La Bandera y su sentido deben flamear siempre

09 Diciembre 2022

Con la participación de la Selección argentina en el Mundial de Fútbol se exacerbó el sentimiento de identidad, la percepción de los vínculos de los argentinos. El patriotismo es el sentimiento que tienen los seres humanos por su tierra natal o adoptiva a la que se sienten ligados por unos determinados valores, afectos, cultura, historia y hasta lazos familiares.

Las banderas celestes y blancas flamean en las casas, en los livings, los balcones y en la ropa de cada uno con la camiseta marcada con el “10” de Maradona y Messi. Mientras observamos con curiosidad cómo se vive en Qatar, los lujosos trenes y calles pulcras, observamos el planisferio para ubicar a los contrincantes y otros países, intentando dilucidar sus culturas y sociedades.

Pasan los días y el nerviosismo ante cada encuentro es insostenible. Las calles quedan vacías: gritos, bocinas y trompetas se escuchan a gran distancia y en cada hogar del país. El himno, cantado por todos, desde el corazón: abrazados como los jugadores en la cancha o con una mano en el pecho. ¿Por qué nos une tanto el Mundial y nos desune la calle? ¿Qué hace que nos enamoremos de esos colores, de la “blanca y celeste”, en esta época, más que en otras?

Desde la escuela, cuando nos presentan los símbolos patrios, la idea de nación, patria y libertad que soñaron nuestros héroes está presente. En Argentina, cada cuatro años, se revive la pasión y es inevitable pensar qué habrán sentido por esta tierra que defendieron José de San Martín y Manuel Belgrano. La patria es la tierra donde uno nació, la que cuenta la historia de cada uno y sus antepasados. También puede ser la tierra elegida. ¿Sentimos a la Patria cuando nos levantamos y pisamos su suelo?

Hace poco se conoció el dato de los argentinos que se mudan a España según el Instituto Nacional de Estadísticas del país europeo que reveló que 353.000 argentinos viven en ese país. Los estadios de Qatar y la ciudad de Doha están alojando actualmente a 20.000 argentinos. En los diálogos que se generan entre quienes van de turismo y quienes viven afuera siempre surgen las mismas alabanzas hacia el país extranjero y las críticas con Argentina. Pero es que al país lo hacemos entre todos, todos los días. La grieta que enfrenta a los argentinos suele agrandarse en determinados momentos y así podemos ver en estos días el contraste entre el fervor por la Selección y los fuertes debates por la política y las decisiones de la Justicia, que nos ponen en el peor lugar.

¿Cómo podemos hacer para que la bandera que flamea en el living y que llevamos puesta en el Mundial flamee todo el año, con nuestro ejemplo, dedicación y solidaridad con nuestros compatriotas? “La variación presente no debe limitarse a suplantar a los funcionarios públicos e imitar su corrupción y su indolencia. Es necesario destruir los abusos de la administración, desplegar una actividad que hasta ahora no se ha conocido, promover el remedio de los males que afligen al Estado, excitar y dirigir el espíritu público, educar al pueblo, destruir o contener a sus enemigos y dar nueva vida a las provincias. Si el gobierno huye el trabajo; si sigue las huellas de sus predecesores, conservando la alianza con la corrupción y el desorden, hará traición a las justas esperanzas del pueblo y llegará a ser indigno de los altos destinos que se han encomendado en sus manos”, dijo Mariano Moreno el 25 de mayo de 1810, cuando asumía como Secretario de Guerra y Gobierno de la Primera Junta.

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