Caña: la falta de lluvias afecta su crecimiento

Los cañaverales tucumanos también están padeciendo el estrés hídrico que afecta a la región Noroeste. Cuando las plantas comienzan a desarrollarse, las escasas lluvias de noviembre- diciembre y que fueron irregulares en cuanto a su distribución, aún no llegan a compensar los niveles promedios históricos y necesarios de humedad y preocupa a los productores que se repita la experiencia de la zafra 2022, cuando disminuyó la oferta de materia prima también por la seca.

“Estamos atravesando un mes de diciembre con temperaturas muy altas y con precipitaciones que -de acuerdo a lo que se viene registrando y a lo que se pronostica- podrían terminar con valores por debajo del promedio del mes”, adelantó a LA GACETA el ingeniero Daniel Ploper, director técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Luego precisó que esta combinación de seca-alta temperatura, tiene una directa consecuencia sobre el crecimiento de los cultivos de caña de azúcar de la provincia e incluso de la región del NOA. “En los cañaverales tucumanos se observa menor desarrollo de los cultivos aunque se verificaron zonas que están un poco mejor, especialmente a partir de las lluvias registradas en los últimos días”.

Al respecto, advirtió que “hay que tener en cuenta que las precipitaciones han sido desparejas” y que en muchos casos no alcanzaron a compensar la evapotranspiración que se viene registrando. “Considerando que el período denominado de ‘gran crecimiento’ de la caña de azúcar ocurre entre los meses de diciembre y marzo, los cañaverales tienen todavía tiempo de recuperarse si es que en los restantes meses del verano las lluvias retoman los valores normales para la época”, resaltó Ploper.

Y también evaluó la contracara de esta posibilidad. “Pero en caso de que los meses venideros presenten también déficit hídrico, esto se traducirá en menores rendimientos culturales de la caña de azúcar, con todo lo que esto implica para la economía de los productores y de la provincia”. Esto es, el porcentaje sacarino que se obtiene del volumen cultivado.

“Hay que tener en cuenta que en la provincia es mínimo el porcentaje de los cañaverales que disponen de riego complementario para atenuar estos períodos de déficit hídrico”, resaltó el director técnico de la Eeaoc. “En síntesis, hoy no se podría determinar daños por la falta de un relevamiento general, pero hay cañaverales que muestran las consecuencias de las pocas precipitaciones combinada con el calor. También es cierto que los cañaverales todavía pueden recuperarse si es que en los meses venideros se registran las lluvias normales para la época para terminar de desarrollarse”.

Según los datos de la Sección Agrometeorología de la Eeaoc, hasta el 12 de diciembre llovió durante el mes 134 mm en la localidad de Santa Bárbara, Río Chico; en Timbó Nuevo, Burruyacu, unos 52 mm; en Monte Redondo, Cruz Alta, llovió en total 29 mm, en tanto que Vicios, Leales, llegó a 8,1 mm.