Un equipo de argentinos realiza un milagroso rescate en Turquía

La Brigada USAR, especializada en búsqueda técnica, logró sacar a tres personas que estaban atrapadas entre los escombros, en la ciudad de Hatay, una de las más devastadas por el sismo

ESPERA. Miles de personas quedaron a la intemperie tras el derrumbe.  ESPERA. Miles de personas quedaron a la intemperie tras el derrumbe.
16 Febrero 2023

ANKARA, Turquía.- La misión humanitaria argentina rescató a tres sobrevivientes en Hatay, la ciudad más devastada por el terremoto en Turquía y Siria.

Los hallazgos se produjeron en las primeras horas de la tarde ayer. Los sobrevivientes son dos personas adultas y un niño.

Los rescates se dieron a solo cuatro días del aterrizaje de la misión en la ciudad turca de Adana, ubicada a 922 kilómetros de Estambul.

El canciller Santiago Cafiero celebró la tarea de los expertos: “Nos emociona poder compartir esta noticia”, escribió en su cuenta de Twitter. Cafiero destacó el “profesionalismo” del equipo, que permitió “abrazarnos a la vida, la solidaridad y la esperanza” en medio de la tragedia.

Los números del terremoto en Turquía

El sismo que sacudió a Turquía el 6 de febrero dejó 35.500 muertos en ese país y cerca de 4.000 en la vecina Siria.

La brigada USAR, enviada desde la Argentina a Turquía el 9 de febrero, está integrada por 28 efectivos calificados en materia de búsqueda técnica, búsqueda canina, asistencia médica, materiales peligrosos, ingeniería estructural, y comparten trabajo con cuatro efectivos de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria - Cascos Blancos (Aciah). De la misión humanitaria es parte personal de la Brigada Especial Federal de Rescate (Befer) de la Policía Federal Argentina (PFA), que por primera vez realiza un trabajo de esta índole en el extranjero.

Las tareas de rescate estuvieron coordinadas con miembros del equipo de la Autoridad de Manejo de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD).

Ayuda humanitaria luego del terremoto 

Tras conocerse la tragedia, numerosos países ofrecieron ayuda humanitaria a Turquía, donde -además del argentino- trabajan equipos de rescate de Francia, Australia, España, Rumania, entre otros.

En un video, los rescatistas argentinos explicaron: “Pasó una moto desde donde estaban pidiendo ayuda, al ver la situación fuimos hasta ese lugar y, efectivamente, había gente con vida debajo de los escombros”.

“Ya había un equipo de rescate, así que nos acoplamos a las tareas que estaban haciendo ellos. Logramos extraer a las personas con vida y las trasladamos hasta las ambulancias”, sumo el rescatista.

Su compañera agregó: “La sensación que tenemos en el cuerpo, la verdad, no la podemos explicar, es un milagro en medio de tanto caos. Es algo que venimos practicando y poniéndole esfuerzo y tiempo para lograrlo y lo hemos logrado”.

“Esta situación nos da esperanzas para los futuros días que nos quedan. Con todas las fuerzas vamos a seguir dando lo mejor de todos nosotros”, cerró.

Contra toda esperanza, los sobrevivientes siguen apareciendo. El martes, un hombre sirio de 65 años y una niña de corta edad fueron rescatados de entre los escombros de un edificio en la ciudad de Antioquia, en el sur de Turquía, 208 horas después del devastador terremoto. Los equipos de emergencia esperaban poder sacar pronto con vida a otros miembros de la familia.

A los esfuerzos para recuperar a personas de abajo de los escombros, se suma la preocupación por la aparición de enfermedades. Más de una semana después del letal terremoto que sacudió el sur de Turquía, la zona sigue cubierta de polvo y mugre.

Innumerables víctimas de la catástrofe esperan poder lavarse, en medio de la escasez de agua limpia que, según los organismos sanitarios internacionales, supone un riesgo para la salud.

Con gran parte de la infraestructura sanitaria de la región dañada o inutilizada, las autoridades sanitarias enfrentan a una ardua tarea para garantizar que los supervivientes, muchos de ellos sin hogar, permanezcan libres de enfermedades.

Batyr Berdyklychev, representante de la Organización Mundial de la Salud en Turquía, dijo que la escasez de agua “aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y brotes de enfermedades transmisibles”.

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