Feroz, elegante, sutil, letal

Una ficción que habla de nuestra parte maldita.

ROMINA DOVAL. Desentraña lo inhumano en la vida cotidiana, dejando que cada cual saque sus conclusiones. ROMINA DOVAL. Desentraña lo inhumano en la vida cotidiana, dejando que cada cual saque sus conclusiones.
26 Marzo 2023

Por Gabriela Bosso

NOVELA

PRESA SUELTA

ROMINA DOVAL

(La Parte Maldita - Buenos Aires)

Consejo: no lea esta nota, lea Presa Suelta de Romina Doval.

Publicada este año por Editorial La Parte Maldita, Presa Suelta tiene el encanto de una cobra: es feroz, elegante, sutil, letal.

La intriga crece a ritmo febril, y forma una trampa de adrenalina y suspenso, de la que no podés escapar; ahí te das cuenta de que la presa de la que habla el título, quizás seas vos.

Con la maestría de Agatha Christie, Doval arma y desarma este rompecabezas, y cada vez que lo reordena, te parte la cabeza y el alma.

Lo que dispara la historia es la muerte de un médico obstetra responsable del robo de bebés. A su alrededor, un caleidoscopio de psicópatas se enrosca y desenrosca, impulsando la trama a otro nivel, donde todos, incluso el muerto, son sospechosos.

Esta ficción habla de algo real, aterrador. Habla de la parte maldita, que no sólo es el nombre de la editorial. La parte maldita no sólo es ese pasado cercano, doloroso del país. La parte maldita es ese lugar donde nacen los celos, la ira, y otros demonios peores, que tenemos todos adentro, y de la que nadie se atreve a hablar. Pero Doval sí. Y no sólo es lo que cuenta, sino es cómo lo cuenta. Sus palabras desafían como una serpiente a punto de atacar. El horror se espesa, se solidifica, sin asfixiar. Con delicadeza y astucia, Doval intercala una bocanada de humor, de ironía y dispara una sonrisa que, sin licuar lo siniestro, impulsa a continuar.

No encontrará en Presa Suelta un posicionamiento ideológico. Doval sabe que lo que quiere contar trasciende lo político. Es lo humano, o mejor dicho lo inhumano en la vida cotidiana lo que desentraña, dejando que cada cual saque su propias conclusiones.

La buena literatura, como Presa Suelta, no sólo busca entretener, también busca plantear interrogantes. ¿Cuál es el germen de la venganza, del miedo? ¿Se puede perdonar lo imperdonable?

Amé Presa Suelta, tanto que me hubiera gustado escribirla. Tanto que algo en mí odia a Romina Doval. Esa es mi parte maldita.

© LA GACETA

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