El control de infecciones en los hospitales

16 Diciembre 2022

La posible aparición de un nuevo caso de Legionella en la provincia puso en alerta a las autoridades sanitarias y provocó nuevas preocupaciones en la ciudadanía, aún sensible por la situación que vivimos a nivel mundial desde principios de 2020. Los estudios realizados en un paciente internado en terapia intensiva del hospital Avellaneda demostraron que varios gérmenes estaban colonizando al paciente, entre ellos el de la Legionella.

Estas bacterias se encuentran naturalmente en los ambientes de agua dulce, como lagos y arroyos, y pueden convertirse en una preocupación de salud cuando se multiplican y propagan en los sistemas de agua artificiales de los edificios. Después de que crecen y se multiplican en el sistema de un edificio, el agua que las contiene puede dispersarse en forma de gotitas lo suficientemente pequeñas como para que las personas las inhalen. Tucumán tuvo este año una trágica experiencia cuando seis personas fallecieron al haber estado en contacto con el virus dentro del sanatorio Luz Médica, que debió permanecer cerrado más de un mes hasta que se confirmaron los resultados de los test. Según informó en ese momento el ministro de Salud, debió llevarse a cabo un protocolo de desinfección con normas internacionales que consistió en purgar todas las cañerías, pasar cloro, en alta concentración, y luego el pase de agua a 70° por todas las cañerías con control hasta el último extremo de las mismas.

Pero lo ocurrido en el hospital Avellaneda reactivó las alarmas al punto que debieron cerrar la terapia intensiva. La infectóloga Aída Torres alertó que hay que actualizar los programas de control de infecciones intrahospitalarias. “Lejos estamos de que hospitales y sanatorios cuenten con infectólogos, enfermeros especialistas en control de infecciones y microbiólogos en cantidad suficiente de acuerdo al número de camas y complejidad que disponen”, advirtió.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, actualmente, en los países de ingreso alto, siete de cada 100 pacientes ingresados en un hospital de cuidados intensivos contraen al menos una infección intrahospitalaria durante su hospitalización, cifra que asciende a 15 de cada 100 pacientes en los países de ingreso bajo o mediano. Agrega que el impacto que tienen las infecciones relacionadas con la atención de salud y la resistencia a los antimicrobianos en la vida de las personas es incalculable. El problema es tan grave que el año pasado el Ministerio de Salud de la Nación debió crear la “certificación nacional de programas hospitalarios de prevención, vigilancia y control de infecciones asociadas al cuidado de la salud”, como una herramienta de mejora continua, garantía de la calidad y seguridad de los pacientes.

La situación no puede ser pasada por alto. Seguramente en el Ministerio de Salud de la provincia se están llevando a cabo todas las acciones necesarias para prevenir nuevos contagios. Pero hacer controles permanentes y sobre todo seguir los protocolos es fundamental para evitar muertes con un tema tan delicado.

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