“La caña puede combatir el calentamiento global”

Ante un gran número de productores y de técnicos dedicados a la producción de caña de azúcar el lunes y el martes se realizó la 22ª Reunión Nacional de técnicos de la caña de azúcar. El evento puso de manifiesto la importancia de la agroindustria azucarera en la producción de azúcar, pero, sobre todo, en la generación de energía mediante la producción de bioetanol y la cogeneración eléctrica.

El cónclave que fue organizado por la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca). Participaron técnicos y productores de la provincia y de la región, como así también disertantes del extranjero. Del acto central no participaron funcionarios del Gobierno provincial. Sí estuvieron presentes directivos de las principales instituciones de cañeros e industriales locales, además de invitados especiales.

“Para esta reunión nos impusimos tres grandes objetivos. El primero tiene que ver con generar el marco adecuado para un fructífero intercambio de novedades científicas y tecnológicas. Para ello, la Satca solicitó y estimuló las presentaciones de trabajos de sus profesionales. Esta actividad es muy importante, porque el análisis de sus resultados se traduce, en definitiva, en un progresivo avance en materia de innovaciones, que nos va poniendo en sintonía con lo que ocurre en las principales zonas de cultivo de la caña de azúcar en el mundo”, indicó el presidente de la Satca, Jorge Scandaliaris.

El segundo objetivo, según precisó, está relacionado con el eslogan “Growning Energy” adoptado durante el último Congreso de la Sociedad Internacional de Técnicos de Caña de Azúcar (Issct, por sus siglas en inglés: International Society of Sugar Cane Technologist), que se realizó en Tucumán, en septiembre de 2019. “Se necesita de información, análisis y trabajo, que luego terminen en acciones concretas para convertir a la Argentina en uno de los países del mundo en avanzar en una producción creciente y sostenida de productos bioenergéticos”, añadió.

Tal cual se había afirmado en aquel congreso, la Argentina, por sus recursos y por sus capacidades, tiene el desafío de contribuir a impulsar dos grandes cambios transcendentes que demanda la humanidad. “Mediante la energía contenida en la caña de azúcar, se puede combatir el calentamiento global y disminuir el alto nivel de desocupación mundial”, dijo Scandaliaris.

El tercer objetivo que destacó tiene que ver con el hecho de que el 19 de noviembre de 1982, un grupo de 33 técnicos resolvieron crear la Satca. “Es importante comentar que en esta oportunidad hubo una activa participación de un número importante de profesionales argentinos, que concretaron la presentación de unos 80 trabajos que se analizaran durante estas dos jornadas. Quiero decirles a los autores, que esa importante labor que realizaron es la esencia misma de esta 22ª Reunión Nacional”, dijo el directivo.

También expresó su gratitud a los especialistas que conformaron las mesas paneles y a aquellos que brindaron sus conocimientos y experiencias por medio de conferencias y de otras presentaciones. “En este sentido, destaco a nuestro invitado especial Agustín Torroba, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Todos sus aportes serán importantes para la agroindustria de la caña de azúcar, y seguramente contribuirán a alumbrar el camino que debemos recorrer en los próximos años”, señaló Scandaliaris.

Subrayó la excelente labor realizada por las distintas comisiones de corrección y aprobación de los trabajos presentados y a la comisión de evaluadores, que tuvo la difícil misión de identificar las mejores presentaciones.

“Debo puntualizar, además, la importante labor realizada por un grupo entusiasta de personas que se encargaron de todos los detalles organizativos, lo que fue fundamental para desenvolvernos, aprovechar, y disfrutar de estas dos jornadas”, agregó.

También consideró importante el apoyo brindado por empresas relacionadas con la agroindustria, que acompañaron en carácter de auspiciantes y que, con su participación, dieron un marco tecnológico complementario, adecuado a la reunión.

“Agradezco a la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Famaillá, a la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Tucumán, a la Chacra Experimental Colonia Santa Rosa, al Instituto de Desarrollo Productivo y a todos los ingenios del país, por el acompañamiento de siempre”, dijo. Y brindó un agradecimiento especial a la Sociedad Rural de Tucumán por brindar sus instalaciones y servicios.