La fiesta del campeón en Santiago del Estero: "Este pueblo se merecía algo así”

La arenga de Banda XXI sintetizó el sentimiento dominante en el “Madre de Ciudades”, donde el norte grande abrazó a la Selección.

CON USTEDES Y PARA USTEDES. La agenda de festejos de la Selección culminó con el público del NOA, que pudo disfrutar de cerca a los campeones del mundo. La Scaloneta devolvió el cariño con un show de goles frente a Curazao.  La Gaceta / fotos de Franco Vera  - Analía Jaramillo -  Diego Araoz CON USTEDES Y PARA USTEDES. La agenda de festejos de la Selección culminó con el público del NOA, que pudo disfrutar de cerca a los campeones del mundo. La Scaloneta devolvió el cariño con un show de goles frente a Curazao. La Gaceta / fotos de Franco Vera - Analía Jaramillo - Diego Araoz

Santiago del Estero lucirá para toda la vida el orgullo de haber organizado la fiesta grande de los campeones del mundo para todo el norte. La capital santigueña le había ganado la pulseada a Córdoba para ser sede de uno de los amistosos de celebración y le tendió la mano a sus vecinos. Salteños, jujeños, catamarqueños y tucumanos vieron de cerca al plantel que consagrado en Qatar 2022 gracias a un estadio de ensueño y a una organización que prácticamente no tuvo fisuras, algo digno de las mejores citas.

Pero también fue la fiesta de la familia, esa que nunca debió haberse ido de los estadios de nuestro fútbol, pero que producto de la violencia fue quedando al margen de a poco. Ayer, al “Madre de Ciudades asistieron padres, hijos, abuelos, novios, niños, grandes, chicos... Todos.

El duelo contra Curazao fue una mera excusa; un ingrediente extra (importantísimo claro) porque los festejos habían comenzado varios días antes del partido, se habían extendido desde la llegada de la Selección a la tierra del mistol y encontraron su punto de éxtasis en el estadio, durante la tarde-noche de martes.

“Nosotros comenzamos a seguir a la Selección en el inicio de la ‘Scaloneta’. No podíamos faltar a este partido”, le explicó a LA GACETA “Nacho”, un hincha de Atlético que llegó acompañado por Yanina, su novia, con la que dicen presente cada vez los partidos de la Selección los convoca.

“Fuimos a la Copa América 2019 en Brasil. En la de 2021 no pudimos estar debido a la pandemia. Y ahora, ella me había dicho que teníamos que venir sí o sí a este partido”, explica el joven con una sonrisa de oreja a oreja y un guiño cómplice con Yanina. “Tuve suerte porque entré a la web cuando la venta estaba por iniciarse, pude conseguir las entradas y acá estamos”, completa “Nacho”, feliz de la vida.

Él no era el único en ese estado de alegría extrema en la platea alta oeste del estadio. Unas filas más abajo, un grupo de jóvenes le ponían mucha onda al evento. Habían llegado cantando, bailando y tomando cervezas en los vasos personalizados que entregó la marca oficial del seleccionado. Uno de ellos lucía con orgullo la camiseta de Juventud Antoniana y sus ojos dejaban en claro el estado emocional. “No lo puedo creer. Un amigo que trabaja en una empresa recibió entradas y como no podía venir por motivos de agenda nos las regaló. Increíble”, sentenció Julio mientras bebía un sorbo seguido de otro.

Bailaban todos, cantaban con furia cuando Sergio Goycochea los arengó desde el escenario armado detrás de uno de los bancos de suplentes y disfrutaban de la música que el DJ Meme Bouquet seleccionó de manera especial para la ocasión.

Era tan alto el estado de ebullición y efervescencia que había en el ambiente que a las 18.50, cuando la delegación visitante hace su aparición en el campo, sus jugadores llevaban prendidos los celulares. En ese momento retumbó “La mano de Dios” del “Potro” Rodrigo y los futbolistas caribeños también se sumaron para bailar (de manera algo tímida) al ritmo de la música.

El primer estruendo de la jornada se dio a las 19.13, cuando Rodrigo De Paul y Leandro Paredes encabezan la fila de jugadores argentinos que se dirigen al centro del campo. El “dale campeón” sonó con fuerza y el “que de la mano de “Leo’ Messi” hizo vibrar los cimientos del estadio santiagueño.

“A partir de hoy me puedo morir tranquilo. Pensaba que nunca en mi vida iba a poder verlo a Messi jugando en vivo. Ya está... Lo había visto a Diego Maradona en Tucumán jugando para Argentinos y ahora esto. ¿Qué más le puedo pedir a la vida? Nada... Ya está”, repetía Juan Carlos, hombre que peina canas, oriundo de Villa Alem y fanático de San Martín.

“Gracias Selección. Nos llenaron de alegría; este pueblo se merecía algo así”, gritó a los cuatro vientos Fabricio Ortiz, cantante del grupo Banda XXI, que logró transformar el estadio en un boliche gigante durante los minutos que estuvo en el escenario.

A una hora del inicio del partido las populares parecían estar colmadas. ¿No entraba nadie más? “Por favor, los hinchas que están en ese sector no se sienten y acomódense bien para que los que están ingresando puedan llegar a sus lugares”, imploraba la voz del estadio. Un problema del que nadie sufría en las plateas, claro, pero el ingreso de fanáticos era incesante.

Y a las 19.51, cuando los futbolistas argentinos salieron a hacer la entrada en calor se produjo el segundo temblor entre la multitud. De más está decir quién se llevó la ovación principal. El “Meeeessi, Meeeessi” le puso la piel de gallina hasta a las columnas del estadio.

Santiago había preparado todo para que la celebración fuera a lo grande y así fue. Hubo show al mejor estilo Super Bowl, pero con los campeones del mundo como protagonistas estelares. La familia del norte dijo presente y presenció en vivo y en directo un espectáculo mágico; todo gracias a la “Madre de ciudades” que cumplió ese rol y reunió a sus vecinas para inmortalizar una celebración que quedará para toda la vida.

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