Unas 175 millones de hectáreas claman por agua

En los distintos sectores ansían que las lluvias anunciadas permitan revertir mínimamente la situación de deterioro de las plantas.

Unas 175 millones de hectáreas claman por agua
22 Enero 2023

Los productores y las entidades rurales ya, en enero, no visualizan un buen año. Aunque todavía no vaticinan sus pérdidas en términos porcentuales, sí reconocen que la faceta climática les viene jugando una mala pasada. La prolongación de la sequía, como consecuencia del fenómeno de La Niña, agotó la humedad de los suelos que ya no tienen qué ofrecerle a las plantaciones que se encuentran en la provincia. De acuerdo con el relevamiento de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, en el Noroeste Argentino (NOA), la sequía se extiende desde hace 28 meses afectando cultivos de soja y maíz y a la ganadería.

Esta realidad no es privativa de la provincia. A nivel nacional, en diciembre de 2022, más de 10 millones de hectáreas pasaron a formar parte del territorio nacional afectado por la sequía, como consecuencia de un agravamiento de la ausencia de lluvias en el norte del país. Además, el relevamiento destacó el crecimiento de áreas en condiciones de sequía severa con la incorporación de 4,5 millones de hectáreas que agravaron su condición.

Hasta el momento, en total son 175,1 millones de hectáreas golpeadas por la ausencia de precipitaciones, de las cuales 1,2 millón corresponde a cultivos. A ellos se suman 17, 4 millones de cabezas de ganado bovino golpeadas por la problemática.

Las cañas sufren

En representación de los Cañeros Unidos del este, Ramón González, aseguró a LA GACETA que la situación por la que atraviesan los productores de este sector es “crítica y preocupante”. “Las cañas están experimentando este proceso porque ya venían de un atraso con las lluvias del año pasado y ahora están con estrés hídrico marcado” manifestó el productor y explicó que el agua de lluvia aporta a las plantaciones una fuerza extra para su proceso de crecimiento.

Ante la falta de agua y la sequedad del suelo, González detalló que las cañas se ven afectadas en su tamaño y crecimiento. “Para poder crecer y sobrevivir, la caña absorbe la poca agua y humedad que tiene y compite con las malezas que encontraron campos abiertos. Eso desgasta mucho más rápido la energía de la planta”, señaló.

El referente indicó además que la situación del sector cañero no es igual en toda la provincia. Mientras en la zona central y alrededores “todavía pueden soportar” los inconvenientes de la sequía, de la ruta nacional 9 al Este ya se avizoran pérdidas significativas y superiores a las de años anteriores. “Veníamos de unos años complejos y duros, y ahora esto agravó todo. El año pasado, las lluvias de marzo y abril nos dieron humedad para plantar, completar la plantación y renovar el cultivo. Todo parecía que se acomodaba, pero no fue así”, se lamentó.

En carrera pese a todo

A raíz de la sequía que azota a grandes porciones del país, en la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) reconocen que ya hay pérdidas como consecuencia de este fenómeno, pero son cautos a la hora de cuantificar el impacto concreto en el campo porque remarcan que las próximas jornadas resultarán claves y eso deja a las actividades agrícolas en carrera.

En diálogo con LA GACETA, Mario Devani, coordinador del programa de granos de la Eeaoc y director del Itano, afirmó que hoy en día la situación de los cultivos de Tucumán y zonas de influencia es muy complicada y raya lo crítico. Venimos de dos años secos, donde se consumió la humedad de los perfiles y este año al no ser distinto la situación empeoró”, dijo el profesional. Y detalló: “En diciembre y enero, meses críticos porque se implanta y se produce el desarrollo de los cultivos, las lluvias estuvieron debajo de los registros promedios entre un 20% y un 50%, dependiendo las zonas. Y en lo que va a de enero tan solo llovió un 10% de lo que tendría que haber caído”.

Aunque el panorama luce poco optimista para este sector productivo, Devani remarca que los productores locales siguen en carrera, sobre todo si en los próximos días se registran lluvias abundantes y prolongadas. “Si las lluvias no llegan si podremos empezar a cuantificar las pérdidas”, enfatizó.

Ante este escenario, el profesional indicó que las siembras de soja y maíz lograron completarse casi en su totalidad porque solo quedan pendientes algunas hectáreas del oeste santiagueño, que debido a la falta de precipitaciones podrían suplantar el proceso de siembra por porotos.

Devani reconoció que ante la imperante sequía el productor no puede hacer nada, pero si debe tomar un aprendizaje de todo esto porque lo que hace a las buenas prácticas agrícolas, como lo economía del agua, se ve reflejado en estos períodos. “El estado de los cultivos no solo depende de que las lluvias sean irregulares sino también de los manejos que los productores tuvieron en sus campos. En los mejores cuidados los plantíos se encuentran en mejores condiciones”, señaló.

Tierra caliente

Aunque la falta de agua aparece en el horizonte productivo como uno de los aspectos más afligentes, el referente de la Eeaoc también mostró preocupación por los registros térmicos evidenciado en el suelo.

En los últimos días llegaron a registrarse temperaturas en el suelo por encima de la marcada por el clima. “Llegamos a tener 50 grados de temperatura a la altura del suelo y los lores de maíz que fueron sembrados en las últimas semanas están saliendo con brotes quemados, también se reflejan pérdidas de plantas de soja en cabeceras, bordes de cortinas y manchones de suelos arenosos.

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