transformarla en un espacio cultural o turístico. Pero fue más fácil destruir y dejar todo reducido a escombros ahora cubiertos por matorrales”, planteó Díaz. “Lo triste es que ahora la historia se repite con el parque. Ojalá que se hagan las obras previstas. Pero uno se ha hecho un poco incrédulo” añadió.

“Aporte importante”

El comisionado comunal, Diego Reales, insistió en que la comuna no puede hacer ninguna intervención en el parque en razón de que esta debe ser evaluada o estudiada por los técnicos del Ente Cultural de la Provincia a través de la Dirección de Patrimonio. En ese sentido aseguró que los trabajos a ejecutarse –que serán financiados por el Ministerio del Interior- están siendo definidos y van a tener la intervención del bisnieto del paisajista Carlos Thays. En el pueblo está instalada la creencia de que este último hombre sería el diseñador original del paseo creado hace 120 años. La docente y escritora Rita Valenzuela puso en duda esa versión luego de que no diera con datos precisos para incluirlo en su libro sobre la historia del pueblo.

En rigor, según dijo en recientes declaraciones a LA GACETA, no encontró en ningún lado registros que certifiquen que el famoso parque fue obra de Thays. De todos modos un heredero del profesional francés, también paisajista, va a poner su conocimiento para salvar al parque. “El Thays nieto, heredero de la profesión de su bisabuelo, va a colaborar en los trabajos de revalorización merced a la mediación que tuvo el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur. Es un aporte muy importante en el afán de mantener la estructura y detalles originales”, sostuvo Reales.

Cuidados

El comisionado apuntó que hasta tanto se concluyan los estudios, la comuna va a poner en marcha labores en la parte externa del paseo a fin de poner freno al ingreso de vehículos motorizados y animales. Prevé la construcción de vallas. El edificio de lo que fue la administración del ingenio Santa Ana sería refaccionado y convertido en museo.

La fábrica azucarera fue una de las más importantes de Sudamérica. Dejó de producir en la década de los 60, aunque su proceso de decadencia había comenzado varios años atrás. Los distintos sectores de la planta se intercomunicaban a través de túneles extensos y revestidos con cerámicos importados. Esta obra también se extinguió por el abandono y el vandalismo. De ahí el temor de los vecinos que el parque tenga el mismo destino. De acuerdo al relato oral de los pobladores, el parque fue encargado a Thays (el mismo que diseñó el Parque 9 de Julio de la capital) por don Clodomiro Hileret, propietario de la fábrica azucarera. Lo hizo hacer para obsequiarle a su hija María Luisa, al cumplir sus 15 años. La forma del paseo habría surgido de un sueño que tuvo la joven y que le comentó a su padre Clodomiro. Valenzuela directamente desmintió esa especie de mito en razón de que el parque se inauguró en setiembre de 1901. En ese momento, según reveló la investigadora, María Luisa no tenía quince años, sino ocho.

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