Apunten contra Tiktok: acusaciones de espionaje y campaña por la transparencia

No parece ser un buen momento para las plataformas de redes sociales. Todavía perduran los embates que sufrieron tanto Facebook como Twitter en los últimos meses y el 2023 asoma como un año que le traerá serios dolores de cabeza a la aplicación más popular entre los jóvenes: Tiktok.

La red que supo cautivar a los usuarios durante la pandemia, y que vio un crecimiento explosivo durante los últimos años, atraviesa denuncias por espionaje en todo el mundo. Gobiernos acusan a Bytedance, la compañía propietaria de Tiktok, de entregar datos privados de sus usuarios a las autoridades chinas. Aunque aún no afloraron pruebas contundentes de esta posible campaña de espionaje, distintas administraciones tomaron una serie de iniciativas a principios de este año que buscan limitar la expansión de usuarios y cuestionar el compromiso de la aplicación con la privacidad de los datos.

La red social de videos cortos cuenta hoy con más de 1.000 millones de usuarios y según la agencia de marketing We Are Social, es la sexta plataforma más usada en el mundo, con una gran captación del tercio de los usuarios que tienen entre 10 y 19 años. Su explosión ha sido reconocida por empresas como Meta, cuyos directivos admitieron que los usuarios más jóvenes se ven cautivados por el potencial del video y, como consecuencia, incorporaron dichos formatos en sus plataformas.

Ningún país occidental todavía ha prohibido el uso masivo de la aplicación en su territorio, pero sí ha cercenado su utilización en los teléfonos de sus funcionarios. Estados Unidos fue la primera administración que decidió cancelar la utilización de TikTok en los dispositivos de sus agentes federales como así también en más de la mitad de los estados del país. Dichas acciones fueron oficializadas por el gobierno de Joe Biden, pero las denuncias ya habían comenzado por Donald Trump, durante su presidencia. A finales de febrero, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo prohibieron el uso de la red social en los móviles de su personal, y cuatro días después el gobierno de Canadá replicó dicha decisión. Lo que todos temen, es que Bytedance efectivamente esté brindando información de los usuarios al gobierno chino, acción que estaría habilitada por una ley sancionada en 2017 que obliga a las empresas a dar a las autoridades cualquier dato personal relevante para la seguridad nacional.

A pesar de que la empresa aseguró que los datos de los usuarios occidentales están guardados en servidores localizados en Estados Unidos y Singapur, las sospechas persisten y tuvieron un pico álgido cuando medios norteamericanos comprobaron que empleados Bytedance efectivamente habían accedido a datos privados de periodistas de Forbes, Financial Times y Buzzfeed. La investigación de Forbes, publicada en diciembre pasado, aseguró que TikTok monitoreó la actividad de sus periodistas a través de una herramienta interna de seguimiento que proporcionó información detallada sobre el comportamiento de los usuarios, los videos que vieron y cómo interactuaron con el contenido. Según los informes, esta herramienta se utilizó para recopilar información sobre los periodistas que habían escrito artículos críticos sobre TikTok en el pasado. Ante tales denuncias, la empresa respondió diciendo que la herramienta de seguimiento no se utiliza para rastrear a periodistas específicos y que su uso es exclusivamente para mejorar la experiencia del usuario en la plataforma.

El escándalo que ahora envuelve a Tiktok recuerda también el caso de Cambridge Analytica con Facebook, cuando se filtraron los datos de más de 50 millones de usuarios en 2016 a través de una aplicación de prueba de personalidad. La empresa de análisis utilizó información para crear perfiles psicológicos de votantes y desarrollar campañas políticas personalizadas durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Dicho escándalo le hizo perder a Facebook 37.000 millones de dólares en un día y obligó a Mark Zuckerberg a reconocer las fallas de su seguridad.

¿Logrará sortear este embate Tiktok? ¿Aparecerán más pruebas del supuesto espionaje o existe una intencionalidad geopolítica detrás de las denuncias? Lo cierto es que ya pocos se sorprenden de cómo las compañías están manipulando nuestros datos y las acciones para prevenir actos de espionaje quedan sujetas a determinadas administraciones. Todavía, en tiempos de inteligencia artificial, no se han consolidado entidades globales que protejan verdaderamente nuestra información, situación alarmante si consideramos la velocidad de los cambios que hoy también nos transforman.

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