Vuelta de Manzur: estrategia bifaz y factor “Chahla”

 Osvaldo Jaldo, Juan Manzur y Rossana Chahla. Osvaldo Jaldo, Juan Manzur y Rossana Chahla.

La vuelta de Juan Manzur a la gobernación era una certeza en el oficialismo. Estaba previsto que sucediera durante el tramo más fuerte de la campaña, es decir en los últimos 90-100 días aproximadamente antes de las elecciones del 14 de mayo y así fue. El revoltijo político en el Frente de Todos (FdT) en el ámbito nacional y la situación económica fueron condicionando la concreción, porque Manzur es una de las figuras del peronismo que aspira a integrar una fórmula presidencial y necesitaba estar lo más posible en Buenos Aires.

En la provincia, los manzuristas deseaban con ansias que fuera lo más temprano posible; los jaldistas tenían el afán de que el retorno fuera un poco más tardío. En las filas del vicegobernador Osvaldo Jaldo están convencidos de que la mejor campaña es estar en la gestión ejecutiva: en rigor, estos meses funcionaron como una especie de muestra al electorado de cómo sería su eventual gobierno. En las huestes manzuristas sintieron, en cambio, algunos vientos gélidos en el veranito jaldista. La interna subterránea sigue corriendo por debajo del acuerdo Manzur-Jaldo y hay dirigentes afines al ex Jefe de Gabinete que consideran que el interino apoyó más a las listas de sus dirigentes. Si bien hay un par de nóminas combinadas, la mayoría se identifica con uno u otro miembro de la fórmula.

El escenario político provincial cambiará con el reingreso de Manzur una vez más y esta vez, nada menos que en la antesala electoral.

¿Qué cambiará?

En el justicialismo repiten que Manzur no hará nada que altere o moleste a Jaldo ni viceversa. En ambas facciones sostienen que ambos cumplieron con sus compromisos y que el acuerdo está fuerte. Afirman que tener el “equipo completo” en casa genera ventajas en la recta final y, mucho más, cuando el principal armado de la oposición sigue errante y con dos candidatos a la gobernación (Roberto Sánchez y Germán Alfaro).

En el PJ explican que si bien el candidato a gobernador pierde el pilar de la campaña -la gestión- gana mucho tiempo para dedicarse de lleno a los actos y las reuniones, en la Capital y el interior.

La dirigencia reconoce que habrá cambios, aunque serán imperceptibles quizás para el ojo que no pasillea los edificios del poder. Naturalmente, la mudanza de Jaldo a la Legislatura generará que algunos actores que estaban rezagados vuelvan a tener protagonismo. Se espera que sea el caso de algunos ministros y funcionarios del Ejecutivo que no eran del agrado de Jaldo y cuyas áreas estaban permanentemente bajo la lupa.

Otro cambio: Manzur y Jaldo volverán a compartir la agenda oficial. Después de años y una interna mediante, el gobernador y el vice harán recorridas institucionales en conjunto. La primera cita de esta nueva etapa fue el viernes, después de la reasunción, en Cebil Redondo.

En cuanto a lo electoral, en ambas vertientes aseguran que Manzur tratará de apoyar a aquellas figuras más fieles ¿Cómo? Fortaleciendo las listas con más recursos y con gestos. Inclusive, hay quienes creen que los apoyos de algunos delegados comunales podrían mutar en las próximas semanas.

En la cartelería y publicidad también se notará. Es probable que mañana salgan parte de los carteles de campaña. Además, las pintadas comenzarán a reflejar la fórmula. Hasta el momento, los políticos pintaban “Jaldo gobernador-Manzur conducción” y ahora dirán “Manzur vicegobernador”. De hecho, en la invitación que envió ayer el intendente bandeño Darío Monteros del cierre del Carnaval de la Tercera Edad que será hoy, en su municipio, ya tiene la nueva leyenda.

En la Cámara se volverá al ritmo jaldista, pero en modo campaña. Tras los feriados, el miércoles habrá reunión de bloque para dar la bienvenida a Jaldo y el jueves sucederá lo mismo durante la reunión de labor parlamentaria, con los presidentes de todas las bancadas.

