Caso Báez Sosa: “Vi pasar a los acusados festejando; contentos”

Una recepcionista describió la frialdad que habrían tenido los rugbistas tras el hecho. Declararon policías y una joven que auxilió a Fernando.

“LE ROMPÍ LA ‘JETA’”. Andrea Ranno describió la despiadada actitud que habría tenido el grupo de agresores luego de matar a Fernando. La mujer reconoció a dos acusados. infobae “LE ROMPÍ LA ‘JETA’”. Andrea Ranno describió la despiadada actitud que habría tenido el grupo de agresores luego de matar a Fernando. La mujer reconoció a dos acusados. infobae
07 Enero 2023

En la audiencia de ayer, una testigo reveló la frialdad y la actitud despiadada que habrían tenido los acusados luego de cometer el crimen de Fernando Báez Sosa (18 años). Además, un policía reconoció a Máximo Thomsen como el joven que habría intentado incriminar al remero Pablo Ventura. Además, se explicó la situación de un sospechoso con rastas que nunca fue hallado, dos efectivos hablaron de ese tema. Por otro lado, el jueves también había declarado una joven que intentó reanimar a la víctima con RCP.

Andrea Ranno era recepcionista de un hotel de Villa Gesell el día en que una patota asesinó a golpes a Báez Sosa a pocos metros de su lugar de trabajo.

Según la acusación, el 18 de enero de 2020, luego de haber tenido una discusión con la víctima dentro del boliche Le Brique, los rugbiers Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi; emboscaron a Fernando en la calle y comenzaron a pegarle piñas y patadas en el piso. Los agresores no permitieron que los amigos de la víctima pudieran acercarse a auxiliarlo.

“Se iban riendo”

Según contó Ranno, a pocos minutos del hecho, los acusados pasaron caminando por el frente del hotel riéndose. La mujer llegó a escuchar: “le rompí la ‘jeta’, ¿viste?. Le llené de sangre la jeta”, mientras uno de los jóvenes decía eso, los demás se reían y festejaban.

“NADIE SE ACERCABA”. La testigo que intentó auxiliar a la víctima. “NADIE SE ACERCABA”. La testigo que intentó auxiliar a la víctima.

“Todos se sentían partícipes de ese festejo. Siguieron caminando muy exaltados, contentísimos y felices”, sostuvo la mujer, que dejó helados a todos en la sala con su relato. Los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari la escucharon atentamente.

Ranno sintió que al revivir ese momento estaba revictimizando a los padres de Fernando, por eso giró a verlos y les ofreció disculpas a Graciela Sosa y a Silvino Báez por lo que acababa de contar.

La testigo además presenció uno de los videos del hecho y pudo señalar a dos de los jóvenes que habría visto: uno era Thomsen y el otro Benicelli.

Distracciones

Otro testigo que declaró ayer fue Mariano Rolando Vivas, uno de los policías que participó del allanamiento en la casa donde los rugbiers se alojaban. Allí encontraron una zapatilla con restos de sangre y 10 celulares que fueron secuestrados.

JUNTOS. Fernando, de 18 años, con su madre, Graciela Sosa. JUNTOS. Fernando, de 18 años, con su madre, Graciela Sosa.

Según recordó el efectivo de la bonaerense: “Thomsen manifestó que ese calzado era de (Pablo) Ventura”. Así comenzó la persecución en contra de Ventura, que fue detenido en Zárate, en casa de sus padres, al poco tiempo de que lo nombraran. El joven estuvo unos días detenidos hasta que pudo probar que ni siquiera había estado en Gesell esa noche.

Por otro lado, los policías Carlos Aníbal Contino y Leandro Barrera recordaron que esa noche hubo jóvenes que describieron erróneamente a uno de los agresores como alguien con rastas.

Los efectivos buscaron en la zona céntrica y en los bosques cercanos pero no ubicaron a un sospechoso con esas características. Pudo haberse tratado de una confusión, porque según Contino: “ese noche tuvimos seis disturbios, anduvimos de un lado al otro”.

LOS RUGBIERS. El momento de la detención de los acusados. LOS RUGBIERS. El momento de la detención de los acusados.

“Nadie se acercaba”

“Vi que estaban todos alrededor de él (Fernando) pegándole patadas cuando ya estaba inconsciente en la vereda”, contó Virginia Pérez Antonelli y detalló que ella fue una de los primeros en acercarse a asistir a Báez Sosa tras la paliza. La joven de 19 años agregó: “cuando los agresores se van, él estaba inconsciente y nadie se animaba a acercarse. Con un chico y un policía nos intercambiamos durante media hora para hacerle maniobras de RCP hasta que llegó la ambulancia”, relató. Por último sostuvo: “los amigos estaban en shock. Muchos lloraban, otros no paraban de llamar a la ambulancia. Pero ellos nunca agredieron a los rugbiers”.

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