24 Diciembre 2022

Olga Inés Pintado

Dra. en Física - Investigadora en Astrofísica

La física y la química están presentes en nuestra vida cotidiana. Muchas veces las usamos de la manera que nos resulta más conveniente, aunque no seamos conscientes de ello. Los procesos físicos y químicos están presentes cuando cocinamos, lavamos, limpiamos, etc. Pero también son parte de otras actividades como el deporte: en el cuerpo de los deportistas y en los objetos que usan.

Cuando se estudia cómo reacciona el cuerpo humano a ciertos estímulos hay que tener en cuenta factores externos como la luz y otras radiaciones, la calidad del aire que respiran y las condiciones de la atmósfera. No es lo mismo respirar en una ciudad con alto nivel de contaminación, que en el campo y tampoco es lo mismo estar al nivel del mar que en una montaña muy alta. También hay que tener en cuenta factores internos, como estudiar la reacción de los músculos y tendones a ciertos esfuerzos, qué cantidad de oxigeno se consume y qué cantidad de ácido láctico se produce cuando un deportista realiza sus actividades, etc. Hay equipos que permiten monitorear cómo se comporta el cuerpo cuando se realiza alguna actividad física, como la presión arterial, el ritmo cardíaco, el consumo de oxigeno, etc. También se estudian los objetos que se usan en los distintos deportes y la forma en que deben usarlo, para tener el mejor rendimiento.

Cada deporte tiene sus características y sería difícil analizarlos a todos juntos.

En el fútbol tienen que tener un buen manejo del cuerpo y de la pelota. Un arquero debe calcular muy bien cuánto esfuerzo debe hacer con sus piernas y brazos para alcanzar una pelota. Los otros jugadores también deben saber cómo manejar las piernas para saltar y cabecear o para correr a alcanzar una pelota. Cuando un jugador patea la pelota, tiene que elegir si quiere que vaya sobre la superficie o elevarla y a qué distancia debería llegar, para decidir cómo debe patearla. Para que vaya sobre la superficie o a poca altura, simplemente tiene que patearla cerca del centro y la fuerza de la patada es la que le dará la velocidad. En el caso de querer elevarla es un poco más complicado porque tiene que darle velocidad y elevación. Del ángulo con la patee y la velocidad va a depender la distancia a la que llegue.

En algunos casos la pelota no sigue una trayectoria recta, sino que hace una curva. Se lo ve cuando se hace un tiro desde la esquina y la pelota hace va al arco. Esto se logra dándole dos movimientos a la pelota: por un lado que tenga velocidad y elevación, pero además la pelota debe girar sobre su eje para hacer la curva. Para lograr esto tienen que patear la pelota en un costado, no en el centro. Dependiendo del lado en que se le pegue se moverá a la derecha o a la izquierda del jugador. Esto es muy difícil de hacer porque tiene que tener la velocidad y la rotación justa para que la trayectoria tenga la curva deseada.

Pero, no es sólo saber cómo y en dónde pegarle. La superficie del campo es la que hará que la pelota pueda desplazarse sobre ella con mayor o menor dificultad. No es lo mismo una superficie de tierra o una con césped. Si hay césped, dependerá de cuán tupido sea, la altura que tenga y si está seco o está mojado. Por eso es fundamental que los jugadores reconozcan el campo antes del partido.

La pelota también es importante porque de su peso, de cómo se distribuya su masa y del material, depende la respuesta. Hay muchos estudios y desarrollos tecnológicos para hacerlas cada vez mejores.

Sin dudas los jugadores tienen un manejo muy importante de la física y, quizás, algunos no son conscientes de ello.

Física es una de las asignaturas que menos les gusta a los estudiantes, probablemente porque no se entiende para qué sirve. ¿No sería más atractiva si se enseñara a través de sus aplicaciones, como el fútbol o la cocina?

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