Volvieron a aumentar los casos de dengue en Tucumán

En la última semana se sumaron 2.600 contagios. En total, se infectaron 28.000 tucumanos este año. Por qué no hay que relajarse

UN PROBLEMA SERIO. Los microbasurales que se forman en algunos barrios están llenos de recientes en los que se cría el mosquito vector del dengue. UN PROBLEMA SERIO. Los microbasurales que se forman en algunos barrios están llenos de recientes en los que se cría el mosquito vector del dengue.

Todavía no pasó lo peor. La epidemia de dengue sigue muy presente en nuestra provincia. Y las autoridades están preocupadas porque estos días de veranito en medio del otoño aumentan el riesgo de contagios. De hecho, en la última semana, la curva de casos, que venía en bajada, volvió a subir un poquito. Y Tucumán ya alcanzó este año la histórica cifra de 28.000 infectados con la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti.

Mientras que en la primera semana de mayo hubo unos 300 casos por día; en la segunda semana esa cifra trepó a casi 400. La provincia sumó en siete días 2.600 contagios.

Recordemos que durante las jornadas calurosas y húmedas, el mosquito vector está más activo y puede picar más para alimentarse. A medida que lleguen los días frescos (en junio, según se estima), el insecto vector disminuirá la intensidad de sus actividades hasta desaparecer. Pero para eso tiene que haber varios días seguidos con temperaturas de menos de 14 grados.

No hay que relajarse, piden las autoridades. Es fundamental seguir usando repelente y tratando de eliminar los recipientes que acumulen agua, en los que se puede reproducir el mosquito, aclara la directora de Salud Ambiental de la Provincia, ingeniera Julieta Migliavacca.

¿Qué lecciones nos está dejando esta epidemia, que es hasta ahora la peor de las que sufrió nuestra provincia?, le preguntamos. “La primera lección es que el trabajo intersectorial es fundamental para contener un brote de dengue. Si no hay un esfuerzo conjunto de la comunidad, de Salud y de los gobiernos locales (municipales y comunales), no se obtiene un buen resultado”, remarcó.

“Sostener el saneamiento ambiental es esencial. Hay que hacer mucha educación entre los vecinos, pero también notamos en los barrios más afectados acumulación de agua en las calles, un deficiente servicio de recolección de basura y microbasurales a cielo abierto”, expresó. “La situación socioambiental en el sur de la provincia está mejor y el resultado se ve en la cantidad de casos: esa fue la zona que menos contagios reportó”, apuntó.

Lules y el Gran San Miguel de Tucumán siguen siendo las zonas con más infectados. ¿Qué notaron en los operativos realizados en estos sectores?, le consultamos. “Hay demasiados tucumanos acumuladores de objetos que son un riesgo para la reproducción del mosquito”, opinó.

Según los monitoreos que llevaron a cabo, hay criaderos de Aedes en la mayoría de las casas, en los cementerios, en las gomerías y en las chatarrerías. Por eso, Migliavacca -al igual que otros especialistas- aclaran que si este invierno no trabajamos para eliminar recipientes que acumulan agua, la próxima epidemia podríamos pasarla muy mal.

“Se necesitan muchas acciones y no una sola. El dengue nos exige un manejo integrado, en el cual se precisan educación, control y también medidas jurídicas. Y que estas se respeten”, aclaró.

“Trabajamos mucho en los cementerios. Se viene el Día del Padre; le pedimos por favor a la gente que no utilicen más floreros”, exclamó. El Siprosa estuvo trabajando en los camposantos, que son considerados un lugar crítico porque hay muchos receptáculos que sirven de criaderos del mosquito.

“En San Miguel de Tucumán hay una ordenanza que prohibe los floreros con agua en los cementerios, pero es una práctica habitual de la gente muy difícil erradicarla. La norma no se controla ni se hace cumplir”, señaló. Y sugirió que otras localidades del interior también deberían tener reglamentaciones similares.

Asimismo, hay otras herramientas jurídicas que son necesarias para afrontar lo que se está convirtiendo en grave problema de salud pública. “Son normas que sirven para tomar medidas sobre aquellos lugares que son un peligro; por ejemplo, las gomerías, las chatarrerías y los terrenos baldíos. Hay que definir, por ejemplo, cuál es el destino que se les da a las cubiertas de autos que ya no pueden ser reutilizadas y que bien sabemos son uno de los sitios preferidos del Aedes para criarse”, reflexionó.

Otra cuestión son los terrenos descuidados. “En Yerba Buena, por ejemplo, si es un terreno accesible, el municipio hace el mantenimiento y luego carga los costos en la factura de impuesto municipal”, comentó. “En la capital es un gran problema que tenemos. Recibimos muchas denuncias de vecinos sobre casas abandonadas, con piletas sucias. Pero no podemos ingresar por una falta de normativa”, indicó.

Al respecto, en la Legislatura se está analizando una propuesta que presentó en marzo el legislador José Canelada y que prevé la aplicación de la Ley de Contravenciones en contra de quienes tengan cacharros u otros elementos que sirvan de criaderos para mosquitos. La iniciativa contempla también penalizaciones contra los titulares de terrenos y espacios abiertos que no estén desmalezados, limpios y desinfectados.

Más relajados

Hay mucho trabajo para hacer, y lamentablemente la gente ya se está relajando, opinó Migliavacca. “Es importante sostener los trabajos de prevención. La noticia de la vacuna que se aprobó en el país tuvo un impacto: hizo que las personas se confíen. Pero por ahora no se sabe bien para quién será la vacuna, si será gratuita y estará en el calendario, si solo la aplicarán a personas que ya tuvieron la enfermedad o si solo se conseguirá en forma particular n las farmacias”, insistió. Para la experta, la prevención y el control del mosquito seguirá siendo lo más importante. Sobre todo teniendo en cuenta que ya tenemos una gran cantidad de población que tuvo dengue. Eso hace que en las próximas epidemias corran el riesgo de sufrir las formas graves de la enfermedad.

Para prevenir

- Mantener tapados los tanques y recipientes que recolectan agua.

- Cambiar el agua de los floreros, platos bajo macetas, colectores de desagües.

- Cambiar el agua de los bebederos de animales cada 3 días lavándolos con detergente y esponja.

- Mantener limpias y cloradas o vacías las piletas de natación fuera de la temporada.

- Evitar picaduras de los enfermos para evitar la propagación de la enfermedad, utilizando repelentes y espirales.

Comentarios