El plan de Manzur

Las últimas encuestas del oficialismo y de la oposición muestran a Jaldo con ventaja sobre sus posibles contrincantes. Tras los actos con Alberto Fernández y de reasunción de Manzur, en el oficialismo ya no queda ningún tipo de duda sobre la integración de la fórmula. Los allegados a Manzur aseguran que se muestra totalmente confiado en que la Corte nacional avalará su postulación como vice. Inclusive, gran parte de la dirigencia no sabe siquiera si hay un plan B, por si hay un pronunciamiento desfavorable Hay dos nombres que se mencionaron como posibles reemplazantes del gobernador en la candidatura: Pablo Yedlin y Sergio Mansilla. De acuerdo con las últimas versiones, el senador nacional correría con ventaja por estos días. Todo en el plano de lo supuesto. Los próximos 10 días serán clave porque se espera el pronunciamiento judicial.

¿Con qué objetivos llega Manzur? Según referentes del riñón manzurista, su plan sería bifaz, provincial y nacional. Consistiría en cimentar su estructura política propia local y en ponerse a la cabeza de la campaña para lograr un triunfo contundente en las urnas que lo proyecte a la contienda nacional.

Respecto del primer ítem, en el manzurismo consideran que en la gobernación Jaldo ganó mucho tiempo y espacio en la construcción territorial, que, además es su especialidad. La otra línea del oficialismo, en cambio, quedó un poco más dispersa en el Este y el Oeste. “Viene a equilibrar el tablero interno, por el crecimiento de los recursos en las listas”, advirtió un representante afín al médico. Apuntalará, entonces, las nóminas de esas secciones con su agenda y con dinero

¿Qué pasa con la sección Capital? Allí estaría el objetivo medular del gobernador, la base de su plan para afianzar las bases de su estructura. La idea de Manzur sería concentrar su poder político en la Legislatura, mediante las bancas de la ciudad, y en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.

En general, los acoples serán clave para la construcción del poder en la próxima etapa. En ese contexto, el manzurismo tiene un conjunto fuerte de colectoras y lo reforzará. De acuerdo con distintas fuentes, serían los que encabezan Carolina Vargas, Carlos Isa Assan, Cristian Rodriguez, Gerónimo Vargas, Renee Ramírez y Mario Leito. Se sumarán, por supuesto, a los aportes que pueda hacer su lista oficial, encabezada por Yedlin.

La gran apuesta es recuperar la Intendencia, que está en manos de Juntos por el Cambio. En las huestes del ex Jefe de Gabinete sienten que hay chances reales de quedarse con esa administración y que esto sumaría enormemente a la causa presidencial. Ganarle a los cambiemistas una de las principales capitales del país está al tope de su lista. El factor “Rossana Chahla” es fundamental, dicen. La diputada mide bien y se proyectaría mejor, confían. La indefinición en los opositores generó un clima ideal para que broten las esperanzas del justicialismo. Referentes de la capital destacan que la ex ministra de Salud se estaría interiorizando sobre distintos aspectos de la Ciudad: no sólo sobre qué reclaman los vecinos sino también sobre los vericuetos administrativos y de gestión. Manzur habría pedido personalmente a dirigentes experimentados de la ciudad que la acompañen y apuntalen.

Con los números en la mano, el plan no les suena descabellado.

Si logra las bancas que pretende en Este, Oeste y Capital más la intendencia, Manzur llegaría más empoderado a la puja por la Rosada.

El gobernador sigue muy de cerca la situación del FdT nacional y cómo se dirimirán las postulaciones. Mantiene buena relación con dos de las tres patas de la coalición: con el albertismo y el kirchnerismo. Con el massismo, la situación es distinta porque es vox populi que Sergio Massa y Manzur no tendrían tanto feeling. Pese a los rumores, en el kirchnerismo afirman que ni Wado de Pedro ni Máximo Kirchner: la única candidata posible de su espacio es Cristina Fernández. Las alternativas para el tucumano se mantienen abiertas. El escenario volvió a cambiar y probablemente los movimientos recién comienzan.

Comentarios