16 Diciembre 2022
A LA ESPERA. Casi 3.000 hinchas argentinos se encuentran en Doha sin entradas para el partido entre Argentina y Francia. FOTO DE LEO NOLI / ENVIADO ESPECIAL
Uno podría imaginarse que los que están en Qatar desde hace un tiempo ya la están pasando de maravillas y solo piensan en la gran final del domingo con Francia, pero no. El panorama, para al menos 2.700 hinchas argentinos, tiene carácter desolador y desesperante. LA GACETA lo anticipó en la noche del jueves qatarí: los hinchas fueron a solicitarle una mano a la AFA para que gestione ante la FIFA la liberación de entradas a precio oficial, sin embargo la cosa quedó empantanada.
Sin estar al 100% seguros de si ahí se alojaba el grueso de la mesa chica de la casa madre del fútbol argentino, los hinchas armaron un banderazo que por momentos tuvo pinta de escrache. De la AFA no salió nadie a responder el pedido ni tampoco lo harán, aparentemente. De hecho, según lo que pudo averiguar este enviado especial, hay malestar por la forma en que se desenvolvió toda la situación. “Pedir de prepo, no”.
El malestar es generalizado, de la directiva y de los propios argentinos que siguen acá y no tienen asegurado su lugar el domingo en el icónico Estadio de Lusail, con capacidad para una base mínima de 88.000 almas. “No tenía que ser así”, dijeron desde la AFA. “Por qué Marruecos sí y Argentina no”, se preguntaron algunos.
Sucede que se conoció que el gobierno marroquí puso a disposición 30 aviones y que la federación compró 13.000 tickets para obsequiar antes de la semifinal que terminaron perdiendo con los galos.
Históricamente, la AFA no se involucró en estos temas, ya que no tiene potestad para hacerlo y el que dispone de los ingresos es la FIFA. No existe un teléfono rojo como tal que pueda servir para apagar este incendio.
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El drama del no acceso a la compra oficial de los tickets se potenció precisamente en la noche del jueves por la “culpa” de un supuesto interlocutor entre los hinchas y la AFA. Hizo redactar una carta, pidió los nombres de cada interesado -con número de pasaporte, mail y Hayya Card- y pidió tiempo para resolver el drama. Sucedió que el “Pelado” jamás apareció y recién lo vieron por la mañana del viernes en el ticketing oficial de la FIFA en el DECC, de Doha. ¿Cómo terminó la relación? Enfurecidos, quienes cayeron en la bolsa de promesas falsas del “Pelado”, lo sacaron carpiendo.
Mientras tanto, una vigilia en vano fue tachando los minutos del día hasta la entrada la noche. Los únicos argentinos que se fueron felices de esa zona fueron los que se aventuraron en el pasado, se postularon para entradas y compraron tickets para la final sin saber si la Selección podía alcanzarla. Eso se llama fe.
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Y como la fe mueve montañas, también aviva a los oportunistas que se hacen llamar emprendedores. Lo lamentable fue ver cómo la gente esperaba alguna respuesta y del otro lado escuchar como un murmullo “tickets on sale”. Por supuesto que esa generosidad de venta venía cargada con una suma muy superior a la oficial.
Para que ustedes tengan en cuenta, los precios reales de las categorías 1 a 3 oscilan entre los US$600 y US$1.500. El precio mínimo en la reventa de hoy superaba los US$2.000.
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Ciertos allegados a la mesa de operaciones de la AFA en calle Viamonte aseguraron que lo peor que pudo pasar es que los hinchas insultaron a la dirigencia cuando armaron el banderazo. Eso fue bajar la persiana.
Cuentan los que estuvieron en el DECC que el encargado de entregar las entradas a los argentinos que habían comprado con anticipación no estuvo en todo el día, sí empleados. La exigencia es enorme.
También cuentan de que hubo un “colado” en la fila. Este superó los controles y llegó a mesa pidiendo una platea. Ofreció pagar “lo que sea”. El resultado fue el mismo que para los que esperan la liberación de tickets a precio oficial: “retírese, por favor. Solo entregamos boletos a quienes compraron en el sorteo de la FIFA”.
¿Cómo seguirá esta historia? Con los hinchas intentando encontrar a alguien con voz de gestión en la AFA para que los ayuden. Hay reglas que no se van a romper, y estas dicen lo siguiente: “pedimos entradas solo para quienes estamos desde los primeros partidos, no para los que están llegando ahora. Hicimos un sacrificio enorme para estar y no nos podemos quedar sin la final”.
La otra lectura es quizás un poco más cruel. Nadie habla de reventa, pero sí que “a un Mundial uno debe venir con su entrada lista y no esperar que alguien le solucione la vida”.
Más que “solucionar”, por cómo transcurrió este viernes, los argentinos necesitan un milagro de vida.
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