“Debimos soldar la tapa de la casilla de gas”

Los vecinos contaron el camino que debieron recorrer para poder tener nuevamente gas en sus hogares. Los gastos que genera golpean a las familias. Demoras de la empresa.

ATAQUE. Así quedan los medidores luego de que los ladrones les sacan la pieza de cobre que tienen para que fluya el gas. ATAQUE. Así quedan los medidores luego de que los ladrones les sacan la pieza de cobre que tienen para que fluya el gas.

En la madrugada del 19 de enero hubo un ataque en la zona de la avenida Mate de Luna y pasaje Miguel Cané. Un joven atacó varios medidores y visibilizó esta modalidad delictiva. Pero no era la primera vez que pasaba. “A mí me robaron el año pasado. Después de ese día, la situación se puso peor. Hay vecinos a los que les intentaron sacar el cañito tres veces. Lo que está pasando no es novedad en este lugar de la ciudad”, aseguró Facundo Zahara que vive sobre Ejército del Norte.

El habitante de ese sector de la capital destacó que después del último ataque no se presentó nadie de Gasnor. “Los arreglos que se realizaron después de los robos fueron hechos por los propietarios. Encima se vieron obligados a clausurar la puerta de las casillas para no volver a sufrir estos hechos de inseguridad”, añadió en una entrevista con LA GACETA.

María Jimena Lazarte tiene una farmacia en Ejército del Norte, primera cuadra, y fue otra de las damnificadas. “Nos llevaron el tubo de gas. Preferimos no hacer la denuncia en la empresa porque otras personas nos dijeron que si los llamábamos nos iban a pedir los planos de toda la propiedad y otros papeles que al final de cuenta iban a demorar todo”, resumió. “Preferimos contratar un gasista particular. Nos cobró $ 14.000, pero al otro día teníamos nuevamente gas”, recordó.

Ezequiel es vecino de la farmacia. “Cuando pasó todo. Hicimos el arreglo con un gasista particular, porque si hacíamos el reclamo a la empresa íbamos a estar, fácil, 10 días sin servicio. En cinco horas ya teníamos gas de vuelta; lo pudimos solucionar rápido porque mi señora trabaja en una empresa que vende todos los reguladores homologados por Gasnor”, explicó.

Más problemas

Gustavo Bollea protagonizó una historia similar en barrio Parque. En julio, en medio de una ola polar, le robaron el flexible del medidor. Llamó a Gasnor y los operarios le pidieron revisar el interior de la casa. Encontraron algunas fallas en la instalación y, además de reparar el daño, tuvieron que llamar a un gasista matriculado para que hiciera una serie de planos, realizar modificaciones e instalar otras medidas de seguridad.

“Lo que me debería haber costado $ 15.000, se me fue a $ 50.000. Me quería morir”, explicó. “A los seis meses, otra vez lo mismo. En esta oportunidad llamé a un plomero e hice que me lo reparara porque no estaba dispuesto a afrontar otro gasto así. Semejante cantidad de dinero por un flexible de cuarta. No se puede creer”, indicó.

“No puede ser que suframos por esto. Quiero preguntar qué tucumano que vive en un barrio de la periferia está en condiciones de gastar más de $ 20.000 por este tipo de robo. Las autoridades tienen que hacer algo de manera urgente. Estos robos nos terminan secando los bolsillos. No es justo”, se quejó Mario Décima, un vecino del barrio Soeme, de Las Talitas.

Demoras y algo más

La casilla de gas de Juan Acevedo y Rosa Alderetes, quienes viven sobre la calle Miguel Cané, también sufrió dos ataques. En el primero bajaron la llave de gas para sustraer el tubo de bronce, y dañaron su regulador a causa del tirón para desprender el primer artefacto. En el segundo no pudieron concretar el daño.

“Hicimos el reclamo y vinieron dos días después. Nos hicieron esperar más tiempo porque nos dijeron que tenían que traer el repuesto desde Salta”, explicó el vecino. “La empresa sólo se hizo cargo únicamente del flexible, pero el regulador lo compramos nosotros a $ 10.000”, señaló la víctima.

Dos semanas después del primer robo, la familia sufrió otro atraco. Los delincuentes no tuvieron éxito y sólo bajaron la llave de gas. “Llamé nuevamente y, por error, los operarios se fueron a la casa de una vecina. Volvimos a llamar y aparecieron al día siguiente. Al bajar la llave quedó aire en las cañerías y tuvieron que purgarlas. En definitiva, estuvimos dos días sin el servicio”, finalizó. “Conozco gente que estuvo hasta siete días sin gas porque los trabajadores de Gasnor no podían estar en todos lados”, explicó María Emilia Santillán, de San Cayetano. Varios vecinos que fueron víctimas de robos decidieron soldar sus casillas de gas para evitar sufrir nuevos ataques, a pesar de que las especialistas de Gasnor recomiendan no hacerlo por una cuestión de seguridad. “No sé si es seguro o no, pero no me queda otra porque sufrí tres ataques. Dejé un espacio para que puedan realizar la lectura del medidor”, reconoció la farmacéutica.

“Tuvimos que ponerle un fierro a la tapa para que no nos pase de nuevo porque Gasnor no se hace cargo. Ellos por seguridad no quieren que lo pongamos pero tampoco nos dan seguridad para evitar que pasen estas cosas”, dijo Juan. “La segunda vez que intentaron robarnos nos salvamos porque ya estaba soldada la puerta, sino íbamos a tener que pasar otra vez por lo mismo”, finalizó. (Con colaboración de Micaela Pinna Otero)

Las recomendaciones de Gasnor:

1- Asegurar que las puertas de las casillas estén bien cerradas. En caso de ser víctima de un robo, hacer la denuncia en Gasnor.

2- En caso de sufrir un ataque, contratar a un gasista matriculado para que realice el trabajo de reparación en el medidor.

3- No instalar ninguna traba en la puerta de la casilla de gas. En casa de una urgencia, los socorristas perderán tiempo en abrirla.

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