La papa y Tucumán: garantía de calidad

Para producir papa de consumo con la calidad y con la sanidad que se requiere es necesario que haya zonas y productores que generen la semilla libre de enfermedades. En el NOA existen dos zonas productoras de semillas: Las Estancias y Tafí del Valle.

La papa es uno de los cultivos más importantes del mundo, ya que es consumido en casi todos los países. De hecho, en el consumo humano sólo es superado por tres cereales: el trigo, el arroz y el maíz. No obstante, los tubérculos de la papa brindan un rendimiento por hectárea varias veces superior a aquellos que se obtienen con los granos de los cereales. Tales tubérculos se utilizan en alimentación animal y para consumo humano en diversos alimentos procesados, como agente gelificante y en la producción de bebidas alcohólicas. Asimismo, los tubérculos de papa presentan un sinnúmero de aplicaciones industriales. Por ejemplo, el almidón de la papa provee una cobertura para el papel y para productos textiles.

La papa como alimento es fácilmente digerida y tiene un alto valor nutricional. Los tubérculos de papa presentan aproximadamente un 78% de agua y un 18% de almidón. El resto está compuesto por cantidades variables de proteínas, minerales y cerca de 0,1% de lípidos. Contiene varias vitaminas, incluyendo la vitamina C, riboflavina, tiamina y niacina. Entre los distintos minerales que se hallan en ella merecen citarse el calcio, el potasio, el fósforo y el magnesio por su importancia en la nutrición humana. Debido a que presenta una escasa cantidad de sodio, generalmente es incluida en las dietas que requieren bajos contenidos de este elemento. Si son consumidas con la cáscara son una excelente fuente de fibra.

Vemos que tiene un alto valor nutricional, pero con su procesamiento se constituye en un deleite para millones de personas alrededor de todo el mundo. Es consumida como papa fresca, congeladas, pre fritas y pre cocidas y snacks de diverso tipo y para que esto suceda existen productores de semilla que se especializan en una o más variedades. De ese modo, otros productores pueden multiplicar el consumo en fresco o para industrias que se especializan en darle valor agregado y que estos productos lleguen a los hogares. Es la protagonista de diversos platos de la cocina regional de muchos países. Estos tubérculos se guisan, se sancochan, se asan, se saltean, se fríen. Intervienen en purés, en cremas, en sopas, suflés, croquetas, tortillas y masas. Además, a partir de la fermentación de los tubérculos se obtienen varias bebidas alcohólicas, como una variedad de vodka, el aquavit escandinavo, el brennivín islandés, el shōchū japonés.

Vemos que como alimento es un producto muy utilizado por lo que su producción es importante en diversas partes del mundo y Tucumán y el país no escapan a ello.

De Sudamérica al mundo

Es interesante destacar que, a pesar de tener su origen en Sudamérica, los europeos y los países del norte trabajaron muchísimo en mejoramiento y genética y lograron variedades muy importantes que se siembran en esos países para que la papa llegue a todos los hogares de diversas maneras.

En Argentina pasa algo similar, ya que su consumo es tradicional y se suma la inmensidad de papas industrializadas que se ven en góndolas de supermercados y en diversos negocios y kioscos en todos los pueblos y ciudades.

Como vemos, su producción y su consumo son muy importantes; permiten dar de comer a los habitantes de la región o país donde se produce y, a la vez, generar una importante fuente de trabajo.

Para producir papa consumo de calidad y sanidad se requiere de zonas y productores que produzcan la semilla sana y libre de enfermedades y, por suerte, en nuestra región NOA existen dos zonas productoras de semilla: Tafi del Valle y Las Estancias, donde los productores trabajan con la única idea de obtener tubérculos que serán destinados a la siembra de lotes de otras explotaciones paperas dedicadas al consumo en el bajo tucumano, y en otras localidades productoras de “papa consumo” o “papa industria” del país.

Estas zonas nacieron con el esfuerzo denodado de instituciones de investigación, técnicos y productores que desde 1968 empezaron a trabajar con investigaciones en altura que permitieron finalmente el nacimiento de estas zonas productoras de semilla de papa.

Una historia de lo que se hizo seguramente será para otra oportunidad, ya que el espacio para desarrollar este tema no alcanza en este momento.

Lo que sí es importante mencionar, es valor estratégica, social, comercial y laboral que tienen estas zonas productoras de altura. Por eso es necesario fortalecer los mecanismos de protección de estas zonas diferenciadas que constituyen un pilar fundamental en la cadena de producción de tubérculos de papa para la alimentación humana, al producir semillas de alta calidad y sanidad.

Seguramente vale el esfuerzo de realizar esas tareas.

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