10 Diciembre 2022
“Si se observa cómo se desarrolló esta campaña agrícola invernal, vemos que la combinación de factores climáticos extremos impactó sobre el desarrollo de los cultivos de invierno”, señalaron técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Balcarce. En esa localidad, en el período que va del 1 de agosto al 1 de noviembre del año en curso se acumularon menos de 100 milímetros; situación que solamente se registró cuatro veces en los últimos 52 años.
A esto se suma que, según observaciones a campo realizadas por investigadores del INTA, en los años con baja cantidad de precipitaciones existe una mayor cantidad de horas de heladas que se producen en estado temprano.
Pablo Abbate, investigador y especialista en cultivos de invierno del INTA Balcarce, explicó que las heladas tardías en trigo, en campañas secas como la que se está atravesando, pueden generar mermas importantes de rendimiento en el cereal. Sin embargo, recomendó consultar un documento recientemente publicado por el INTA, sobre estrategias de manejo agropecuario en estos escenarios.
La sequía no solo afectó los cultivos invernales, sino que, además, impide realizar una siembra segura de los cultivos de verano ya que, en la mayoría de los casos, el suelo solo presenta unos pocos milímetros de agua en superficie, sin recarga en profundidad.
En ese sentido, recomendaron extremar las medidas para el uso cauteloso y conservacionista del recurso hídrico. “En las cuencas de la región se aconseja desarrollar labores que favorezcan la cobertura constante del suelo y que generen condiciones favorables a la infiltración, lo que permite que el agua de lluvia ingrese al suelo y al acuífero, evitando exponerlos a situaciones que provoquen la generación de escurrimientos superficiales y corridas de agua y pérdida de suelos”, señaló Abbate.
El panorama no es bueno. Pero el INTA destaca como noticia alentadora que los precios son altos; en especial, para el trigo, cuyo valor se incrementó desde el momento de la siembra en un 13 %. Consideraron que este aumento va a compensar, en parte, la caída en rendimiento amortiguando la reducción en ingresos y márgenes.
“Un arma para enfrentar estas situaciones de sequía es el riego. Se recomienda, sin embargo, sólo realizarlo cuando resulte necesario para el adecuado desarrollo del cultivo, concentrándose en los distintos momentos. Para esto, se torna fundamental que se tome como base el seguimiento de la humedad de suelo, mediante el balance de agua”, finalizó el especialista del INTA.
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