Atlético Tucumán: El “Pulga” remite a los mejores tiempos de un equipo en crisis

Colón marcha último y por ahora no le echan la culpa a Gorosito, pero -como dicen los hinchas- ningún crédito es eterno

PROBLEMAS DEFENSIVOS. Julián Chicco observa la estupenda chilena de Marcelo Estigarribia. Ningún equipo pudo quebrar el cero y Colón sigue último. Foto de Javier Escobar - Especial para La Gaceta PROBLEMAS DEFENSIVOS. Julián Chicco observa la estupenda chilena de Marcelo Estigarribia. Ningún equipo pudo quebrar el cero y Colón sigue último. Foto de Javier Escobar - Especial para La Gaceta

“El muerto se ríe del degollado”, dice el refrán. En la previa del choque dominguero en el “Cementerio de los Elefantes” era imposible imaginar que los hinchas de uno u otro contendiente pudieran ufanarse de algo en el marco de sus magros presentes.

El último y el penúltimo, Colón y Atlético, frente a frente. Y sin embargo, la pasión no falta a la cita, siempre a flor de piel, como el fútbol argentino manda. Desde temprano se podían ver numerosas camisetas aurinegras en la peatonal San Martín y también en el recorrido hacia el estadio.

Unión ya había jugado el viernes en Buenos Aires (0-1 ante River), así que los simpatizantes “tatengues” tuvieron un domingo carente de emociones fuertes, sólo deseosos de que su acérrimo rival de ciudad no venciera al “decano” y los superara en la tabla.

Los “sabaleros” disfrutaron de un día parcialmente soleado en la capital santafesina (27 grados de máxima) y luego miles de ellos se dirigieron al Barrio Centenario -aquel que hace casi 20 años se vio totalmente anegado por el desborde del río Salado- esperanzados en que su equipo les brindara una primera alegría en 2023.

“Estamos peor nosotros, todavía no ganamos este año”, dijo a LG Deportiva Miguel, un hincha de Colón que concurrió acompañado de su hijo de ocho años. La diferencia en números a favor de Atlético era mínima: un par de puntos más y el antecedente de la victoria sobre Banfield.

El propio simpatizante “sabalero” reconoció una diferencia importante: el “negro” hace poco inauguró una nueva era, con Néstor Gorosito a la cabeza. El “deca”, en contraposición, sostiene un proceso que en breve cumplirá un año y que incluyó la notable campaña en la Liga pasada, y también este devenir menos venturoso. “‘Pipo’ es un grande, pero todo dependerá de los resultados”, apuntó Miguel, consciente de que ningún crédito es eterno.

En verdad, el fútbol ha vivido mejores horas en esta capital “rara” (sede administrativa del gobierno provincial, Santa Fe se acostumbró a estar a la sombra de su “hermana mayor”, una Rosario que la supera en múltiples aspectos, incluidos los no virtuosos de la violencia y el narco).

Hoy, tanto Colón como Unión saben que el fantasma del descenso es una presencia corpórea debido a su ubicación en la tabla, aunque todavía quede mucha tela por cortar.

Uno de aquellos mejores momentos da la bienvenida al estadio “Brigadier López” en forma de gigantografía: la foto de la Copa de la Liga obtenida por Colón el 4 de junio de 2021, tras golear 3-0 a Racing en la final.

En la foto ocupa un lugar central alguien del riñón -del corazón, más bien- “decano”: el “Pulga” Luis Miguel Rodríguez acaricia el trofeo en un instante de éxtasis que los “sabaleros” jamás olvidarán. Al lado, una inscripción con dedicatoria “cantada”: “El único campeón de la ciudad”.

A este coliseo que no se parece en nada -o sólo en el foso con agua que circunda parte del campo de juego- a aquel anterior a la notable renovación previa a la Copa América 2011 llegó Atlético y su necesidad imperiosa de sumar.

El micro “decano” arribó una hora y media antes del pitazo inicial de Pablo Echavarría. Antes hubo siesta y cortes de pelo en el hotel donde se concentró el plantel, cercano a la zona peatonal.

Ernesto Fontanet, un peluquero santafesino de 21 años residente en España, fue acercado por Braian Guille -recomendado a su vez por el jugador de Colón Brian Fernández- y practicó su arte en varias cabezas, a saber, las de Hernán De la Fuente, Marcelo Estigarribia, Adrián Sánchez y del propio Guille. A diferencia de Sansón, que perdió su fuerza, ellos apostaron por recuperarla en estos tiempos difíciles.

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