Terremoto en Siria: la “bebé milagro” se salva de un secuestro

La niña nacida bajo los escombros, tras el sismo que mató a toda su familia, fue llevada a un lugar seguro. Ofrecen millones para adoptarla

RENACIDA. La foto de Aya, tras ser rescatada, dio vuelta al mundo.   RENACIDA. La foto de Aya, tras ser rescatada, dio vuelta al mundo. REUTERS
17 Febrero 2023

ADANA, Turquía.- Aya, la “bebé milagro”, que nació bajo los escombros y que perdió a toda su familia durante los terremotos en la provincia de Alepo, en el noroeste de Siria, ha sufrido tres intentos de secuestro esta semana, denunció una ONG.

La recién nacida perdió a su madre, a su padre, cuatro hermanos y una tía en el terremoto qe dejó 40.000 muertos (según cifras oficiales) en Turquía y en Siria, aunque se estima que hasta 90.000 personas podrían haber muerto en el terremoto del 6 de febrero y sus réplicas.

Ayer, Aya fue reubicada en una “casa segura”, por orden de las autoridades sanitarias de la localidad de Afrin, para prevenir un posible secuestro con fines de adopción fraudulenta, según difundió la cadena británica BBC.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos -una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno- denunció que varios grupos han tratado de raptar a Aya con motivaciones económicas, ya que su caso ha despertado un gran interés internacional y diversas organizaciones han ofrecido “millones de dólares” para adoptarla.

El último intento fue un asalto al Hospital Cihan, donde la bebé permanecía ingresada en Afrín, en una región de Siria controlada por fuerzas rebeldes, y agredieron al personal médico con la intención de llevarse a la pequeña a la fuerza.

Cómo fue el intento de secuestro de la "bebé milagro"

Según fuentes del hospital, un enfermero, acompañado por dos hombres armados, golpearon al director. Sin embargo, el titular del directorio, Ahmad Hajj Hassan, negó en sus redes sociales que se hubiera tratado de un intento de secuestrar a Aya.

“Las acusaciones de secuestro fueron un malentendido. Lo que pasó es un asunto interno del hospital, y no tiene nada que ver con la bebé”, dijo a la BBC.

Miles de personas ofrecieron adoptar a la bebé la semana pasada, después de que su historia se difundió ampliamente en la prensa local e internacional.

Pese a todos los “ofrecimientos”, el directorio de salud sirio está decidido a priorizar el bienestar de la niña y actuara con suma cautela en el proceso de adopción, dijeron fuentes del hospital.

La madre de Aya entró en trabajo de parto minutos después de que la casa familiar en la ciudad de Jindayris colapsara a causa del terremoto de magnitud 7.8, que sacudió al sur de Turquía el 6 de febrero. Murió luego de dar a luz a Aya, que aún estaba conectada a su madre por el cordón umbilical cuando fue encontrada por los rescatistas. El hallazgo fue cubierto de forma dramática por los medios, que circularon imágenes de la bebé, cubierta de polvo, cuando era sacada de entre los resto de la casa donde murió toda su familia.

Khalil al-Suwadi, un pariente lejano que estaba en el lugar cuando la rescataron, llevó a la niña al hospital en Afrin.

El pediatra que la atendió, Hani Marouf, contó a la prensa que Aya llegó en mal estado, “Tenía hematomas y moretones, estaba helada y apenas respiraba”, dijo. Al día siguiente, su condición se había estabilizado, en respuesta al tratamiento.

El gerente del hospital de Afrin, Khalid Attiah, explicó que su esposa estaba amamantando a Aya, junto con su propia hija de cuatro meses, y que cuidarían a la “bebé milagro” hasta que sea adoptada.

Jindaryis, a unos 8 kilómetros de la frontera turca, es una de las ciudades más afectadas por el terremoto del lado sirio. Unos 200 edificios han colapsado por competo. Los Cascos Blancos, cuyos voluntarios han estado llevando adelante la tarea de búsqueda y rescate, en la zona, dijeron que recuperaron 517 cuerpos entre las ruinas.

Las muertes en la ciudad representan cerca de un cuarto del total reportado por los Cascos Blancos y autoridades de la oposición siria, que controlan la región, donde el 90% de los 4,6 millones de residentes ya necesitaban ayuda humanitaria antes del desastre causado por el terremoto.

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